El plan en va a comenzar a aplicarse en la segunda quincena de mayo, pero habrá un registro previo que comenzará el 1° de abril. Este plan abarcará a 40.000 hogares en situación de emergencia, lo que equivale a unas 200.000 personas en todo el país.

El registro se realizará a través de dos modalidades. Una es concurrir a las oficinas del Banco de Previsión Social (BPS) y la segunda, es por intermedio de los funcionarios públicos que visitarán los asentamientos.

Para incluir a una persona en el plan, se tomarán en cuenta varios factores: el ingreso familiar y las carencias básicas, el acceso a vivienda digna, a la salud, a la alimentación. También, podrán ingresar determinados funcionarios públicos, como soldados o policías.

Ana Olivera, quien ocupará la Subsecretaría del Ministerio de Desarrollo y Participación Social, explicó que en las tareas de registro podrán existir dificultades cuando concurran a los asentamientos porque el consumo de drogas estará presente. Es en este sentido que se realizarán coordinaciones con la Junta Nacional de Drogas, el Ministerio de Salud Pública y el Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU), entre otros.

El plan consta de siete componentes. Uno de ellos es el ingreso ciudadano que consiste en 1.363 pesos uruguayos, cuyo cálculo se hizo en función a una Base de Prestaciones y Contribuciones (BPC). Otros elementos del plan refieren a la salud, a la alimentación, a la educación, a la atención en los asentamientos, a trabajos por Uruguay y a las familias en situación de calle.

La futura ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, afirmó que uno de los objetivos a mediano plazo, a partir de la instrumentación del Plan de Emergencia, es que "desaparezcan los comedores y merenderos y que la gente pueda comer en su casa".

"Nosotros podemos tener familias que van a seguir yendo a los comedores porque no tienen dónde cocinar o dónde poder comer. Sabemos que no es fácil lo que proponemos, pero nuestra intención es que en determinado plazo -que no puede ir más allá de la mitad del Plan- desparezcan los comedores y merenderos y que la gente pueda comer en su casa", dijo Arismendi.

Arismendi planteó que se trabajará "para ver cómo se refuerza lo alimentario en los comedores escolares, que no van a desaparecer.

No van a desaparecer los comedores escolares concebidos como comida compartida, como una instancia de socialización y de formación de hábitos"