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Ante la indiferencia del gobierno y las transnacionales |
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escribe Jorge Capelán MANAGUA. Acampan frente a la Asamblea Nacional. Los está matando el Nemagon y el hambre. Dejarán aquí sus vidas para obtener respuesta. Son miles. Llegaron a apostarse en frente a la Asamblea Nacional el pasado 1o. de marzo; son unos 3.000 y han caminado, algunos, más de 140 kilómetros desde el departamento de Chinandega. Pasan el día bajo un sol abrasador, con unos sacos de plástico negro como única protección. Comen lo que la gente les quiera dar, hacen ollas populares de huesos sin carne sobre la tierra polvorienta de Managua. Si el gobierno se va de vacaciones de semana santa sin darles respuesta, pronto comenzarán a hacer huelga de hambre, a enterrarse vivos, a crucificarse, a inmolarse, y por último, a tomarse la Asamblea Nacional. Son las víctimas del Nemagón y el Fumazone, peligrosos pesticidas utilizados por transnacionales como la Dole Food Company, la Shell y la Standard Fruit Company: Cáncer, dolores en el cuerpo, esterilidad y daños congénitos han afectado a unos 30.000 trabajadores agrícolas y sus hijos e hijas de los departamentos de León y Chinandega. Desde hace casi 20 años se descubrió la toxicidad de esos pesticidas en el país. Para todos los afectados, la vida se les ha convertido en un infierno. Desde hace 13 años están en pie de lucha, y el 1998 demandaron a las transnacionales. Casi mil de ellos han muerto a causa de los efectos de los pesticidas mortíferos, más de 100 en los últimos 12 meses. Durante los últimos años han hecho plantones de meses frente a la Asamblea Nacional. El resultado: promesas vacías, engaños y un ley que responsabiliza a las transnacionales pero que nadie se atreve a aplicar. Pero esta movilización es la última y definitiva, dicen. Si el gobierno continúa haciéndoles oídos sordos a sus demandas, muchos de ellos se inmolarán. Hasta el momento no han recibido del gobierno más que burlas, cuando no silencio. Ni siquiera los diputados los han visitado esta vez. Entre sus demandas están 227 millones de córdobas (unos 14 millones de dólares) para atender urgentemente las dolencias de los afectados, y respaldo jurídico y político del estado para enjuiciar a las transnacionales. Hace un año los diputados dijeron que sí, pero el gobierno echó marcha atrás. Ahora, es como si la clase política no quisiera saber de ellos. ¿Se me murió hace ocho meses del Nemagon. Y mis hijos también se han enfermado. El pobrecito les pasó la enfermedad, sabe?? ¿Mire, mire lo que estamos comiendo,? dice una señora que revuelve una olla de caldo en uno de los tantos fogones improvisados entre los toldos de plástico negro y el calor abrasador del mediodía de Managua. Son unos huesos pelados y alguna verdura que alguien consiguió. ¿Esta comida es pura contaminación, mire el polvo como se mete por todos lados.? La señora me muestra una foto en la que está al pié del ataúd de su marido: ¿Se me murió hace ocho meses del Nemagon. Y mis hijos también se han enfermado. El pobrecito les pasó la enfermedad, sabe? No tenemos para donde coger. Por eso vamos a luchar hasta el final.? ¿Nosotros no tenemos nada que perder ya.? Me dice un hombre que se acerca a la señora. ¿Por eso es que estamos dispuestos a morir aquí? Poco a poco, varios se comienzan a acercar. ¿Es importante que nos saque fotos, que la gente afuera sepa qué es lo que nos están haciendo?. ¿No queremos saber nada de los políticos. Nuestro movimiento no es de ningún partido político. Lo que queremos es que se nos haga justicia. Sabemos en lo que estamos. La mayoría de nosotros somos guerrilleros, así que vamos a ir hasta el fin.? La mayoría de estos campesinos han sido trabajadores de las bananeras de Chinandega, pero también hay otros trabajadores agrícolas y hasta desmovilizados del ejército y la resistencia (ex-contras) que reclaman tierras. La región de León y Chinandega es una de las más afectadas por el modelo neoliberal y el entreguismo de los gobiernos. Esto la hace una de las zonas más explosivas del país. Hace unas pocas semanas, la policía reprimió una toma de tierras de campesinos en Chinandega que resultó en una masacre. El campo de Nicaragua es una bomba de tiempo. |
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