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El fundamentalismo ideológico de Rojas

 

escribe Ernesto Tamara

En los últimos días, el debate sobre la inmigración en Suecia fue nuevamente teñido por expresiones racistas, esta vez del nuevo ideólogo de la derecha, el ex chileno, Mauricio Rojas.

Y debemos decir ex chileno, porque sino, según su categorización de la delincuencia como una "herencia cultural" de los inmigrantes, tendríamos que atribuirle también a él, el ser portador de esa herencia, y por consiguiente, un potencial delincuente.

Según Rojas, poco novedoso en su planteo, una seudo investigación sobre el origen de los "sospechosos" de delitos, no sobre quienes lo cometieron, estaría demostrando que los inmigrantes son mayoría en esa estadística, y atribuye ese resultado a que los inmigrantes de determinados países tienen una "herencia cultural" (no se atreve a decir genes) que los impulsa a la delincuencia.

Planteos similares al de Rojas se han presentado a lo largo de la historia, pero sólo el nazismo se atrevió a implementar políticas concretas contra minorías étnicas o enfermos, basado en una supuesta herencia genética o "cultural" que hacía a esos grupos responsables de determinadas conductas.

Antes incluso de los campos de concentración y exterminio, el Estado nazi legisló para esterilizar a gitanos, enfermos mentales o con alguna incapacidad, o a simples delicuentes. Más tarde llegaron a las cámaras de gas y exterminios masivos, donde los judíos (según los nazis también portadores de una herencia cultural dañina) fueron mayoría, aunque estaban acompañados de gitanos, comunistas y otros individuos portadores de alguna "herencia cultural" maldita.

Esa idea de la pureza racial de los arios y la condena de otras razas trasmisoras de delincuencia y enfermedades, se extendió a otros países y fue adoptada por investigadores de varios países. Por ejemplo, la Universidad de Lund todavía conserva más de mil cráneos que "científicos" utilizaban para medir y descubrir las características que revelarían donde escondía el mal, o la herencia maldita.

La solución nazi fue exterminar a los portadores de la herencia cultural que dañaba a la sociedad perfecta. Para Rojas, más civilizado, apunta a la expulsión de los inmigrantes que no pueden controlar su herencia, o impedirles el ingreso al país como medida previsora.

La sola teoría de la existencia de razas ha sido descartada por la ciencia. La relevación de la constitución del genoma humano ha demostrado además que los humanos no somos diferentes entre sí, y apenas nos diferenciamos de los monos por uno en un millón.

Las ciencias sociales, y la experiencia histórica, han contribuido además a demostrar que la marginación, la pobreza, la exclusión social, la falta de educación e integración social, son la causa de la delincuencia. Por lo menos de la delincuencia que se toma en cuenta en las estadísticas. Ya que allí no aparecen los delitos de cuello en blanco, los fraudes bancarios, accionarios y de soborno a las autoridades. Seguro que en estos casos la teoría de la herencia cultural de los inmigrantes sería al revés.

El pasado domingo, en una nota de opinión en el diario Dagens Nyheter, Kerstin Vinterhed recordaba que a mediados del pasado siglo en Suecia, se acusaba a los gitanos de ser portadores de una herencia cultural que los llevaba a la delincuencia. Y destacaba que en pocos años, los 40 mil gitanos del país dejaron de aparecer en las estadísticas de delincuentes. No es que hayan desaparecido, sino, como destacó otro investigador, Karl Grunewald, con el aumento del nivel de vida se integraron y "desaparecieron" como grupo conflictivo.

La mejoría en las condiciones de vida de cualquier grupo social, en cualquier país, redunda en una disminución de la delincuencia, y lo contrario sucede cuando las condiciones de vida empeoran.

Claro que Rojas no está solo en sus planteos racistas, y en menor escala, es la misma ideología de la nueva derecha norteamericana que plantea ahora un conflicto entre civilizaciones para justificar las guerras contra los países árabes. El fundamentalismo ideológico y religioso no es novedoso.



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