inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 04-Nov-2005

El mundo rico y la peste aviar

 

La aparición en Europa de aves infectadas con la peste aviar, ha desatado una histeria que revela una faceta más de cómo para el mundo rico sus vidas valen más que aquellas que habitan en las zonas más pobres del sur.

Un escandaloso ejemplo es la actitud adoptada por de las empresas farmacéuticas que fabrican los únicos medicamentos que existen para tratar la pandemia en los seres humanos, apoyadas por los políticos que les sirven.

La compañía suiza Roche que posee hasta ahora en exclusividad la patente del medicamento Tamiflu contra el virus de la peste aviar y ha ganado millones comercializándolo y que no está condiciones de producir más cantidades para la previsible demanda del mismo, se venía negando a traspasar la licencia para que otros laboratorios puedan también producirlo.

Como la Unión Europea y Estados Unidos comenzaron a considerar que la peste es "una amenaza global" en la medida que puede afectar a sus ciudadanos. EE.UU logró bajo fuertes presiones que la multinacional farmaceútica europea comparta ahora la patente también con compañías norteamericanas.
Pese a que la epidemia desde el año pasado afecta particularmente a países del sudeste asiático, y ya en Tailandia y Vietnam murieron personas, ni a EE.UU ni a la UE se les movió el pelo en batallar para que dichos países pudieran acceder al medicamento protegido por la ley internacional de patentes.

Los países del Tercer Mundo están concientes de la tremenda resistencia que oponen EE.UU y la UE movilizados para defender las patentes de las medicinas que las poderosas multinacionales fabrican para enriquecerse más a costilla de los pobres del mundo.

La reacción de norteamericanos y europeos es una prueba más de la doble moral que exhiben sin rubor, y de la insolidaridad que muestran frente a los seres humanos que en el Sur del mundo son víctimas no sólo de la pandemia y no tienen recursos para acceder a esas medicinas de alto costo.

Porque sobre todo les afectan el sida y la tuberculosis. Más de tres millones de personas murieron de sida el año pasado, al tiempo que la tuberculosis mató a dos millones y la malaria a un millón de seres humanos en los países pobres.

Pascal Lamy, director general de la Organización Mundial de la Salud - OMS, dijo hace poco que: "La explosión del sida muestra la urgente necesidad de que las medicinas más urgentemente necesarias sean accesibles a precios bajos".

Cambodia uno de los países más pobres del sudeste asiático tiene el mayor índice de sida de la región. En esos países no se ha podido alcanzar aún ni la mitad del número de medicinas necesarias para luchar contra el sida y el vih, entre otras cosas porque EE.UU y la UE protegen sus patentes farmaceúticas. Pero como ahora se sienten asustados, no tienen problemas a la hora de ponerse de acuerdo para romper las reglas que ellos mismos le han impuesto al resto del mundo.

Los países ricos tienen el poder suficiente para emplear un recurso que sólo se reservan para sí mismos, el de "licenciamiento obligatorio" que les permite usar la patente de un medicamento y fabricarlo localmente, pagando el Estado como compensación un royalty.

Canadá por ejemplo, utiliza este método rutinariamente y paga un 4 por ciento del royalty del precio de venta. Es decir abarata el producto porque tiene el poder que no tienen los países pobres.

Ahora en la histeria, que hace que hasta Bush se asuste por una potencial epidemia de la peste aviar que también le llegue a EE.UU y pida recursos especiales al Congreso, los ricos una vez más sólo se preocupan por ellos y se arreglan para agenciarse de lo que necesitan.



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