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Encuentro Mundial de Resistencia y Alternativas a la Deuda Externa
El Tercer Mundo ya pagó varias
veces la deuda externa

 

Escribe Ernesto Tamara.
Veinte años después de la primera reunión continental sobre la deuda externa, celebrada en La Habana a iniciativas del presidente de Cuba, Fidel Castro, la conclusión a la que arribaron delegados de 51 países reunidos nuevamente en esa capital para estudiar el mismo tema, es que los países del denominado Tercer Mundo, están hoy más endeudados que entonces, después de haber rematado sus empresas públicas, y achicado el Estado. Asimismo concluyeron que no basta con promover el no pago de la deuda, sino que es imprescindible diseñar e impulsar políticas económicas y sociales integrales, que promuevan el respeto y desarrollo de las naciones y sus pueblos.

Una conclusión que agrava el pronóstico de las Naciones Unidas sobre el atraso en el cumplimiento de las metas del milenio para reducir la pobreza.

La primera conclusión es que las iniciativas de los gobiernos pobres para enfrentar el flagelo de la deuda, que significa una sangría constante de recursos que podrían ser usados para combatir la pobreza, han fracasado estrepitosamente, y es necesario adoptar nuevas iniciativas.

Hace 20 años, la propuesta de No pago de la deuda externa, fue sólo asumida por organizaciones sociales y ningún gobierno. El entonces presidente de Perú, Alán García, tomó la iniciativa de destinar sólo un porcentaje de los recursos del país para pagar la deuda externa, pero fracasó. Los gobiernos de entonces, especialmente en América Latina, se sometieron a los planteos neoliberales de los Chicagos boys, y comenzaron a vender, a precios de remate, las empresas del Estado y conceder servicios públicas a la iniciativa privada, en su mayor parte a las empresas transnacionales. Por un lado recibieron dinero al contado -que destinaron a pagar deudas que igual no dejaron de crecer- y por otro lado dejaron de recibir un dinero constante y regular, producto de esas empresas y recursos que ya no estaban en poder del Estado.

En ese proceso de venta de los recursos de las naciones no dejó de estar presente la corrupción. Y muchos funcionarios del Estado, presidentes, ministros, se enriquecieron de forma escandalosa. En algunos países se produjeron protestas sociales y la destitución de los gobernantes, pero hasta ahora, practicamente en ningún caso, se han concretado detenciones, condenas y prisiones de esos funcionarios corruptos, ni sancionado a las empresas que adquirieron bienes públicos mediante ese mecanismo.

Pocos días antes de la nueva reunión en La Habana, los países más ricos del mundo anunciaron la condonación de la deuda a una decena de países pobres. Una deuda que ya habían pagado con creces. Sin embargo, debido a las condiciones de dependencia del comercio exterior y las políticas crediticias de los organismos internacionales, es casi seguro que en poco tiempo los países éstos, subdesarrollados estarán nuevamente endeudados.

Como se llamó la atención en el encuentro habanero, ninguna de las iniciativas de integración o acuerdos de libre comercio que propician las naciones ricas, existe una iniciativa que contemple la deuda externa, mecanismos para reducirla e incluso un programa de comercio diferenciado para compensar los desiquilibrios económicos.

4,4 billones pagados
Según las cifras presentadas en el encuentro, los países latinoamericanos y del Caribe, desde 1985 a la fecha, pagaron más de cinco veces la deuda externa original, y ahora están más endeudados que nunca.
El experto cubano Osvaldo Martínez, director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, denunció que los países subdesarrollados, desde 1986 al pasado año, han pagado 4,4 billones de dólares por el servicio de la deuda externa, cinco veces más que lo recibido en la llamada ayuda al desarrollo por parte de las naciones ricas y acreedoras.

La deuda externa sigue siendo el principal garrote para imponer el neoliberalismo al Tercer Mundo, afirmó Martínez, también presidente de la Comisión Económica del parlamento cubano.
Sostuvo que los países subdesarrollados pagan anualmente 244 mil millones de dólares, "una vena abierta por la que se hace la sangría de recursos indispensables para combatir el analfabetismo y la pobreza".
Para América Latina ha significado la erogación de más de dos billones de dólares apuntó el experto.

Martínez calificó a la deuda externa como el instrumento de presión principal para imponer planes de ajuste estructural con la vigilancia y colaboración del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Explicó que las renegociaciones propuestas por los organismos internacionales, conducen a más privatización y sometimiento de los países deudores a los intereses de las transnacionales.

Recordó que el débito de América Latina y el Caribe ascendía a unos cinco mil millones de dólares en 1959. En 1970 creció a 29 mil millones y hoy es de 723 mil millones de dólares, 145 veces más que en 1959.
En esa región hay 12 países en los que el servicio de la deuda es mayor que el gasto en educación, en 13 es más que lo invertido en salud, y en seis excede el gasto sumado en educación y salud.

América Latina ha pagado por el servicio de la deuda, entre 1990 y 2004, una suma que equivale a 66 veces la deuda externa de la región en 1970. Sólo el cumplimiento de los intereses significaron 2,6 veces el adeudo actual latinoamericano, sostuvo Martínez.

Entretanto, agregó, Africa entregó 506 mil millones de dólares por concepto de la deuda externa, mientras mueren miles de niños por enfermedades prevenibles y el SIDA devasta a pueblos enteros.
Los pueblos africanos, los más pobres del mundo, entregaron como promedio anual 26 mil millones de dólares entre 1986 y el año 2000.

Se paga por la fuerza de las armas
Los pueblos y países del Sur son los verdaderos acreedores del Norte por el saqueo social, ecológico y financiero a que son sometidos, afirmaron los movimientos y campañas sociales firmantes de la declaración final del encuentro.

En la clausura del Encuentro Mundial de Resistencia y Alternativas a la Deuda Externa, se expresó en la declaración final la necesidad de promover el reconocimiento internacional de la condición de acreedpres de las naciones del Tercer Mundo.

Los 398 delegados de 51 países presentes coincidieron en que esos débitos, acumulados sobre la base del despojo, violan los derechos humanos, la soberanía y la auto determinación.
La deuda continúa siendo pagada con la fuerza de las armas, se afirmó en el evento, escenario de denuncia a las agresiones militares contra naciones del Sur.

Es utilizada sobre todo como instrumento de control sobre los países explotados y empobrecidos. La dominación de la deuda debe terminar urgentemente, consigna la declaración final del foro.
También insta a cesar el comercio injusto, incluidos los tratados de libre comercio que provocan el endeudamiento creciente y la pérdida de control sobre recursos naturales y la soberanía nacional.

El documento también llama a los gobiernos, instituciones y transnacionales enriquecidos con su cobro a aceptar la responsabilidad por el saqueo de los pueblos. Se reconoce indispensable promover el diseño de políticas económicas y sociales integrales que promuevan el respeto y desarrollo del Tercer Mundo.

Luego de tres días de amplios debates, quedó claro el compromiso de todas las fuerzas progresistas de continuar la lucha contra el flagelo de la deuda externa, con movimientos sociales y de solidaridad para revertir la enorme injusticia existente en el mundo.

Los presentes formularon un llamamiento al gobierno de los Estados Unidos a responsabilizarse con la deuda incurrida por el ilegal e inmoral bloqueo y otros actos de agresión contra Cuba.

El documento aprobado insiste en que la acelerada globalización, ha exacerbado la crisis de la deuda, pues lejos de disminuir permanece como un gran obstáculo al desarrollo, y obliga a pagar en vez de invertir en favor de los pueblos.

Asimismo se denuncia que las iniciativas de las instituciones financieras internacionales no ponen fin a las grotescas situaciones que atraviesa el Tercer Mundo, al incrementar el endeudamiento y la desigualdad social.
Representantes de América Latina, el Caribe, Asia y África exigieron terminar con la expoliación de los recursos naturales, mecanismo impuesto para garantizar el pago de la deuda externa.

Dada la explotación histórica y actual de los países subdesarrollados, las injustas relaciones financieras, económicas y políticas y la devastación ecológica impuestas, es incuestionable que el Norte le debe al Sur, ratifica la declaración.

Un consenso general del foro fue que el fin de la deuda no basta, pues reconoció la necesidad de diseñar e impulsar políticas económicas y sociales integrales, que promuevan el respeto y desarrollo de las naciones y sus pueblos.



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