Escribe Cándido

La política sueca no suele ser un tema muy atractivo más allá de los corrillos periodísticos del Parlamento, y las redacciones de los diarios y la televisión. A nivel del pueblo, ese componente inseparable de una democracia de verdad, la indiferencia cuando no un cierto menosprecio hacia "sus representantes", es el rasgo dominante. Ya quisieran muchos líderes gozar de la popularidad de Zlatan Ibrahimovic.

Pero a veces esa política light y desabrida se vuelve súbitamente divertida. Hasta ahora, en una carrera que según algunos observadores, se "largó" demasiado pronto, una coalición de los partidos llamados "burgueses" presentada como opuesta a un bloque supuestamente "socialista", (caracterización perimida desde hace por lo menos medio siglo, pero que con intenciones no muy claras los medios mantienen vigente), parecía encaminada a ganar por "varios cuerpos" la carrera hacia la Casa de Gobierno. La televisión "public service" se había constituido en su principal "oficina de propaganda", interrumpiendo programas para mostrar a los integrantes de la Alianza por Suecia, también llamados "la Banda de los Cuatro" en sus "históricos" y "exitosos" acuerdos para gobernar el país. Uno de los puntos de la estrategia para ese fin, fue la utilización de la televisión pública, como instrumento de propaganda. No se sabe si por "coincidencia ideológica" o por otros medios, pero en cualquier caso una ilegalidad además de una innmoralidad. Una de las primeras tareas fue arremeter contra "los comunistas", es decir el Partido de Izquierda, uno de los integrantes del bloque "socialista", principalmente contra su líder Lars Olhy a propósito de su proclamada adhesión a los principios del comunismo que no siempre han sido aplicados por quienes decían profesarlo. Y complementariamente la búsqueda por todos el país de "disidentes" dentro del partido. Cualquier concejal del partido, de la localidad más pequeña del país, tenía micrófono y entrevistadores para explayarse sobre sus "disidencias".Y era titular de portada si además, renunciaba al partido. Esta táctica de "aprendices de Maquiavelo" pareció dar resultado y según los sondeos, el Partido de Izquierda perdió votos. Las encuestas, a un año de las elecciones mostraban una ventaja para los "burqueses" de entre 10 y 12 puntos y parecía imparable. Y era siempre, naturalmente, el primer titular. Pero como la "armonía" entre los socios era más aparente que real y se comían los unos a los otros, empezaron a aparecen algunas grietas en la fachada reluciente. Resultado, que nuevas encuestas mostraron que la ventaja se había reducido a la mitad y unos de los socios de la Alianza , el Partido Demócrata Cristiano, podría quedar fuera del Parlamento al no alcanzar el 4% de votos necesarios. Esta importante variación apenas fue registrada por los noticiarios de Aktuell y Rapport ni por la versión textada. En cambio se inició una contraofensiva para "levantar" la imagen de los demócratas cristianos y su líder Göran Häglund resaltando sus propuestas un tanto "populistas" sin traer a colación en ningún momento el tema de la homosexualidad, el aborto etc. en los que el partido está en una línea similar a la de Bush.

Para enturbiar más las aguas el Fi anunció su participación en las elecciones. Como presumiblemente le restaría votos a la "izquierda" recibió buena cobertura. Pero Gudrun Schyman está en camino del eclispse político y la armonía no reina entre las muchachas del Fi. En eso aparece ahora Nils Lundgren y su agrupación Junilistan, anunciando su postulación al Parlamento. Una piedra de gran tamaño en el tejado de la "alianza" y de los muchachos(as) de la teve. Según una encuesta de Aftonbladet y Temo, Lundgren obtendría un 18% de los votos. Un golpe mortal a los sueños "burgueses".

Ahora Olhy puede quedar tranquilo. La artillería pesada está enfilada hacia Lundgren, líder hasta ahora con prestigio, de la Junilistan. Y ya le han "descubierto" un presunto fraude fiscal. Un asunto sobre el que en este país nadie puede tirar la primera piedra.

El circo electoral se ha vuelto súbitamente animado.