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Sudamérica: una cumbre con segundo turno |
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Escribe Abel Sardiña. Chávez se negó en un inicio a firmar la declaración final, porque les fue entregada para su aprobación por los cancilleres reunidos el día antes, y no hubo tiempo para un debate político profundo de los diversos temas. Ante una solicitud del canciller brasileño Celso Amorim, y la propuesta de Lula de hacer ese debate en la cumbre del Mercosur en diciembre, que será abierta a todos los países sudamericanos, Chávez accedió a firmar. Lula acotó que sería ideal si todos pudieran disponer de dos días, porque, "realmente, necesitamos hacer un debate político como sugiere Chávez". Fue significativo que luego ambos primeros mandatarios almorzaron juntos, mientras que los demás participantes en la cumbre iban abandonando Brasilia. Antes Chávez había dicho que la Comunidad Sudamericana estaría condenada al fracaso si adoptaba los mismos esquemas neoliberales de integración del Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones. Acotó que el 28 de octubre su país será declarado libre de analfabetismo, gracias a la colaboración de Cuba, agregó que "un problema de 200 años fue erradicado en un año y medio", y opinó que antes de hacer carreteras y gasoductos, los gobiernos debían resolver la cuestión del analfabetismo. También propuso un plan latinoamericano para tratamiento de la salud, igualmente con la cooperación de su país y Cuba, y afirmó que ambas naciones pueden ayudar a la región a desarrollar la medicina gratuita. La otra propuesta fue la creación de un Banco de Desarrollo del Sur, mediante una decisión política de usar en el proyecto una parte de las reservas monetarias de cada país. "Parece una estupidez que la mayor parte de nuestras reservas estén en bancos del Norte", remarcó. Los 12 dignatarios o sus representantes decidieron trabajar por una zona de libre comercio en la región, buscar mecanismos alternativos de financiamiento y promover la exención de visas entre sus países. La cita seleccionó como áreas de acción prioritaria de la Comunidad el diálogo político, la integración física y energética, medio ambiente, mecanismos financieros intrínsecos a la región, telecomunicaciones, asimetrías, promoción de la cohesión, inclusión y justicia social. Otro resultado importante de la Cumbre fue resultó el marco para la firma de importantes acuerdos de Venezuela con Argentina y en especial con Brasil, cuya importancia para la integración sudamericana coincidieron en resaltar Lula y Chávez. Los documentos firmados por las estatales Petrobrás y PDVSA prevén inversiones de cuatro mil 700 millones de dólares, dos mil 500 millones de ellos para construir una refinería en el estado brasileño de Pernambuco. También fue firmado un preacuerdo de creación de una "Joint Venture" para desarrollar campos petrolíferos en Venezuela con reservas estimadas en 11 billones de pies cúbicos y cuya explotación demanda inversiones de dos mil 200 millones de dólares. Otra asociación es para ejecutar estudios de cuantificación y certificación de las reservas del campo Carabobo 1 de la franja del Orinoco, también en Venezuela, con el objetivo de explotarlo con una participación de PDVSA con 51 por ciento y Petrobrás con 49. Chávez indicó que estos y otros acuerdos firmados contribuyen a la creación de modelos, pues se apartan del neoliberalismo, del dominio de las transnacionales y debilitan los mecanismos de explotación de los pueblos sudamericanos. Reiteró la voluntad de Venezuela de compartir su potencial energético con los países latinoamericanos, lo que asusta a los países desarrollados. Lula, por su lado, precisó que estos acuerdos significan "la concretización de un sueño, como dice Chávez, alimentado por muchos combatientes que a lo largo de siglos marcaron la historia de América Latina. El sueño de la integración". Agregó que el cambio de política y la lucha por la integración molesta a quienes "estaban habituados a decidir y nosotros a decir amén", y ahora perciben que "nos respetamos y queremos ser oídos en cuanto países soberanos, dueños de las soluciones para los problemas". Concluyó afirmando que, con este paso, ambos gobiernos están diciendo a sus pueblos, a América Latina y al mundo "que la integración no es más un deseo, es una realidad". |
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