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José Miguel Insulza y su |
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escribe Eduardo Andrade Bone En vista y considerando que no se dieron las condiciones propicias para que el actual ministro del Interior José Miguel Insulza que forma parte del gobierno ultraneoliberal de Ricardo Lagos, fuera el candidato presidencial del Partido Socialista o la Concertación, en un año de elecciones presidenciales en Chile. Este se tuvo que ver en la obligación de buscar una alternativa distinta, patrocinando su candidatura ante la Secretaría General de la OEA, organismo tutelado por el imperio y que sirve para la aplicación de las políticas de la Casa Blanca en América Latina, en lo que ellos han denominado su "patio trasero". Este organismo pantalla (OEA) de las políticas de rapiña de los EE.UU, desde su creación sólo ha servido para que los políticos y ex jefes de Estado de la región sigan haciendo carrera política, ganando onerosos sueldos a costa de nuestros pueblos, y para desatar la campaña permanente contra Cuba, a través de sus lacayos y políticos sumisos que aman el Imperio. José Miguel Insulza, forma parte de los "políticos renovados", que irrumpen en el escenario nacional post dictadura, abrazados de los acuerdos establecidos a espaldas de pueblo chileno, con la dictadura militar encabezada por Pinochet. De militancia "socialista" o "socio dólares", como suelen llamarlos el común de los chilenos. Son los nuevos políticos-empresarios que rigen en el Chile del modelo económico de los Chicagos Boys. Son los mismos que traicionaron el legado político y social del presidente Salvador Allende, pues ahora son los nuevos "mocitos" de la oligarquía financiera nacional y trasnacional. Y como en esta oportunidad no pueden ser candidato presidencial, lo mejor es optar por una presidencia o secretaria general de algo, pues así, sus ambiciones políticas y empresariales se podrán haber cumplido. Ser secretario general de la OEA, es como ser presidente de latinoamérica, pero sometidos a los dictados del Tio Sam, es la nueva "cloaca política que existe en la región, al margen de algunas excepciones. Pero para desgracia de Insulza, éste no es un "santo de devoción", del gobierno terrorista y genocida de G. W. Bush. El Imperio hoy necesita tener un control directo de todo lo que ocurre en América Latina y el mundo, de allí que el ministro del Interior chileno, no es un hombre de confianza de la CIA, el Pentágono y la Casa Blanca. El emperador Bush, tiene entre sus preferencias a alguna cloaca política de México o Central América, es lo que al menos se desprende de la información de los medios de prensa internacional. Insulza todavía no ha logrado tener a su favor la "correlación de fuerzas necesaria", para dirigir el Departamento de Latino América (OEA) de la Casa Blanca. En Chile las organizaciones de defensa de los derechos humanos, las agrupaciones de familiares de las víctimas de la represión bajo dictadura, los casi veinte presos políticos que aún existen en la "democracia tutelada", y los partidos y movimientos que no cuentan con representación popular, producto de la existencia de la "nueva Ley maldita" (sistema electoral binominal), se niegan tajantemente a que éste representante de la "nueva Izquierda", sea el nuevo administrador de la OEA. Ello debido a que el Sr. Insulza, es uno de los promotores de las leyes de punto final, empalme o impunidad a secas, y que significa el cierre de los procesos a los militares que están involucrados en los crímenes cometidos durante el régimen militar. Entre otras cosas, Insulza realizó diversas gestiones en Europa para obtener la libertad del ex dictador, cuando éste se encontraba detenido en Londres por orden del juez Baltazar Garzón, en 1998. En ese entonces el actual ministro del Interior, ocupaba la cartera de Relaciones Exteriores, del gobierno de Frei- Ruiz Tagle. En esa oportunidad Insulza sostenía que Pinochet debería ser sometido a juicio en Chile, pues así todo sería más fácil y de acuerdo al sistema jurídico chileno. Pinochet tiene a su haber más de 300 querellas en su contra por los crímenes cometidos bajo su régimen de facto, y otras tanta por enriquecimiento ilícito. Sin embargo la flamante "justicia" del país sudamericano, una de las más corruptas del continente, aún no logra que el ex dictador vaya a la cárcel. Uno de sus grandes logros es haber encabezado una campaña casi personal, contra el juez Juan Guzmán, para que éste desista de enjuiciar por razones de salud a Pinochet. El magistrado chileno ha sido uno de los pocos jueces que ha tenido la osadía de procesar al ex dictador. Sin embargo, debido a los más diversos tipos de presiones, provenientes del Gobierno, de los sectores más pinochetistas del corrupto poder judicial chileno, de los altos mandos de las Fuerzas Armadas y del sector más conservador de la iglesia Católica; el juez recientemente se vio en la obligación de presentar su expediente de jubilación, terminando así con una de las pocas posibilidades reales del que el ex dictador pagara con cárcel sus crímenes y robos a las arcas del Estado chileno. Este demócrata de nuevo cuño, durante 15 años nada a hecho por poner fin a la existencia de la Constitución del 80, heredada de la dictadura y con la cual a gobernado la Concertación, o terminar con el actual sistema electoral antidemocrático. El Sr. Insulza, junto a la casta política que ha gobernado el país durante estos últimos años post dictadura, nada han hecho por devolverle la plena soberanía al pueblo chileno. Ahora, desde el punto de vista integral de la situación de los derechos humanos en Chile, los gobiernos de la Concertación, al darle continuidad al modelo económico de la dictadura, lo único que han logrado es ser uno de los diez países del mundo, con las mayores desigualdades sociales y de ingresos del planeta, con su respectiva consecuencias en el campo de los derechos humanos y la calidad de vida de los chilenos. A todo esto, habría que agregarle la situación de aislamiento internacional que vive Chile en Latinoamérica, producto de los problemas derivados con el gas con la Argentina, la venta de armas a Ecuador y las consabidas molestia de Perú, además de los viejos problemas de acceso al mar con Bolivia. Sí José Miguel Insulza es elegido Secretario General de la OEA, en el fondo al Imperio le "importa un huevo", pues como lo han señalado personeros del gobierno de Bush, a ellos le da igual quien sea el próximo gerente del organismo internacional. Pues mientras sus intereses estén a buen recaudo, nada hay que temer, se trate de Insulza o de cualquier otro. |
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