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El gobierno de EE.UU está haciendo malabares para impedir la extradición y prisión del terrorista de origen cubano, y ex agente de la CIA, Luis Posadas Carriles, en un intento desesperado por mantener su política antiterrorista y defender a aquellos que le han hecho el trabajo sucio durante décadas. Estados Unidos es el principal refugio de terroristas |
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La solicitud de asilo político del otrora "luchador por la libertad" puso al gobierno de George Bush en la disyuntiva de tener que revelar que su anunciada lucha con el terrorismo no es mas que un slogan para encubrir la agresividad de su política exterior, al proporcionar protección al fugitivo de la justicia de dos países, o pretender que combate realmente al terrorismo y respeta las leyes y tratados internacionales, devolviendo a Venezuela a Posadas Carriles. Cualquiera de las opciones es un fracaso público para el presidente Bush. Si elige cualquier forma de proteger a Posadas Carriles, termina de demostrar que realmente no tiene ningún respeto por los convenios y leyes internacionales y que no combate al terrorismo. Si accede a su extradición a Venezuela, de donde se fugó cuando purgaba una condena por la voladura de un avión de pasajeros cubano con más de 70 personas a bordo, deberá explicar porque prosigue protegiendo a terroristas de su misma calaña que hoy andan libres por las calles de Estados Unidos. Desde que Estados Unidos comenzó a posecionarse como una potencia mundial, sus gobernantes respaldaron a todo tipo de dictadores y todo tipo de métodos represivos para mantenerlos en el poder. Cuando fracasaban y debían huir, Estados Unidos les proporcionaba asilo y si existía la posibilidad, los adiestraban y respaldaban en sus intentos por volver al poder. Casi a fines de la Segunda Guerra Mundial, cuando el Tercer Reich se desmoronaba ante el avance del Ejército Rojo desde el Este, Estados Unidos organizó una red para sacar de Alemania a los científicos y agentes nazis de la gestapo para utilizarlos en lo que sería la lucha contra el comunismo. Muchos criminales de guerra nazi terminaron sirviendo en lo que sería en el futuro la CIA. Algunos científicos que desarrollaron armas de destrucción masivas para Hitler, como Wernen Von Braum, terminaron dirigiendo el programa de cohetes -que se usa también para fines militares- y espacial de la NASA. El coronel Castillo Armas, invadió Guatemala, gobernada por Jacobo Arbenz, con respaldo de las fuerzas armadas norteamericanas y de sus compañías bananeras. Armas no solo recibió entrenamiento para su gente, armas, respaldo aéreo, sino que además contó con una activa política exterior norteamericana a su favor. El dictador cubano Fulgencio Batista, que mantenía a la isla como un próstibulo para la mafia norteamericana, recibió en todo momento respaldo económico, militar y diplomático de los Estados Unidos, y cuando finalmente debió huir del país, todos los militares torturadores cubanos recibieron asilo en el país del norte y respaldo para sus futuras incursiones contra el gobierno revolucionario. No hay una sola dictadura latinaomericana que no haya recibido el total respaldo de Estados Unidos en todos los planos. La tristemente célebre Escuela de las Américas en la que era la base militar de Estados Unidos en el Canal de Panamá, educó dictadores, torturadores y terroristas. A principios de los 70, un policía uruguayo reveló los manuales y prácticas de entrenamiento recibidos en esa escuela, y donde se incluía la tortura y atentados con bombas a los opositores izquierdistas. Estados Unidos respaldó todos los aparatos represivos de la región y las masacres y genocidios en Centroamérica. El terrorismo de Estado provocó sólo en Guatemala más de 100.000 desaparecidos. En el Cono Sur, en los países que integraron el Plan Cóndor -copiado del Plan Phoenix de exterminio de opositores aplicado por Estados Unidos en Vietnam del Sur- las estimaciones más básicas señalan que los Estados son responsables de al menos 50.000 asesinatos, más de 35.000 desaparecidos y 400.000 aprisionamientos. Estas cifras tienen en cuenta no solo a los militantes de izquierda sino también de la derecha parlamentaria y numerosas personas que no habían tenido ninguna actividad política incluyendo niños (alrededor de 8.000 desapariciones o asesinatos de niños). Un historiador estadounidense atribuye a la CIA la organización de las primeras reuniones entre funcionarios de seguridad uruguayos y argentinos con el fin de discutir sobre la vigilancia de los exiliados políticos que habían huido de sus países. De esta misma manera, la Central sirvió de intermediaria en las reuniones entre los dirigentes de los escuadrones de la muerte brasileños, argentinos y uruguayos. Terrorismo mundial La política de dominación mundial, primero en la confrontación con la ex Unión Soviética en la denominada "guerra fría" y después como potencia unipolar, careció absolutamente de normas morales y sólo importaba la derrota del enemigo. Todo el arsenal de prácticas consideradas terroristas, genocidios, masacres, etc, fueron utilizadas con el único objetivo de fortalecer a Estados Unidos. Para ello contó con la colaboración de gobernantes, militares y mercenarios en todo el mundo. Absolutamente todos los grupos terroristas fundamentalistas modernos recibieron en el pasado entrenamiento y financiación norteamericana. En cada frontera de un gobierno comunista o progresista, Estados Unidos armó o financió un grupo extremista para combatir el "ateísmo marxista". Desde el Kmer Rouge en Kamboya, hasta los mujadeyines de Bin Laden en Afganistán, a los señores de la guerra en Somalia y Sudán contra Etiopía, Unita en Angola, Renano en Mozambique, hasta los contra nicaragüenses. En los años 60s, los Estados Unidos armó la "Operación Phoenix" que significó la creación de bandas paramilitares y terroristas responsables de varios miles de asesinatos en la región del sureste asiático, especialmente en Vietnam del sur y en Indonesia (tales como el apoyo al golpe de estado de Suharto en 1965). No es casualidad que uno de los responsables de la operación Phoenix fue William Colby quien se convertiría en el director de la CIA en el momento de la puesta en marcha de la operación Cóndor en el Cono Sur. Fue el mismo William Colby quien declaró el 25 de octubre de 1974 que los "Estados Unidos están en derecho de actuar ilegalmente en cualquier región del globo". En la organización y financiación de estos grupos sirvieron todos los métodos, hasta alianzas con las mafias y los traficantes de drogas. El Congreso de Estados Unidos, en una investigación de 1976 reveló acuerdos y contactos de la CIA, con autorización del gobierno, con la mafia norteamericana para asesinar a Fidel Castro. En la financiación de la contra nicaragüense Estados Unidos vendió armas a Irán en forma clandestina -antes Reagan había negociado con los ayatolas mantener a los rehenes norteamericanos hasta después de las elecciones presidenciales de 1980- mientras le vendía armas a Irak, y contrabandeó droga colombiana de Honduras a Estados Unidos. En esta operación dirigida por el coronel Oliver North, estuvo el cubanonorteamericano Félix Rodríguez, el que ordenó asesinar al Che Guevara herido y cortarle las manos, y que en marzo de este año anunció la posibilidad de que Estados Unidos asesinara a Hugo Chávez mediante un ataque aéreo como el efectuado contra el líder libio Kadaffi hace 20 años. El mismo esquema de mezclar el terrorismo fundamentalista y el tráfico de estupefacientes, utilizó para combatir a los soldados soviéticos en Afganistán y detener la reforma agraria del gobierno comunista. Estados Unidos apoyó a los señores feudales que resistían perder sus tierras -donde plantaban amapola- y a los fundamentalistas islámicos que combatían el ateísmo comunista y las reformas en Afganistán. Se estima que unos 3.000 millones de dólares fueron aportados por Estados Unidos para esta "guerra santa". El entonces presidente Ronald Reagan y su vicepresidente George Bush, calificaban a los guerrilleros de Al Qaeda como "combatiente de la libertad". |
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