inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 12-Agosto-2005

La guantanamización de Gran Bretaña

 

La administración del presidente George W. Bush no sólo ha impuesto en su propio país una ilegalidad permanente en nombre de la lucha contra el terrorismo, sino que por extensión crecientemente la impone como único modelo represivo posible al resto del mundo.

Reflejo de ello es la decisión del gobierno británico que estudia crear tribunales antiterroristas secretos con poder para determinar si un sospechoso puede ser detenido e interrogado por un tiempo indeterminado sin ser acusado de cargos y menos ser presentado ante la justicia ordinaria.

Los jueces de estos super tribunales tendrían facultades para estudiar grabaciones hechas clandestinamente de comunicaciones entre los ciudadanos y otros materiales secretos, al mismo tiempo que se crearían unos abogados defensores que podrían eventualmente tener acceso a las pruebas acusatorias a condición de que no se las muestren a sus clientes.

Por otro lado si bien la policía de Londres no ha podido detener a ninguno de los autores del atentado del 7 de julio, sí lo ha hecho apresando preventivamente a 39 personas supuestamente vinculadas por los atentados que fallaron el 21 de julio. De ellos permanecen en prisión aún 15 personas cuando ya expiró el plazo legal de dos semanas que permite mantener detenida a una persona sin ser sometido a la justicia.

A ésto se suma la idea que tiene el fiscal general británico Peter Goldsmith de aplicarle a tres predicadores radicales musulmanes en Inglaterra la acusación de haber cometido el delito de traición, a partir de una ley que data del año 1351.

Si bien el gobierno de Tony Blair no habla de combatientes ilegales como sus primos estadounidenses que así justifican tener detenidas en un limbo legal a sospechosos en sus cárceles militares de Guantánamo, Abu Grahib, Diego García y otras que no han sido develadas pero que se sospecha que existen, asume sin titubear la doctrina Bush de combatir el terrorismo con más ilegalidad.

Se opta por un lado por mantenerse firmes junto a Estados Unidos en la masacre del pueblo iraquí, mientras se recurre a mayores medidas represivas y de control de los ciudadanos dentro de Gran Bretaña, creando una verdadera ola de racismo e intolerancia alimentada desde la prensa amarilla inglesa contra la población de origen extranjero, especialmente contra quienes profesan la religión islámica.

Así se suma el viejo león ciego inglés a la obtusa águila americana, en la visión de que la lucha contra el terrorismo les autoriza a seguir cometiendo crímenes cotidianos allí donde no tendrían que haber estado nunca.

Y como contrapartida seguir fomentando rabia y desesperación entre la población árabe que a su turno responde con acciones terroristas en las metrópolis.

John Le Carré que se hizo famoso escribiendo novelas donde los espías británicos durante la guerra fría se batían sin compasión contra los agentes comunistas de la KGB, sostuvo no hace mucho tiempo atrás en una entrevista que: Blair dice que si no estamos a favor de su política en Irak, estamos ayudando a los terroristas.

Una auténtica basura simplista. y anotó La maquinaria norteamericana exige además que todas las guerras se personalicen, así que Sadam Hussein y Bin Laden son el eje del mal que hay que atacar . Pero nunca se dice que el hambre, la intrusión industrial, la inestabilidad de la población rural o la falta del agua lo sean. Y lo son, son males contra los que hay que luchar tanto como contra Sadam Hussein y Osama Bin Laden. Más importante o más que la guerra contra estos villanos teatrales, es la guerra contra la pobreza, escasez, el colonialismo, el imperialismo o la explotación.

Para Bush y Blair en cambio el negocio por ahora es la guerra total. En eso están metidos, cada vez más empantanados, haciendo del mundo un campo de batalla también global y cometiendo delitos tan execrables o más que los de sus enemigos.



Copyright ©
Semanario Liberación
Box 18040
20032, Malmö, Suecia
Teléfono: +46 40 672 65 02
Telefax: +46 40 672 65 03
Correo electrónico: