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El partido del presidente boliviano, Evo Morales, el Movimiento Al Socialismo (MAS) resignó principales plazas departamentales y ciudades, en las elecciones subnacionales en Bolivia, ante una oposición dispersa con varios líderes regionales, según los resultados oficiales, divulgados recientemente. Nuestro colaborador Pedro Mariobo, ex vicemenistro de Minería del presidente Evo Morales, nos brinda un detenido análisis de la política boliviana, después de las elecciones.

De la alerta amarilla, hemos pasado a la alerta naranja; y si no tomamos medidas necesarias y algunas urgentes, pasaremos a la alerta roja, respecto a la manifiesta disminución de la confianza ciudadana en el proceso de cambio. Esto es lo que colegimos de los resultados electorales de ayer. He aquí los datos preocupantes:
1. Doria Medina en El Alto a través de la Warmi Alcalde
Samuel Doria Medina, es un prominente hombre privatizador de las empresas del Estado; la prensa de aquellos tiempos, le atribuyó la frase de vender las empresas «a precio de gallina muerta» con los argumentos de que los activos de las empresas se habían depreciado y que en muchos casos ya estaban obsoletos, que trabajaban a pérdida y costaban muchos subsidios al Estado y que  no eran competitivas con las empresas del sector privado. Si no las vendían a precio de gallina muerta, los inversionistas, no tendrían ningún incentivo para adjudicárselas. Así Doria Medina y todos los priva-tizadores cumplían el mandato del Banco Mundial en su Memorándum a Bolivia (Washington 1991).
Luchar contra esa política costó a la ciudad de El Alto 70 muertos y más de un centenar de heridos, y ahora el mismísimo privatizador, está nuevamente en la ciudad de El Alto camuflado a través de la warmi Alcaldesa Chapetón. ¡Qué ironía! Por eso los que nos identificamos con el proceso de cambio, porque somos parte de él, nos declaramos en Alerta Naranja ya.
2. Los camuflajes de este irónico retorno de Doria a El Alto
Muchos candidatos y candidatas, casi todos, incluidos sus opinólogos, repitieron hasta el cansancio que las elecciones municipales y de goberna-ciones, no son ideológicas ni políticas, que son de planes de trabajo por el progreso de la urbe. Señoras y señores, nada, nada, deja de ser política ni deja de tener una orientación ideológica. En el caso de Doria su orientación ideológica y política es su neoliberalismo solapado porque en estas elecciones trató de ocultarla.
Que el UN, el partido de Doria, interpuso una mujer contra un varón desgastado, corrupto y que no hizo nada por su ciudad; quizás tenga parte de razón en esto, pero lo inaudito es que está utilizando a una buena mujer como camuflaje para un siniestro personaje para la ciudad de El Alto y para  toda Bolivia. Ojalá ella se dé cuenta de ese rol y denuncie ante la población alteña de lo que fue, de lo que es y de lo que significa Doria Medina para la ciudad de El Alto.  
La población de la benemérita ciudad de El Alto, heroica, de merecidos reconocimientos a nivel nacional y más allá de las fronteras por la guerra del gas, donde «siempre están de pie y nunca de rodillas», tienen dos años y medio para revocar el mandato concedido a la warmi alcaldesa, cuando el lobo con piel de oveja se despoje de ese elegante camuflaje llamado Soledad Chapetón.
3. La complicidad de los movimientos sociales alteños y de otros lugares
Pero no todo es obra del verdugo disfrazado de redentor; los movimientos sociales de la ciudad tienen su parte de responsabilidad. Nada de esto hubiera sucedido si los compañeros y compañeras de ciudad de El Alto y de los movimientos sociales,  hubieran develado a tiempo que lo fundamental (el interés mayor) no siempre es perceptible detrás de lo principal (lo visible e inmediato) y de las demás contradicciones secundarias o no antagónicas. En este caso, se pone en riesgo el proceso de cambio en sí, se limpia la imagen de uno de los siniestros personajes privatizadores del patrimonio estatal (las empresas públicas y los recursos naturales) que hoy retorna al Alto victorioso, haciendo escarnio de la memoria histórica y del alto costo que pagó la ciudadanía de esa heroica ciudad, decisiva para el desplazamiento del poder de la oligarquía neoliberal.
4.El género, la corrupción y la derrota de la c. Felipa
Quizá tenga algo que ver el machismo contra la elección de una mujer, pero no fue lo determinante; la elección por mayoría de la Sole lo demuestra. La corrupción hábilmente aprovechada por la oposición derechista, con pruebas y hasta con informe de la Contraloría sobre el Fondo Indígena, con o sin razón (vulneró el principio de inocencia hasta que se demuestre lo contrario), pero política y coyuntural fue más incisivo que el problema género.
Que la ciudadanía no estaba preparada para elegir a una candidata mujer y cholita, nos conduce a la pregunta de si la mujer de esa condición ¿estaba preparada para una responsabilidad de esa naturaleza? La pregunta deviene porque la c. no participó en ningún debate público con sus eventuales contendientes para, por lo menos, defender su condición de mujer y cholita. Somos enemigos de la discriminación pero luchamos también por la igualdad que debe manifestarse en todo tiempo y lugar, en este caso, para sustentar una candidatura con solvencia. En estas condiciones, el «voto duro» se expresó pero no fue suficiente.
Esto también contribuyó a la derrota de la c. Felipa y a la pérdida de la Gobernación del Departamento de La Paz.
5.La democracia y el equilibrio de poderes        
La hegemonía del MAS-IPSP, el supuesto control de todos los poderes del Estado incluido el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y el «equilibrio de poderes» para una sana democracia, fueron los argumentos de la derecha y algunos despistados de «izquierda» que utilizaron para combatir y de alguna manera romper la hegemonía del MAS en La Paz y Cochabamba. Este es un argumento sutil, convincente para algunos pero falaz para la política como  ciencia y como arte.
Desde la conceptualización inicial de la democracia como categoría científica para designar un sistema político, como «democracia del pueblo y por el pueblo», se relaciona con el otro concepto pueblo utilizado por Hegel para referirse a los de abajo, a los desposeídos, a las mayorías, por eso la democracia del pueblo y por el pueblo es siempre de las mayorías cuando el pueblo está unido, organizado y protagonizando hechos políticos democráticos. Si el pueblo es siempre mayoría respecto a otras clases, tanto la antagónica (los ricos) como las emergentes (clases medias en general), siempre es mayoría y como tal debería ser siempre hegemónica si de verdad es una democracia del pueblo. Todo equilibrio de poderes en democracia del pueblo es un ardid, un pretexto, una forma encubierta para compartir los poderes y darle otro sentido a la democracia  como aquel de que democracia es el libre juego de intereses en la sociedad.
Con este concepto, el pueblo resulta subordinado a otras clases minoritarias como son todas las formas de la democracia liberal representativa de la que tiene mucha experiencia nuestro pueblo, que en nombre de la democracia, ejercieron la dictadura de las clases o de fracciones de clase dominantes. Los claros ejemplos de esta democracia liberal representativa, con la que muchos sectores populares y hasta fracciones de movimientos sociales se han dejado seducir, son Rubén Costas en Santa Cruz y Samuel Doria Medina en ciudad de El Alto a los que suma Félix Patzi como gobernador de La Paz.
6. La alerta naranja ya
En esta fase de la alerta naranja, antes de que sea tarde llegando a la alerta roja, construyamos liderazgos locales y regionales de calidad; superemos el pragmatismo despojado de ideolo-gización y despolitizado como pretende la derecha porque así camufla su neoliberalismo reaccionario o cuando menos conservador; y así ampliemos y profundicemos la democracia local, regional y nacional pero la democracia del pueblo y por el pueblo.