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Los archivos secretos de Cancillería |
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Casi por casualidad, a fines del pasado año, el profesor de Historia e investigador Oscar Destuest, buscando antiguos documentos en el Ministerio de Relaciones Exteriores, encontró por casualidad o error de los funcionarios, un archivo de más de mil cajas, con más de mil folios cada una, con documentos producidos durante la dictadura cívico-militar, y cuya existencia había sido negada por los sucesivos ministros blancos y colorados. Cada vez que un juez, un abogado o un investigador reclamaban documentos de ese período, el ministro de turno decía que habían sido destruídos o que los militares los habían hecho desaparecer. En las primeras revisiones del material fue cuando se encontró el pañuelo enviado desde Suiza a una presa política en Punta de Rieles en 1982. En aquel entonces, Amnistía Internacional estaba realizando una campaña por las presas políticas de Uruguay y había fomentado el envío de regalos para fin de año como una forma de demostrar que no estaban solas. Una suiza decidió enviar un pañuelo de regalo a una de las prisioneras elegidas al azar, y no encontró otro modo más efectivo de hacer llegar su regalo que entregarlo a la embajada uruguaya en su país. El paquete fue recibido por un funcionario que lo envió por valija diplomática al oficial del ejército encargado de coordinar entre Cancillería y el Departamento de Inteligencia Militar que tenía su oficina en el Palacio Santos. El oficial envió a su vez el paquete al director del Penal de Punta de Rieles, quien decidió que las presas no deberían recibir paquetes a fin de año, y lo devolvió a Cancillería. Como era un pañuelo de escaso valor, nadie se lo apropió y pasó a engrosar las carpetas de los archivos del Ministerio. El pasado mes de junio, en un gesto simbólico, el pañuelo fue entregado a su destinataria, quien lo destinó a un futuro museo. En ese material que recién comienza a clasificarse, se ha encontrado documentación que demuestra la coordinación del trabajo de espionaje de los militares con las representaciones diplomáticas de Uruguay. Instructivos para obtener información de los uruguayos, etc. Además, se ha encontrado una ficha sobre un militante comunista, iniciada en 1928. También la dictadura había abierto una carpeta para recopilar información sobre un sospechoso subversivo, que en una actividad pública en el exterior había asegurado que su padre y todos los presos políticos del Uruguay habían sido torturados. El sospechoso tenía 13 años. El historiador Oscar Destuest que continúa trabajando en los documentos -que se harán públicos- asegura que más material de ese período continúa archivado en las embajadas, ya que por razones de espacio, no todo era enviado a Uruguay. |
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