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La "gratitud" del imperio

 

El presidente de México, Vicente Fox, ya en el último año de su mandato, ha comenzado a saborear la gratitud del imperio. En los cinco años que lleva al frente de la presidencia, se ha jactado de unas relaciones especiales con Estados Unidos, y ha anunciado reiteradas veces que solucionaría, en diálogo con su amigo texano, el problema migratorio.

Para ello, no vaciló en boicotear los intentos de integración latinoamericana en todas las cumbres que participó, y ha sido el caballito de Troya de Bush en todas las cumbres presidenciales, introduciendo las posiciones y planteos de Estados Unidos.

Su más reciente trabajo servil fue en la pasada cumbre de Mar del Plata donde intentó introducir la discusión del Tratado de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en la cumbre de presidentes, cuando el tema ya definido con anterioridad era el combate a la pobreza. Cuando fracasó, se dedicó a cuestionar al presidente argentino, Néstor Kirchner, al que acusó de faltar a sus deberes de anfitrión, y también al presidente venezolano Hugo Chávez por su supuesto radicalismo.

En una cumbre anterior, la Iberoamericana, cuando le tocó el papel de anfitrión en Monterrey, hizo el trabajo sucio de desinvitar al presidente cubano Fidel Castro de una reunión protocolar, para "no ofender a Bush".

Tanto en el caso de la cumbre de Monterrey, donde Fidel Castro debió revelar el contenido de conversaciones telefónicas con Fox ante la desinformación que el mexicano había provocado, como en la cumbre de Mar del Plata en su debate con Chávez, los incidentes treparon hasta el retiro de embajadores.

Esta obsecuencia del mandatario mexicano, tenía como supuesta justificación, un trato preferencial con Estados Unidos. Al asumir la presidencia Fox apostó a resolver el problema migratorio con su vecino del norte, y para ello se reunió varias veces con el presidente Bush, sin recibir respuestas.

En las últimas semanas, la Cámara de Representantes de Estados Unidos, a iniciativas de la Casa Blanca, aprobó la construcción de un muro en la frontera con México en las zonas pobladas y que reforzarán las vallas ya construidas, y se espera que el Senado lo ratifique dentro de poco. Además, según anunció Bush, habrá más dinero para vigilancia y expulsión de los inmigrantes documentados detenidos.

El gobierno mexicano, hasta el momento con pocas iniciativas para la unidad latinoamericana, ha reclamado ahora apoyo internacional para impedir que Estados Unidos construya el muro.

"México no va a aguantar, y no va a soportar, y no va a permitir y no va a estar autorizando una tontera como lo es este muro que se está planteando", dijo el canciller Luis Ernesto Derbez.

"Esta situación que estamos viviendo en este momento, oprobiosa, vergonzante, construcción de muros, el estar reforzando más y más los sistemas de seguridad, el estar violando más y más derechos humanos y laborales, no va a proteger a la economía de EE.UU.", dijo el presidente Fox en un arranque de radicalismo.

Desde la caída del muro de Berlín, que todos festejaron como el triunfo de la libertad, nuevos muros se han construido, pero para detener a los pobres que buscan trabajo o para usurpar territorios ocupados. Así, Israel construyó un muro para encerrar y dividir a los palestinos y quedarse con los territorios ocupados, España levanta cercas y muros alrededor de sus territorios coloniales en Africa para impedir el ingreso de inmigrantes, y ahora Estados Unidos no satisfecho con las cercas de alambres, decide levantar otro muro. Si la caída del muro de Berlín era el triunfo de la libertad, ¿cuáles es el símbolo de la construcción de este muro?.

De todas maneras, aunque triste lección porque paga un pueblo noble y solidario, el ejemplo del presidente mexicano revela cual es la gratitud del imperio a quienes le sirven.



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