escribe Leo

Los medios suecos y europeos superados al fin para los primeros, el problema de la cadera del primer ministro Göran Persson, que ocupó durante semanas su atención (de los medios), se centraron en los días recientes, en las elecciones para el Parlamento Europeo a celebrarse este domingo, y en la conmemoración del 60 aniversario del desembarco aliado en Normandía, durante la Segunda Guerra Mundial.

En el primer caso han puesto todo su empeño, siguiendo las directivas de sus dueños, en interesar a la amplia mayoría de los ciudadanos en la votación de un Parlamento Europeo, parte deliberante sin ningún poder dentro de un proyecto que consideran antidemocrático, al servicio de los intereses de las grandes transnacionales, que ha puesto al mercado por encima de los ciudadanos y subordinado, en los grandes problemas de la seguridad y la paz mundial a un imperio en descomposición. Dos ejemplos, sin contar los miles de millones de los contribuyentes que han ido a parar a donde no debían, la burocracia de Bruselas y sus privilegios, los escándalos permanentes que se han «investigado» y cubierto con un manto de olvido, ilustran la afirmación: 1) la UE ocultó durante mucho tiempo un informe sobre las «vacas locas» para no perjudicar las exportaciones de carne del Reino Unido, 2) la aprobación de una ley antiterrorista, bajo presión de Estados Unidos, que confisca los derechos ciudadanos, sin plantearse resolver las verdaderas causas del llamado «terrorismo», por ejemplo, obligar a Israel a cumplir las resoluciones de las Naciones Unidas y atenuar la miseria en que vive la mitad de la población del mundo.

El otro centro de interés mediático, la conmemoración del Día D, destinado en gran parte a darle un poco de oxígeno al desfalleciente George W.Bush y la pandilla que lo maneja, fue un colosal ejemplo de agresión a la verdad histórica. El mensaje unánime fue: vean, los «americanos» nos salvaron del nazismo, seámos agradecidos y ayudémoslos en los difíciles momentos que viven, aludiendo a la derrota en Irak. Ni una palabra sobre que el nazismo estaba ya derrotado por la Unión Soviética al «ínfimo» precio de 20 millones de muertos entre militares y civiles.

Pero del mayor acontecimiento mediático de la semana, la primera entrega de una serie de tres del documental de la BBC, sobre la CIA, emitido en el Canal 1 por Claes Elsberg, apenas alguna referencia en las columnas de crítica de televisión. Los columnistas» serios» prefirieron ignorarlo.

La verdadera historia de terrorismo llevada a cabo por la CIA desde 1947 a 1977 en otros países, contada por los propios protagonistas, expertos y asesores, revela la siniestra esencia del sistema imperial. Y confirma en todos sus términos, lo que muchos «antiamericanos» hemos denunciado. Entre otros episodios, la infame invasión a Guatemala en 1954, con las mismas groseras mentiras que aplicaron para invadir a Irak, las torturas y asesinatos de civiles y líderes políticos, muestran que nada ha cambiado. Los «sorprendidos» por el sadismo de los líderes como Rumsfeld que autorizaron «dureza« en los interrogatorios, son tontos o cínicos. Un documento imprescindible, incluso para los que no vieron la primera parte, que merece amplia difusión y debate.