|
||||||
A 30 años del retiro de España de Africa |
||||||
La falta de una política activa por parte de la Organización de las Naciones Unidas y de la Unión Europea, para terminar con la última colonia en Africa, hace temer que el resurgimiento del conflicto armado entre el Frente Popular para la Liberación de de Saguía el-Hamra y de Río de Oro (conocido como Frente Polisario) y el reino de Marruecos. Mientras la comunidad internacional mantiene su indefinición sobre la independencia del Sahara Occidental, las transnacionales petroleras y empresas pesqueras europeas acuerdan con el gobierno de Marruecos explotar las riquezas de ese territorio ilegalmente ocupado. La posibilidad del retorno de las acciones armadas se producen en estos días, cuando se cumplen 30 años del retiro de España del Sahara Occidental y del reparto del territorio por Marruecos y Mauritania. España, quizás uno de los principales responsables de esta situación ha asumido en los últimos años una política ambigua. Por un lado respalda el plan de la ONU para establecer en esos territorios un autonomía que llevará a un referendum por la independencia en unos años, y por otro hace poco o nada para que eso se concrete, atendiendo la nuevas relaciones con el gobierno de Marruecos y la colaboración de éste en la llamada lucha contra el terrorismo islamista. Pero no es sólo España quien ha retrocedido en el respaldo a la independencia del Sahara Occidental, el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, en un reciente informe sobre la situación, adelantó su preocupación por la creciente violencia y "olvidó" mencionar el derecho a la autodeterminación del pueblo saharauí. El pasado 30 de abril la ONU alargó por otros seis meses la misión de las Naciones Unidas en el Sahara Occidental (Minurso) ante los constante aplazamiento al referendum y la creciente tensión en la zona. Tras los informes elaborados por los 227 observadores militares destinados a la zona, Annan se muestra pesimista en cuanto a la resolución del conflicto, dado el aumento de las violaciones de los acuerdos militares firmados en septiembre de 1991 por el Gobierno marroquí y el Frente Polisario. Mientras, la dirección del Frente Polisario recuerda que "el alto el fuego no debe ser la única preocupación de la ONU en el Sahara Occidental" y pide una mayor implicación en el "proceso de descolonización" en el que se encuentra el territorio Recientemente, el líder del Frente Polisario, Mohamed Abdellaziz, señaló que "el retorno a las armas está más cerca que nunca" debido al impasse en el proceso negociador. Desde los campamentos de Tinduf, en el desierto argelino, se insiste en la necesidad de respetar "el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación" y también se critica que Annan no haya mencionado en su informe el último "Plan Baker" presentado en 2003, que contemplaba una autonomía bajo soberanía marroquí durante un máximo de 5 años y luego un referéndum en el que conste la opción de la independencia. El representante del Frente Polisario ante la Organización de Naciones Unidas, Ahmed Bujari, expresó esta semana en una conferencia en Nueva York, que lamentablemente no habrá acuerdo en lo inmediato para el conflicto que los enfrenta con Marruecos por el Sahara Occidental, e insistió en que "o Rabat renuncia a su reclamación de soberanía, o el Polisario al de independencia", pero pidió que sea el pueblo el que decida. El representante del Frente Polisario ante la Organización de Naciones Unidas (ONU),, se lamentó del bloqueo que existe en la negociación con Marruecos para solventar el conflicto del Sahara Occidental, y señaló que "lamentablemente no habrá acuerdo ni hoy ni mañana". En declaraciones anteriores, y cuando se le preguntó si se mantendrá el cese del fuego en la zona, declaró que "las dos hipótesis están abiertas, la de la paz y la del retorno a la guerra, en proporciones iguales". "Que se mantenga una o que volvamos al combate depende en gran medida de la seriedad de la comunidad internacional, que debe presionar a Marruecos para que cumpla las resoluciones de la ONU y la legalidad internacional", añadió. Eternas negociaciones Pero, no es sólo el Frente Polisario quien cree que las negociaciones se han estancado. El pasado año, el ex secretario de Estado de Estados Unidos, James Baker renunció como representante del Secretario General de la ONU para Sahara Occidental ante los escasos avances de su propuesta de paz presentada en enero del 2003, y fue designado en su lugar el español Alvaro Soto. El plan de paz de Baker no contemplaba las aspiraciones de los independentistas, pero fue aceptado de todas maneras por el Frente Polisario. Según esta propuesta, se establecía un período transitorio de 5 años en los que la soberanía correspondería a Marruecos y la gestión de los asuntos internos estaría a cargo de instituciones locales elegidas por la población saharaui. Al final de este período, la ONU celebraría un referendo de autodeterminación en el que podría votar la población saharaui y los colonos marroquíes instalados en el Sahara Occidental desde diciembre de 1999. La definición de quienes podrían votar en este plebiscito es también tema de controversia. Según el plan de la ONU, podrían participar los mayores de 18 años reconocidos como votantes por la Misión de la ONU en las tareas que ese organismo finalizó el 30 de diciembre de 1999, unas 86.000 personas. También podrían hacerlo los saharauis refugiados en Tinduf, Argelia, y en otros países y que estén inscriptos en la Alta Comisión de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y que son otro tanto, o sea que sumarían unos 170.000 votantes. Además se les reconocería ese derecho a quienes residan de manera continua en la zona desde diciembre de 1999, residencia que debería ser testificada por lo menos por tres personas "creíbles" o con pruebas documentales, según el mandato de la ONU. Esta es una de las condiciones más objetadas por el FPL, pues permitiría votar a marroquíes no originarios ni descendientes de familias saharauis y que se trasladaron allí después de la retirada española en la denominada "marcha verde" emprendida por Marruecos y que llevó a la zona a casi 400 mil personas. Las transnacionales meten la mano Los recursos naturales que atesora el Sahara Occidental -fosfatos, petróleo, gas y un importante banco pesquero- han convertido esta árida zona en un deseado anexo geográfico. Recientemente, la firma petrolera estadounidense Kerr-McGee (KMG) anunció que continuará las prospecciones sobre posibles recursos de hidrocarburos en las costas de Sahara Occidental, ocupada por Marruecos, se informó la propia entidad. La empresa dijo que renovó su contrato con el gobierno de Marruecos para llevar a cabo exploraciones hasta el 29 de octubre de 2005, fecha en la que se reunirá el Consejo de Seguridad de la ONU para tratar el tema del Sahara Occidental. El Observatorio de los Recursos del Sahara Occidental, una coalición internacional que agrupa a una veintena de organizaciones de cuatro continentes, denunció este hecho y realizó un llamamiento. Todos los accionistas de KMG "deben deshacerse inmediatamente de sus acciones en esa sociedad norteamericana, que pone los beneficios antes que los principios y sabotea directamente el proceso de paz de la ONU en el Sahara Occidental". Erik Hagen, coordinador internacional del Observatorio, declaró que denunciarán a la empresa petrolera ya que "el saqueo de los hidrocarburos del Sahara Occidental por Marruecos es inmoral e ilegal mientras que el territorio no haya sido descolonizado de acuerdo con las resoluciones pertinentes". Igualmente recordó que la empresa es la única que continúa trabajando en los territorios ocupados después de las retiradas de la francesa Total, una compañía de exploración holandesa y otra noruega, tras una fuerte campaña de presión. Eso demuestra que la petrolera norteamericana "está decidida a aprovecharse de la ocupación ilegal del Sahara Occidental por Marruecos y no teme abofetear el proceso de paz de la ONU y los derechos de los saharauis", declaró Hagen. El contrato de KMG se remonta a otoño de 2001, cuando Marruecos otorgó contratos de reconocimiento petrolíferos a Kerr-McGee y a la principal empresa petrolera francesa, Total. El 29 de enero de 2002, el secretario general adjunto para asuntos jurídicos de la ONU, Hans Corell, dictaminó que la explotación del petróleo sin el consentimiento de los saharauis sería ilegal. El responsable de la ONU recordó que el Sahara Occidental tiene estatus de territorio no autónomo, esto es, como una colonia, la última de África. Los intereses económicos han provocado también conflictos en países que respaldan la soberanía saharauí. A principios de este mes, Noruega se vió obligada a retirar su embajador en Marruecos después de que éste apoyara de manera indirecta la ocupación del Sahara occidental por el país alauí en declaraciones a un programa de la televisión noruega. El embajador se pronunció en el programa a favor del establecimiento de empresas pesqueras en el Sahara occidental, algo contrario a la línea oficial seguida por el gobierno noruego, que respeta las resoluciones de la ONU con respecto a esa región. "Tengo más simpatía por la posición marroquí ahora que al principio", declaró el embajador Arne Aassheim a ese programa. El secretario de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores Vidar Helgesen rechazó categóricamente los pronunciamientos de Aasheim. "Nuestro embajador en Rabat no es quien decide la política exterior noruega. No recomendamos ni apoyamos con medios financieros el establecimiento de industria en el Sahara occidental", manifestó Helgesen. El embajador noruego aseguró que Noruega financió un proyecto de construcción de embarcaciones pesqueras para ciudadanos marroquíes. "Ese proyecto fue un error de las autoridades noruegas", dijo Helgesen. |
||||||
|
||||||
|