Escribe Cándido

La muerte de 17 soldados españoles en Afganistán al estrellarse por causas aún no especificadas, el helicóptero en el que viajaban, plantea con toda crudeza la sinrazón del enrolamiento europeo en la llamada "lucha contra el terrorismo", de la existencia misma de la OTAN y del sometimiento más o menos encubierto de la Unión Europea a la ocupación ilegal de Irak.En el caso de España ese vasallaje tuvo aristas indignas cuando el ex presidente Aznar repitió una y otra vez las mentiras de la pandilla de Bush, y de Blair sobre las inexistentes armas de destrucción masiva en Irak, y aportó "carne de cañon" española a la infame agresión. No vamos a repetir aqui la conocida y triste historia final de Aznar, que cuando el brazo de la resistencia islámica golpeó en el corazón de España, en respuesta al terror en Irak del que el gobierno de Aznar era cómplice, pretendió seguir mintiendo,esta vez a su propio pueblo,que no "tragó el anzuelo" y le hizo perder las elecciones que tenían prácticamente aseguradas.

Le sustituyó el candidato del PSOE. Rodríguez Zapatero que había prometido retirar sus tropas de Irak en caso de acceder al gobierno y honorablemente cumplió lo prometido.

Una actitud que molestó mucho a la pandilla del "emperador" y sus vasallos europeos. Pero a partir de ahi el gobierno español ha vuelto a mostrar una actitud complaciente hacia los crímenes del ejército de la "coalición" y ha buscado, con cierta falta de dignidad, el "perdón" de la pandilla de Bush.

Colaborar en la "reconstrucción" de Irak, "misiones humanitarias", "ayuda social" todas estas expresiones no son otra cosa que eufemismos para justificar el apoyo a la suicida y torpe política "antiterrorista" lanzada por el imperio. Que en algunos casos ha cobrado más víctimas que el causado por el propio terror que dicen combatir.

No es sólo España quien incurre en este error que más se parece a complicidad con una guerra injusta, infame y sin posibilidades de ganarse.

Una política todavía más reprobable ha seguido el gobierno de Suecia,que por presiones del pueblo sueco no se alistó en las fuerzas de la ocupación, pero que ha hecho y sigue haciendo todo lo posible, por "darle una mano" a la pandilla de Bush. Todo bastante a la sordina, como la entrega a los agentes de la CIA de dos "sospechosos" de contactos con el terrorismo, un acto de vasallaje sin atenuantes que salió a luz por la inteligente y decente investigación de dos periodistas del Canal 4 de televisión.Un agracio a la democracia y la soberanía.

Además de dos visitas, no solicitadas y sin ninguna razón de Göran Persson a Bush , en medio de las denuncias de horribles torturas a los priosioneros iraquíes, del horror de Guantánamo sólo comparable a los campos de concentración de Hitler, ahora se informa que Suecia está instruyendo a policías iraquíes, en Dinamarca y en Jordania y cabe presumir, sin pecar de demasiado suspicacia, que debe estar haciendo "otros favores" no divulgados. Con ello se está aventurando la seguridad del pueblo sueco. Porque es tan agresor el ocupante como quienes colaboran con él incluso desde las trincheras mediáticas. Y dejan de ser neutrales. La única colaboración que el pueblo sueco desearía es que los ocupantes se vayan del país ocupado y dejen de matar inocentes.

En cuanto a la Alianza del Atlántico Norte (OTAN) creada en tiempos de la "guerra fría" para combatir la eventual invasión de "los rusos", debería disolverse como tal y en su preparar cuerpos especiales para salvar la población de Europa de las inundaciones,los incendios y los efectos del cambio climático que son las amenazas más concretas que se ciernen sobre ella.