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La mentira de cada dia |
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escribe Leo Mientras George W Bush, en el mundo de fantasía que le pintan los fundamentalistas de su entorno, volvió a repetir, en ocasión del segundo aniversario de la «liberación» y «democratización» de Irak que su país y el planeta están ahora mucho más seguros desde que lanzara su cruzada contra el terrorismo, los hechos se encargan de desmentirlo una vez más. Sin el menor asomo de crítica o la utilización de alguno de esos «recursos» muchas veces legítimos que suelen usar los informadores para «alertar» al lector o televidente de que lo que se trasmite no es una verdad revelada, la mayoría capitula ante los mensajes del «presidente de Amerika» y le agrega un toque de convicción. Cierto es que cuánto diga o haga un presidente de Estados Unidos, sea este un genio o un discapacitado, como podría ser este caso, hay que escucharlo con atención. Porque está sentado sobre un arsenal atómico que, no hay que olvidar, fue el único país en la historia de la Humanidad, que lo utilizó para masacrar a otro pueblo. Arsenal que no lo va a salvar de su inexorable destino pero que puede terminar con todos nosotros, incluidos sus vasallos. Pero de ahí a cumplir el papel de «portavoz» de los intereses imperiales, hay una distancia considerable. Cuando no le han escrito el «libreto» y el «señor presidente» dice algunas de «barbaridades» habituales que son demasiado negativas para su imagen, «nuestros» informadores prefieren ignorarlas. Y optan en cambio por dedicarse a fomentar «revoluciones naranjas» en las antiguas repúblicas soviéticas en las que la existencia de petróleo y gas, «sensibiliza» a Bush y su pandilla sobre la «democracia» y los «derechos humanos», o en El Líbano, en la línea de los intereses del «eje del mal, Bush-Sharon. Entre tanto esos mismos informadores ignoran, o lo que es peor desinforman sobre la nueva situación en América Latina, donde el neoliberalismo está siendo cuestionado a fondo por los pueblos y empiezan a desaparecer lenta pero inexorablemente las viejas oligarquías y sus servidores políticos, tradicionalmente aliadas del imperio. La misma televisión que dedicó varias emisiones a «colaborar» con los golpistas apoyados por «Amérika» contra el gobierno legítimo del presidente Chávez, en Venezuela, (un fiasco mayúsculo por el que no pidieron disculpas) ignoró por completo el cambio político histórico que se produjo este año en Uruguay, el pequeño país suramericano, que tiene peso político en la región porque consolidó una democracia burguesa en las primeras décadas del siglo pasado con leyes tan avanzadas que no existían entonces en Europa. Sabemos que los conocimientos de historia de muchos «informadores» están limitados a las áreas «civilizadas», léase anglosajonas. Pero vivimos en un mundo globalizado. Ahora muchos medios europeos están «concertados» para «levantar» a los llamados disidentes de Cuba coincidiendo «casualmente» con el tratamiento del tema de los derechos humanos en la Comisión respectiva de la Naciones Unidas. Deliberadamente ocultan que los condenados como «disidentes» -nunca torturados como lo hace Estados Unidos en Guantánamo- no están presos por «disentir» sino por colaborar a cambio de dinero con una potencia extranjera para subvertir el régimen elegido y defendido por la inmensa mayoría de los cubanos. Los servicios de inteligencia cubanos, sin cuya eficiencia la Revolución no habría sobrevivido casi medio siglo al acoso implacable del imperio y sus vasallos, infiltraron a esos «disidentes» y pudieron presentar pruebas. De verdad, no como las «armas de destrucción masiva» de Sadam Hussein a las que todos los vasallos mediáticos dieron credibilidad. |
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