|
||||||
La foto con Obama y el cambio climático |
||||||
Escribe Cándido Mientras los "líderes" europeos buscaban afanosamente la "foto con Obama" para "sentirse importantes" e intentar mejorar su generalmente maltrecha imagen ante sus eventuales electores internos, el planeta, es decir la "casa común" seguía literalmente cayéndose a pedazos.Una patética actitud de servilismo que produce un sentimiento de vergüenza en el ciudadano demócrata al que siempre le dijeron que en la democracia todos los hombres son iguales. Aunque unos hablen mejor que los demás. El más espectacular de estos derrumbes se producía en la Antártida con la ruptura de la placa Wilkins, último eslabón que la unía a la peninsula antártida. El desprendimiento de dicha placa, que en el año 1950 tenía un extensión de cerca de 100 kilómetros de ancho y que desde hace menos de 20 años comenzó a sufrir un acelerado proceso de reducción, ha dejado a la deriva un conjunto de iceberg y según los científicos va a provocar una acentuada modificación de la geografía del continente helado. La noticia, que impactó a los observadores del Centro Británico de la Investigación de la Antártida apenas si mereció alguna atención de los grandes medios, muchos de ellos ocupados en extensas entrevistas a los "líderes" de sus respectivos países, sobre sus "encuentros" con Barack Obama para discutir precisamente la lucha contra el cambio climático. "Encuentros" que en la mayoría de los casos se habían reducido a un saludo en el cruce de algún pasillo de los palacios donde los representantes del G20 o de la OTAN se habían atrincherado, muy lejos, no sólo físicamente, de las multitudes que afuera mostraban que la paciencia de los pueblos está tocando a su fin. Multitudes que las cámaras de television del sistema se encargaban cuidadosamente de reducir a media docena de encapuchados rompiendo la vidriera de algún banco. Y una de las principales reinvindicaciones de esas multitudes tanto en Estraburgo como en Praga o Estambul, era la de la lucha contra el cambio climático. Porque ya se puede advertir que se está sugiriendo o más crudamente proponiendo, de cara a la próxima cumbre de Copenague, una falsa oposición entre la solución de la crisis y las medidas que se apliquen para combatir las consecuencias del cambio climático. Sobre la crisis nadie avizora una "salida" y los más conscientes dudan de que se encuentre. Entre otras causas porque no es solamente una crisis económica de las que ha sufrido periódicamente el capitalismo. Sino una crisis de un modelo de vida. Y sobre el cambio climático siempre se habla de planes para reducir el deterioro para el 2020-2050, cuando todas las investigaciones alertan sobre la necesidad de adoptar medidas concretas ya. E ir bosquejando otro modelo de desarrollo compatible con la vida. Las únicas medidas visibles las han adoptado los pueblos, entre otras, con su decisión de dejar de comprar automóviles u optando por utilizar modelos no contaminantes.
|
||||||
|
||||||
|