Cientos de miles de fuentes de trabajo sería la única salvación para los jóvenes, dijo Joachim Vogel, catedrático de la Universidad de Umeå basado en un estudio realizado por la Oficina Central de Estadística (SCB). No sólo ha empeorado la economía sino que la salud también ha desmejorado. Por otro lado la situación de los ancianos ha mejorado un poco; pero el informe demuestra un panorama oscuro para las futuras generaciones.

- Las diferencias continuarán en aumento si no se toman medidas drásticas como por ejemplo 200 mil puestos de trabajo, agregó Joachim Vogel, quien también había participado en la encuesta.
La razón principal del aumento de las diferencias entre el bienestar de los jóvenes y de los ancianos es justamente la difícil situación en que se encuentra el mercado de trabajo. Durante la crisis de los 90, uno de cada diez trabajos desapareció, complicando aún más las posibilidades de aquellos que trataban de entrar en el mercado laboral. La recuperación no ha sido suficiente y por ello la desocupación entre los jóvenes de 20 y 34 años es más alta y con menos posibilidades de empleo que aquellos de la misma edad en las décadas de los 70 y los 80.

- Pero se trata también de que hay mayores exigencias de educación. Uno se educa más y la entrada al mercado de trabajo se disloca. Al mismo tiempo ésto debería reflejarse según los niveles de estudio que nosotros realmente necesitamos. Hoy tenemos sobre educación ya que los jóvenes al no encontrar trabajo continúan estudiando, manifestó Vogel.

Según SCB el mercado de la vivienda también juega su papel. Cuando se contruye poco, al mismo tiempo que se hace para aquellos que tienen una situación económica estable y las viviendas de alquiler han sido transformadas en viviendas de propiedad, se reducen las posibilidades de los jóvenes para encontrar vivienda.

Estos factores juntos traen aparejado que los jóvenes tienen pocos ingresos y un nivel de vida bajo. Muchos tienen dificultades para pagar sus deudas, tienen que pedir prestado para comer o viven del subsidio social.
Toda esta situación implica un empeoramiento en la salud de la juventud; hoy hay muchos jóvenes que están enfermos por períodos largos lo que reduce sus capacidades de trabajo, además la preocupación por su economía y por quedar desocupados es cada vez mayor.

Al mismo tiempo la generación de sus padres y los jubilados pueden sentirse contentos pues tienen mejores ingresos y una mejor calidad de vida y mejor atención médica; mientras que la situación de los jóvenes va en el sentido opuesto.

- Con el nuevo sistema de pensiones, hay muchas personas mayores que trabajan algunos años más, lo que implica una mayor competencia y frena la posibilidad a los jóvenes de entrar en el mercado de trabajo, concluyó Joachim Vogel.

El informe está basado en 100 mil entrevistas realizadas entre 1980 y 2003.