|
||||||
XV Cumbre Iberoamericana |
||||||
Escribe Ernesto Tamara. La cita de España fue calificada por el mandatario venezolano Hugo Chávez -siempre excéptico de estas reuniones- como la "mejor cumbre" a la que ha asistido, mientras que el canciller cubano Pérez Roque, calificó a la reunión como un triunfo de las posiciones cubanas y de "duro golpe" a la política de Washington. Un anuncio que ya ha despertado las protestas de la derecha en Uruguay y demás países fundadores del Mercosur. Es que al tibio progresismo de Lula, Vázquez y Kirchner, se le enfrentará el empuje y dinamismo de un Chávez "radical", dispuesto a apostar decididamente en la integración con su ahora poderosa arma del petróleo. La posición del actual presidente paraguayo, Nicanor Duarte, que aceptó el ingreso de tropas yanquis a su país, quedará aún más aislada. La "rebelión" de los mandatarios iberoamericanos de condenar el bloqueo a Cuba, después de 15 Cumbres en que se ignoró el tema, es destacada especialmente después del intento de la embajada norteamericana en Madrid y del Departamento de Estado, de influir sobre el texto final de la declaración. La aprobación del Comunicado Especial sobre la necesidad de poner fin al cerco económico, comercial y financiero de Estados Unidos resultó un golpe duro a la política de Washington, inquieto por la inclusión del vocablo bloqueo, por primera vez, en un documento oficial de la comunidad regional. La XV Cumbre Iberoamericana ha dado una señal de que se podía rescatar este foro del descrédito que había tenido en los últimos tiempos, dijo el ministro del Exterior de Cuba, Felipe Pérez Roque. Una victoria política y diplomática, resultado de la autoridad de Cuba, de la resistencia de nuestro pueblo bajo la dirección de Fidel (Castro), aseguró el jefe de diplomacia. Pérez Roque los calificó estos documentos de espaldarazo a la lucha del pueblo cubano y señal inequívoca a Washington "que esperamos sea entendida". La cumbre, explicó, es un ejercicio de equilibrio delicado ya que España y Portugal son miembros de la Unión Europea y eso implica para ellos compromisos con países que son ricos y desarrollados y están lejos de los intereses de América Latina. Reconoció que el gobierno español ha tenido una actitud de más apertura, modestia, respeto y sensibilidad para oír a los latinoamericanos, si se compara con la arrogancia imperial del gobierno de José María Aznar. Figura en el documento una solicitud a instituciones para trabajar con vistas a una concertación político-técnica que ponga en práctica proyectos dirigidos a la investigación, el desarrollo y la innovación creando así un nuevo espacio iberoamericano del conocimiento. De igual manera los mandatarios proponen elaborar una Carta Cultural Iberoamericana que, desde la perspectiva de la diversidad, contribuya a la consolidación del espacio iberoamericano y al desarrollo integral del ser humano y la superación de la pobreza. Otro de los aspectos recogidos en el texto de apenas tres folios y medio es el que se refiere a la salud donde se plantea crear redes temáticas iberoamericanas de cooperación en diversos aspectos, entre ellas trasplantes, medicamentos, lucha contra el tabaquismo e investigaciones científicas. De igual manera hace especial énfasis en las cuestiones relacionadas con el tema económico, como el derecho al trabajo, la distribución más equitativa de los beneficios del crecimiento, la inclusión social y el respeto de los derechos de los trabajadores. En la Declaración hay, además, una encomienda a su Secretaría General para realizar el seguimiento al tema de la ayuda oficial al Desarrollo, algo factible por la trayectoria de su jefe, Enrique Iglesias, ya que fue hasta hace unas semanas el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. También se le asigna a la Secretaría dedicar tiempo al fortalecimiento del Fondo Indígena y, en ese sentido, integre la perspectiva de cooperación con los afrodescendientes, y las tareas y planes que se deriven de ella. En la apertura del encuentro, el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, advirtió que los países latinoamericanos se encuentran en riesgo debido a la "obstinada persistencia" de la desigualdad y la marginación, elementos que han derivado en una desconfianza hacia la capacidad de los gobiernos para responder a las necesidades de la población más pobre, lo que además añade un componente de descontento social e inestabilidad política. En tanto, el ex director del Banco Interamericano de Desarrollo Enrique Iglesias, ahora a cargo de una Secretaría General de la Cumbre Iberoamericana, consideró que el desafío más apremiante es reducir los niveles de pobreza extrema, que aqueja a unas 100 millones de personas en la región, y pobreza en general (otros 100 millones), así como establecer eficaces programas educativos y crear más empleos. Mientras tanto, los integrantes de la llamada Contracumbre, realizada por organizaciones no gubernamentales, destacaron la incompatibilidad entre los discursos oficiales sobre la pobreza y la creciente brecha entre ricos y pobres. También han apuntado la falta de credibilidad en las clases políticas, cuya voluntad para satisfacer las necesidades básicas de la población es duramente cuestionada, y en las incipientes instituciones democráticas. En ese sentido, llama poderosamente la atención la ausencia de temas prioritarios, como la paulatina destrucción del medio ambiente, la deuda externa que ahoga las finanzas de las naciones y el rechazo general de la globalización y las políticas neoliberales. |
||||||
|
||||||
|