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En medio de protestas |
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escribe Eduardo Andrade Bone El buque escuela Esmeralda, que cumplió 50 años, partió desde el puerto de Valparaíso a las 13:00 horas del domingo, con una tripulación de 412 hombres, en un nuevo período de instrucción para jóvenes oficiales de la Armada, quienes zarparon en medio de las protestas de familiares de quienes fueron torturados en la embarcación después del golpe militar del 11 de septiembre de 1973. La familia del religioso inglés Miguel Woodward torturado en la "Esmeralda", se presentó indignada durante la despedida de la nave. La situación se tornó complicada cuando el cuñado del religioso, un ciudadano inglés de nombre Eduardo Bennet, se lanzó al agua en señal de protesta y tuvo que ser sacado del mar por algunos buzos. Algunos días antes de que el buque diera inició a su nuevo viaje de "instrucción", Patricia, la hermana del sacerdote desaparecido, junto a su cuñado Fred Bennetts, fueron parados de forma prepotente por efectivos de la Marina, cuando se dirigían en una lancha al barco para pedir a la "justicia" que impidiera la salida de la nave, poder "reconstituir la escena" de las torturas infringidas al sacerdote y criticaron las respuestas obtenidas del almirante Vergara a sus preguntas. Mientras tanto la organización Amnistía Internacional (AI) deploró la partida de La Esmeralda sin acto de reconocimiento de torturas y de haber sido utilizada como campo de concentración de prisioneros políticos. AI realizó un llamado a los gobiernos a colaborar en "quitar el manto de impunidad" del buque Esmeralda", que fuera usado como centro de torturas durante el régimen militar encabezado por el ex dictador Augusto Pinochet y que cada año visita diversos países. "Es hora que el buque-escuela La Esmeralda pueda llevar a cabo su travesía por los mares del mundo libre del manto de la impunidad", expresó un comunicado del organismo internacional. "Una vez más, el buque-escuela parte sin que la justicia, el gobierno y la Armada de Chile hayan hecho lo suficiente para terminar con la impunidad que la cubre". AI señaló además, que pese a que la Armada reconoció las violaciones a los derechos humanos tras 30 años de ocultamiento, "la falta de cooperación para aportar información fidedigna respecto de los hechos, las víctimas y las responsabilidades, han impedido un avance concreto", se afirmó. El presente año, La Esmeralda visitará 11 puertos internacionales, y su gira ha comenzado sin que se concretara un acto de reparación con los familiares de las víctimas, por no llegarse a un acuerdo respecto de su contenido. Por su parte, el ministro de Defensa (DC), Jaime Ravinet, manifestó a la prensa, que es necesario dejar de lado las protestas que se multiplican donde recale el buque, destacando que las responsabilidades en las violaciones a los derechos humanos tras el golpe militar de 1973 "son personales". La fotógrafa María Eliana Comené destacó que las personas que fueron víctimas de detenciones ilegales y torturas en La Esmeralda no están dispuestas a "limpiar la cara al buque de la tortura y la muerte". "La dignidad no la van a devolver, como ellos dicen. Lo único que buscan es poder zarpar con el buque, con la cara más limpia, para que no les sigan haciendo manifestaciones de repudió fuera del país, lo que nosotros buscamos es verdad y justicia". Finalmente, cabe destacar que las organizaciones que agrupan a los familiares de las víctimas de las violaciones de los derechos humanos, tanto en Chile, como fueran del país, junto a organizaciones de la solidaridad internacional con la causa de la defensa de los derechos humanos en el mundo, han decidido intensificar una campaña a nivel mundial, para que se exponga la verdad de lo ocurrido en La Esmeralda, se haga justicia y que el buque sea dado de baja por la mala imagen que le presta a Chile, en el exterior del país. |
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