El sábado 7 de mayo, en los locales en que funciona Casa Uruguay en el barrio de Sundbyberg en Estocolmo, se concretó finalmente lo que se ha buscado con tanto ahínco: la reunión de un grupo representativo de uruguayos de toda Suecia con el objetivo de discutir la conformación de una federación.

Esta iniciativa comenzó hace un tiempo, cuando el 5 de febrero, y luego el 2 de abril se reunieron algunos uruguayos en charlas informales. Hubo allí asistentes de tres ciudades: Uppsala, Västerås y Estocolmo, quienes dan los primeros pasos en el camino a una organización de nivel nacional.

Los reunidos plantean que la nueva realidad uruguaya nos abre otras posibilidades de incidir en la historia que se está escribiendo. Es por lo tanto de vital importancia que los uruguayos en Suecia encontremos nuevas formas de organización y participación en el proceso que se está dando en nuestro país, así como aumentar nuestra integración en la sociedad sueca.

Se reafirma la importancia del paraguas organizativo de tipo nacional, a los efectos de apoyar proyectos más grandes y establecer una red de contactos más significativa.

En la propuesta queda firme la idea de que las diferentes organizaciones locales no pierden su autonomía, sino que, se unen esfuerzos para aumentar posibilidades.

Se convoca mediante invitación abierta, a todos los uruguayos/as, que, organizados o no, quieran participar en un encuentro informativo-organizativo. Allí, en el camino, se forma un coordinador, - un representante de cada organización, más los que vengan después- que terminará su función cuando se forme la federación.
Esto es, quizá, la visión en forma de crónica, de lo que allí pasó.

Pero la reunión, en la que participaron uruguayos de las tres ciudades mencionadas, además de Malmö, Lund, Eskilstuna, Göteborg y Växjö, fue, aparte de muy emocionante, un ejemplo del espíritu que reina en la colectividad a partir de los cambios que están ocurriendo en el país: las diferencias pasaron a ser secundarias, frente al quehacer que aparece como un motivo suficiente para la unidad.

Fue una reunión, pero también fue un reencuentro, en el que no faltaron los abrazos y los repasos obligados a un pasado más o menos lejano.

Hubo grupos que tomaron la decisión de impulsar en sus propias ciudades la formación de asociaciones consolidadas para integrarse a la federación, tal vez impulsados por ese mismo espíritu del que hablábamos.

En fin, una experiencia colectiva que los uruguayos del exilio y la diáspora se merecían.

La nueva convocatoria insoslayable- es para fines de este verano, donde se disolverá el actual coordinador, para pasar a la fundación ya en firme, de la nueva Federación de asociaciones de uruguayos residentes en Suecia.