escribe Eduardo Andrade Bone

Al parecer el diario golpista El Mercurio, acaba de recibir una nueva remesa de dólares de su casa matriz, vale decir de la CIA, con el objeto de alentar más de algún «ruido de sables» al interior de las Fuerzas Armadas, para así, crear las condiciones propicias que permitan la más plena impunidad de los ex represores de la dictadura, ante los diversos procesos existentes en los tribunales, y las próximas condenas que deben dictar los jueces contra los militares que se encuentran involucrados en las violaciones de los derechos humanos, cometidas bajo el régimen militar.

El Mercurio, órgano oficial de la conspiración y de la extrema derecha encabezada por la Alianza por Chile, nuevamente vuelve a las andadas de la confabulación creando un clima de alarma al interior de las FF.AA., además de tratar de ejercer una serie de presiones a los Tribunales de Justicia y al alto Mando Militar, para que éstos últimos, al menos se decidan a realizar acciones intimidatorias, como boinazos o ejercicios de enlace, de manera que los criminales que están siendo enjuiciados sean absueltos, amnistiados o que los diversos procesos en marcha sean sobreseídos definitivamente, para dar por superada la situación de los derechos humanos en Chile.

El decano de la infamia y del periodismo amarillo ha percibido muy bien el sentir de los militares en retiro y algunos en servicio activo, que están procesados, como para alentarlos a desplegar acciones de fuerza, o de cualquier otro tipo para que los ex represores no sean condenados por sus crímenes, como ha ocurrido recientemente con el arresto y de la plana mayor de la ex DINA-CNI.

El medio de comunicación de propiedad de la familia de Agustín Edwards Eastman, actualmente se encuentra sumido en una polémica, producto de una carta enviada por el jefe del Ejército Juan Emilio Cheyre, en donde le reprocha al matutino sus intentos de subvertir el orden interno de los institutos armados. Pero la controversia se ha desplazado más allá de las propias preocupaciones del Jefe del Ejército. También han intervenido algunos personeros de gobierno, parlamentarios y personalidades políticas, que condenan de diversas formas las presiones ejercidas por El Mercurio a los miembros de las FF.AA.

El decano de la mentira, responsable y cómplice a la vez del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, ha sugerido a las Fuerzas Armadas, que nuevamente su conducta «tibia» está permitiendo que los ex represores tengan que enfrentar los tribunales. El Mercurio vuelve a la sugerir la necesidad de que los militares se aparten de la actual legalidad vigente, amenazando además que su posición es invariable, cuando se trata de entrar en defensa de los criminales que se encuentran involucrados en las violaciones de los derechos humanos.

El órgano oficial de la CIA en Chile, con una trayectoria de 180 años de mentiras, con una línea periodística antipopular, antiobrera y de servicio a los más oscuros intereses de la oligarquía nacional y extranjera, cada vez que ve amenazado su entorno más cercano, independientemente de cuales sean éstos, siempre propone operaciones que permitan el rompimiento del Estado de derecho, procurando trizar la paz social y contribuyendo a través de su influencia, a crear un clima de inestabilidad de las instituciones legales, de manera que las libertades públicas y privadas sean conculcadas.

En sus casi dos siglos de periodismo amarillo, cuando es necesario, El Mercurio ha ignorado completamente los valores de la democracia burguesa, cuando estos no le han servido a sus oscuros propósito desestabilizadores o golpistas, en este caso particular, cuando se trata de entrar en defensa de los torturadores y asesinos de la dictadura pinochetista.

El Mercurio ha sido incansable en tratar de influir de diversas formas para que los Tribunales de Justicia apliquen la Ley de Amnistía a los militares, puesto que de acuerdo a su opinión, en el país aún no se ha alcanzado la paz social. Pero el decano de la mentira, en este plano nada dice con respecto a la falta de colaboración de los militares, en lo que respecta a la entrega de toda la información que poseen en torno de la suerte corrida por los detenidos-desaparecidos y muchos de los ejecutados políticos. Por ello, mientras persista está situación, los familiares de las víctimas, las organizaciones y abogados de derechos humanos, seguirán luchando incansablemente para que en Chile no se impongan las políticas de punto final e impunidad, así como lo quiere el mayor cómplice de las violaciones de los derechos humanos, como es el diario El Mercurio.

El Mercurio, con el asesoramiento de la CIA, es uno de los medios de comunicación experto en hacer llamados a romper con el orden institucional, en la medida en que éste le sea necesario. Los documentos desclasificados de la CIA y del Departamento de Estado norteamericano hablan por sí solo, cuando se trata de las operaciones conspirativas de medios como El Mercurio, que además reciben un muy buen financiamiento de las entidades norteamericanas que se especializan en desestabilizar gobiernos y crear golpes de Estado.

Pero el decano de la sedición no solo recibe el apoyo económico de la CIA y del empresariado nacional y trasnacional, también vía publicidad recibe los apoyos del gobierno de la Concertación, en millones de dólares anuales, productos de avisos estatales, o sea, se usa el dinero de todos los chilenos para seguir financiando la antidemocracia y la sedición, dirigida y orientada por El Mercurio.

El Mercurio profita de respetar el Estado de derecho, pero solo hasta que éste le sea beneficioso a los ex represores, mientras tanto seguirá desplegando más de algún tipo de erosión al interior de las Fuerzas Armadas, con el objeto de lograr conseguir más de algún «ruido de sables», o «tancazo», pues en ello tiene una larga y dilatada experiencia. Su mayor logro fue el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

La verdad es que medios de prensa como El Mercurio, después de su papel jugado en el derrocamiento del gobierno del presidente Salvador Allende, no debieran seguir existiendo o definitivamente debieran ser clausurados, por sus nuevas andanzas conspirativas contra la defensa de los derechos humanos y la propia legalidad vigente, que ellos mismo ayudaron a construir a la dictadura del criminal y ladrón, Augusto Pinochet.