inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 29-Julio-2005

Juez Juan Guzmán Tapia
«El mundo debe conocer horrores
de Operación Cóndor»

 

escribe Osvaldo Cardosa

SANTIAGO DE CHILE. El ex juez chileno Juan Guzmán, quien procesó al ex dictador Augusto Pinochet por crímenes perpetrados durante su régimen militar (1973-90), afirmó que los latinoamericanos deben abrirles hoy los ojos al mundo sobre la Operación Cóndor.

En declaraciones exclusivas a PL, el emblemático ex magistrado lamentó que «hubo un movimiento panamericano contra aquellos ciudadanos de los países, que a pesar de sus ideas, fueron detenidos y desaparecidos» mediante un plan coordinado entre las dictaduras del Cono Sudamericano durante los años 70.

«No hubo un movimiento panamericanista sobre la base del humanismo, la verdad y la justicia», reconoció.
Consultado sobre el llamamiento que hizo el presidente cubano, Fidel Castro, a profundizar en las investigaciones sobre actos terroristas en América Latina, Guzmán puntualizó que «se hace muy bien en abrirle al mundo y a los chilenos lo que fue esa terrible Operación Cóndor».

Aprovechó la ocasión para saludar a los cientos de abogados, familiares y políticos que recientemente se reunieron en La Habana durante un encuentro hemisférico contra el terrorismo.

Interrogado sobre si Pinochet será juzgado por ladrón y no por asesino, el retirado juez fue enfático en señalar que al ex dictador «se le ha procesado varias veces y también se le ha desaforado», pero la «justicia debería mejorar y eso lo sabemos todos».

Guzmán dialogó tras recibir el Premio a la Coherencia Laura Rodríguez que se entrega a personalidades «cuyos valores enriquezcan el quehacer político y social de Chile».

De 61 años, el magistrado es hijo del poeta Juan Guzmán Cruchaga. Ingresó al Poder Judicial en 1970, tres años antes del golpe militar que derrocó al presidente Salvador Allende.

Bien considerado entre sus colegas, su nombre salió por primera vez a la palestra pública a mediados de la década del 90, cuando acogió un recurso de protección que impidió la exhibición en Chile de la película La última tentación de Cristo, de Martin Scorsese.

Luego de esa polémica fue encargado de las investigaciones en la ex Colonia Dignidad, un enclave de alemanes en el sur del país, donde se investiga sobre torturas y cementerios para sepultar a opositores a la dictadura.

A partir de ese acontecimiento, Guzmán fue adentrándose cada vez más en los temas relacionados con las violaciones a los derechos humanos durante el régimen castrense.

Pero su nombre quedó definitivamente vinculado al tema cuando en enero de 1999 resultó designado como ministro (juez) especial por la Corte de Apelaciones para que acumulara en un solo proceso todas las querellas presentadas contra Pinochet.

El 6 de marzo de 1999, Guzmán pidió al tribunal de alzada el desafuero del ex general golpista para privarlo de su inmunidad como senador vitalicio y enfrentarlo a las acusaciones. Pudo procesarlo en dos causas separadas (Caravana de la Muerte y Operación Cóndor).Hace unos dos meses, Guzmán se retiró del Poder Judicial.



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