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La candidata oficialista Michelle Bachelet sigue al frente de las encuentas |
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El próximo domingo 11 de diciembre, Chile celebra nuevas elecciones presidenciales y legislativas con la posibilidad de definir la presidencia recién en una segunda vuelta electoral, entre la oficialista Michelle Bachelet y el opositor derechista Sebastián Piñera. Como en las elecciones anteriores, los votos de la izquierda no integrada a la coalición de gobierno, puede definir el resultado. El triunfo de la candidata de Concertación Nacional, la ex ministra de Salud y Defensa, Bachelet, parece más claro en estas elecciones que cuando Ricardo Lagos obtuvo la presidencia en las pasadas elecciones presidenciales. Sin embargo, la cómoda ventaja que tenía en las encuestas 3 meses atrás, y que le auguraban la victoria necesidad de un balotaje, se diluyó tanto por el avance del candidato de las organizaciones de izquierda extraparlamentaria, el humanista Tomás Hirsch, como por un retroceso de sus propias fuerzas que los analistas atribuyen al repetido discurso del oficialismo de presentarla como continuadora de las actuales líneas de gobierno. Poco más de ocho millones 200 mil chilenos están registrados para votar, de una población superior a los 15 millones de habitantes. Unos dos millones 500 en edad de votar han rehusado inscribirse en los registros electorales. De acuerdo con los últimos sondeos, Bachelet ha descendido desde un promedio superior a 46 por ciento en septiembre-octubre a poco más de 40, mientras que los candidatos de la derecha opositora Sebastián Piñera y Joaquín Lavín rondan el 22 y 21 por ciento, respectivamente. En una eventual segunda vuelta, Bachelet tendría que enfrentar a cualquiera de los dos que alcance el segundo lugar. Aunque no todos los votos son traspasables de un candidato a otro, la alianza derechista podría reunir, si supera sus discrepancias actuales, una cifra de votos superior también a 40 por ciento. Por su parte, no es muy seguro que los votantes de la izquierda, del pacto Junto Podemos Más, que presenta a Tomás Hirsch como candidato, y que se estima pueden rodar 10 por ciento, repitan la experiencia de los comicios del 2000, cuando dieron su voto a Lagos sin condiciones, para que pudiera vencer a Lavín en la segunda vuelta. Según diversos analistas, el candidato de Renovación Nacional, Piñera, está captando votos de sectores centro derecha que hasta hace poco respaldaban a la coalición de gobierno, integrados fundamentalmente por pequeños y medianos empresarios descontentos por el abandono del gobierno,. El candidato de izquiera, Hirsch a su vez capta votos desde el lado progresista. El empeño del presidente Ricardo Lagos y los ministros de su gabinete de mostrar a Bachelet como una continuadora de la política desarrollada por su gobierno ha tenido -a juicio de sus críticos- mucho que ver en la caída de la ex ministra de Defensa. Todos los candidatos por igual han admitido la existencia de una abrumadora desigualdad social, un elevado índice de desempleo, una creciente delincuencia y carencias en los programas de educación, salud, vivienda y sistema de pensiones. A ello se une la persistencia de mantener a toda costa el superávit estructural de uno por ciento recomendado por el Fondo Monetario y otros organismos financieros internacionales, que frena el gasto social requerido para aliviar desigualdades. DC reclama cambios En medio de este panorama, la Democracia Cristiana -principal partido de la Concertación- hizo un llamado urgente a la candidata oficialista a introducir sustanciales modificaciones a su proyecto continuista de gobierno. En una declaración pública, la DC reafirma de modo categórico su emplazamiento a "corregir el modelo", plantea medidas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas (Pymes), cambios al sistema electoral binominal y medidas para restringir la concentración económica. "¿Creen que alguien puede ganar votos hoy pidiendo que las cosas sigan tal como están y que salgamos a defender a los 25 grandes empresarios que hay en este país", afirmó Adolfo Zaldívar, presidente de la DC en alusión al programa de la abanderada socialista. También calificó como "una brutalidad" del gobierno la entrega de subsidios a Lan Chile, propiedad del multimillonario aspirante presidencial Sebastián Piñera, por un millón de dólares, mientras que las Pymes de ven obligadas a cerrar por falta de ayuda. La coyuntura la aprovechó el candidato de la derecha moderada para capitalizar el descontento de un sector importante de la clase media, que milita fundamentalmente en la democracia cristiana, y que se siente defraudada por la inconsistencia del discurso oficial. En tanto, segmentos no despreciables del llamado "progresismo" de la Concertación -asociados fundamentalmente a las organizaciones de base de los Partidos Socialista y por la Democracia- han iniciado también el éxodo hacia la propuesta antineoliberal del Juntos Podemos. Construir una alternativa El Pacto Juntos Podemos Más deberá asumir con responsabilidad la construcción de una centro izquierda, que se plantee la posibilidad de ser gobierno en Chile, afirmó Juan Andrés Lagos, miembro de la Comisión Política del Partido Comunista (PC) y candidato a diputado por esa agrupación. Apuntó que esta alternativa se ha ido abriendo paso y ganando espacio -con mucho sacrificio, pero de manera ascendente- en la conciencia de los chilenos Subrayó que la candidatura presidencial de Tomás Hirsch, que es apoyada por comunistas, humanistas, la izquierda cristiana y una treintena de organizaciones independientes, se ha instalado como una alternativa de los sectores progresistas críticos al neoliberalismo. El dirigente recordó que en las elecciones parlamentarias de 1996 el PC hizo una propuesta a la coalición de gobierno que buscaba profundizar los cambios democráticos para detener el crecimiento de estas fuerzas políticas a expensas de la propia Concertación. Explicó que los objetivos en aquella oportunidad incluían restituir una representación en el país a partir de la izquierda y el centro político. "Sin embargo, esa propuesta fue rechazada por el gobierno y después el presidente Ricardo Lagos privilegió el entendimiento con la derecha, y especialmente con Unión Democrática Independiente (UDI), su sector más ultra", enfatizó. El dirigente comunista atribuyó la caída que ha experimentado la candidatura "pseudo progresista" de la oficialista Michelle Bachelet, "a esta suerte de diálogo ciudadano", que no ha hecho más que alentar al sector más moderado de la derecha a ganar el voto del centro. También ha contribuido al desplome -apuntó- la persistencia del presidente Lagos por mostrar a Bachelet como la candidata que va a continuar la política del gobierno, que no ha hecho más que acentuar la desigualdad social, el desempleo, la delincuencia y otros males del país. El Pacto Juntos Podemos, de reciente creación, dio la gran sorpresa de las elecciones municipales de octubre del pasado año cuando ganó cerca de 10 por ciento de los votos, y en las actuales apuesta a sobrepasar esa cifra. Bachelet por una alianza regional La candidata oficialista Michelle Bachelet afirmó que de ganar priorizará las relaciones con los países vecinos. La ex ministra de Defensa se mostró segura de que será la primera mujer en llegar a La Moneda en la historia del país y restó importancia al hecho de que sea en la primera o segunda vuelta electoral (el 11 de diciembre o 15 de enero en enero próximos). "Tengo altísimas posibilidades de ser la próxima presidenta de Chile", dijo Bachelet, médico de profesión, de 54 años, durante su primer encuentro con corresponsales extranjeros acreditados en Chile Subrayó que siempre ha trabajado con la lógica de que puede pasar a una segunda vuelta con uno de los dos candidatos de la extrema derecha, Joaquín Lavín o Sebastián Piñera, "aunque no doy como imposible ganar en diciembre próximo". La postulante, de filiación socialista, mantenía una alta preferencia en las encuestas, que se acercaba bastante a la barrera de 50 más uno de los votos, pero ha sufrido una sensible caída que la llevó a bajar del 40 por ciento en octubre pasado. Dijo que de ganar mantendrá relaciones con todos los países del mundo, una política exterior muy similar a la desarrollada durante el gobierno del presidente Ricardo Lagos (2000-2005), pero dará prioridad a las relaciones con sus vecinos. Bachelet no descartó continuar negociando un Tratado de Libre Comercio (ALCA), que auspicia Estados Unidos y que rechazan los países del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). El tema dividió a las naciones latinoamericanas durante la reciente Cumbre de las Américas, cuando Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay -miembros plenos del MERCOSUR- y Venezuela -asociado- se opusieron fuertemente a continuar las negociaciones. La candidata oficialista dijo que como quiera que hay países que tienen mejores posibilidades que otros para seguir avanzando, ella es partidaria de tratar de lograr lo que denominó, "una especie de ALCA básica". Rehusando tomar un partido abierto entre ambos bandos, la abanderada socialista reafirmó que lo importante era tratar de lograr alianzas "que permitan que la voz de la región puede escucharse mejor en los foros internacionales". Bachelet dijo que su eventual gobierno tendrá relaciones con todos los países del mundo, aunque -insistió- "mis vecinos van a ser una tremenda prioridad", al tiempo que aseguró que Chile seguirá apoyando al MERCOSUR. Sobre la controversia con Perú, país que busca cambiar los límites marítimos con Chile, recalcó que de ser electa trabajará por "construir lazos de confianza, respetar a los interlocutores", pero "con mucha claridad y firmeza en aquello que no es posible". En cuanto al caso del ex presidente peruano Alberto Fujimori, que en un principio abogó porque fuera expulsado de Chile, dijo ahora "que no es bueno pronunciarse" sobre un asunto que está en manos de la Corte Suprema de Chile". Volviendo al tema interno y a una segunda vuelta con uno de los candidatos de la oposición de derecha, insistió en que ese escenario no le preocupa y no tiene planes de cambiar su discurso para evitarla. "Mi esfuerzo principal será llegar a todos los chilenos", apuntó. "No voy a cambiar mi discurso por 'ofertones' electorales", dijo Bachelet, quien agregó que espera en esta etapa seguir trabajando con todos los sectores de la coalición de gobierno, la Concertación de Partidos por la Democracia. En el plano íntimo, Bachelet reconoció que su condición de mujer la ha favorecido en estas elecciones. "Es una ventaja ser mujer", señaló la candidata, tras explicar que en Chile "la gran mayoría está dispuesto a votar por una mujer" para presidente. De triunfar en una u otra vueltas, Bachelet se convertiría en la primera mujer en ocupar la presidencia de Chile, meta superior a la alcanzada por ella cuando devino también la primera que logra desempeñarse como ministra de Defensa en América Latina. |
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