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11-Febrero-2005

 

Primera obra de Javier Claure Covarrubias
«Preámbulos y ausencias»

 

escribe Jaime Padilla

El poemario «Preámbulos y ausencias» de Javier Claure Covarrubias que en días más, lo presentará en la capital sueca, a la colectividad latinoamericana, le permite hoy a este poeta boliviano trasponer fronteras con su primogénita obra editada en abril de 2004 en la ciudad de Oruro, su tierra natal, para -como subrayara Alberto Gutiérrez Guerra en su prólogo escrito en la citada obra - «..culminar con la consagración que consiste en la aceptación y su éxito en el mundo de los lectores, y la crítica autorizada por su capacidad interpretativa y probada seriedad».

Los primeros versos de Javier Claure estaban dedicados en su adolescencia a su primera enamorada. A la edad de 17 años llega al exilio sueco para acompañar a su padre Lucio Claure, uno de los fundadores del Partido Comunista de Bolivia, desterrado del país en tiempos de la dictadura del Coronel Hugo Bánzer Suárez.

Javier Claure en un medio culturalmente ajeno a su identidad y superando las dificultades propias de una sociedad desconocida, se ha ocupado con dedicación ha construir su propio concepto de la vida y profundizar su percepción poética fuera de las cuatro paredes de su habitación. Su prueba de fuego habría de ser en el barrio estocolmense de Rinkeby, marginal, mágico y bohemia. «Es allí donde leí mis poemas en público, una tertulia que se realiza por iniciativa de la Asociación Pumahuasi, y el poeta chileno Juan Cameron era entonces el principal impulsor de la velada. Esto aconteció hace unos 15 años», recuerda el poeta.

«Desde esa época me siento un poeta empedernido», sostiene nuestro entrevistado y explica que «Preámbulos y ausencias» estaba listo hace 4 años.

Dice que no es partidario de publicar por publicar y reconoce que su mayor interés siempre fue editar en Bolivia. «El año pasado estuve en Bolivia y me encontré con muchos poetas y escritores. Luis Andrade, poeta chuquisaqueño a quién ya conocía personalmente, me felicitó por haber tardado en publicar. El gran escritor mexicano Juan Rulfo decía que la literatura en la que él creía, era la que se escribía con un lápiz que en un extremo tiene una goma de borrar y en el otro extremo un grafo. Pero se escribía más con la punta de la goma. Creo que estas palabras dicen todo», explica. Afirma también que es tiempo de acercarse a la colonia latinoamericana, en particular a sus compatriotas y para ello ha traído su primer poemario.

«El año pasado yo había vuelto a Bolivia después de 18 años. Llevaba en mi maleta el manuscrito de mi poemario y, por supuesto, con la intención de publicar. En mi ciudad natal Oruro, me puse en contacto con don Alberto Guerra. Escritor y poeta que participó en el Primer Encuentro de Poetas y Narradores Bolivianos que se llevó a cabo en Estocolmo en 91. Allí también tuve la oportunidad de participar en una reunión de poetas y escritores orureños. Después de mostrar mi manuscrito a los presentes se hizo realidad la publicación, dice.

Posteriormente nos comenta que su obra se presentó en Oruro, el 23 de abril del año pasado en el Instituto Superior de Bellas Artes. «Los escritores Luis Urquieta, Alberto Guerra, Jorge Encinas y la poetisa Marlene Duran, se encargaron de esta presentación. Fue muy emocionante, ya que estuvieron presentes familiares, amigos de mi niñez, poetas, escritores. En fin, encontrarme frente a ese bello público, fue para mi volver a mi infancia. En Cochabamba se presentó, el 30 de abril, en La Casa del Artista. Los que presentaron fueron Guillermo Razo, escritor y periodista mexicano que radica en Cochabamba y la escritora Gaby Vallejo, añadió, al tiempo de exhibir un recorte de prensa que destaca también un acto similar en la ciudad de Santa Cruz el 27 de mayo, en La Quinta Feria del Libro Internacional. Sin duda las actividades se multiplicaron para el poeta, cuyo nombre empezó en Bolivia a cobrar un mayor espacio en la prensa local por su trabajo febril que ha desarrollado en los últimos años fuera del país. Fue uno de los organizadores del Primer Encuentro de Poetas y Narradores Bolivianos en Europa que se llevó a cabo en Estocolmo, 1991.

Cabe destacar por otra parte que su producción literaria está contenida en revistas literarias como Noche Literaria y Contraluz, pero también en la prensa boliviana y el semanario Liberación. Es miembro del PEN- Club Internacional y de la Unión Nacional de Poetas y Escritores filial Oruro. Estudió informática en la Universidad de Estocolmo y Uppsala.

Javier Claure al presentarnos ahora y aquí su «Preámbulos y ausencias» sabe muy bien que el camino apenas empieza para él en este dificil arte de la poesía. Bien por él y bien por el país. Este autor considera que Bolivia, como otros países de América Latina, está azotada por una serie de conflictos sociales y esto, naturalmente, perjudica y sabe también interpretar esa situación cuando dice: «cada día huele a carbón quemado/ y se oye decir: primero fue el oro y la plata/ después el salitre/ luego vino el estaño/ y todo se esfumo como la novia fantasma/ que uno espera y nunca aparece».

«Pero a pesar de todos los problemas sociales, que día a día, se enfrenta el pueblo boliviano, creo que existe una evolución en el género literario», dice cuando explica que hay gente muy capaz que está creando y esto personalmente lo ha podido comprobar cuando personalmente él estaba en la Feria Internacional del Libro en Santa Cruz. «En Cochabamba, por ejemplo, me topé con un destacado escritor y crítico literario que llevaba dos novelas inéditas bajo el brazo. Estaba buscando la forma de poder publicar esas novelas. En este sentido, el escritor y poeta se sienten un tanto frustrados al no poder dar a conocer sus trabajos. Me atrevo a decir que en Bolivia, hay un desbalance entre la considerable producción y publicación. Es muy triste esta realidad. Pero creo que es un fenómeno a nivel continental, agrega.

Así como su verso las declaraciones de Javier Claure son también francas y profundas cuando se refiere al empeño que se debe desarrollar por universalizar la literatura nacional.

«Las autoridades culturales en Bolivia, deberían hacer todo lo posible para traducir las mejores obras del país. Así se podrá atravesar espacios y hacer conocer nuestros referentes literarios. Las nuevas tecnologías y los medios de comunicación juegan un papel muy importante en este orden. Por otra parte, Bolivia deberá exponer su literatura en Ferias Internacionales del Libro sostiene

Estamos convencido que su aporte es también vital para la cultura boliviana y latinoamericana en esta parte del mundo porque Javier Claure Covarrubias nunca hizo exhibición de su ego como poeta ni asume posturas, es más nos entrega este pasaje que le gusta mucho porque retrata a muchos poetas y escritores anónimos del mundo.

Un escritor pobre camina rumbo al estanquillo a vender sus preciados libros para poder comer. En el camino se encuentra con una persona que se interesa por uno de ellos, pero es tan pobre como él y no puede pagarlo. El escritor decide regalarle el ejemplar y al final regresa a su casa sin dinero, sin haber comido aún, pero con la satisfacción de tener al menos un lector asegurado.



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