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14-Enero-2005

 

Abu Mazen proclamado presidente de la Autoridad Nacional Palestina

 

Vigilados por las tropas de ocupación israelíes, sometidos a controles carreteros, impedidos de ingresar a determinadas zonas, un porcentaje importante de los palestinos se movilizó el pasado domingo para designar a Mahmoud Abbas (alias Abu Mazen) como presidente de la Autoridad Nacional Palestina, sucediendo a Yasser Arafat, fallecido el 11 de noviembre el Paris.

El candidato de Al Fatah, obtuvo algo más del 60 por ciento de los votos emitidos, en unas elecciones en la que participaron un 60 por ciento de los autorizados para votar. En segundo lugar, con el 20 por ciento de los sufragios, se ubicó el candidato independiente, Mustafá Barguthi.

Taisir Haled, representante del Frente Democrático para la Liberación de Palestina habría obtenido el apoyo del 3,8% de los votantes y Basam Salhi, del Partido del Pueblo, un 2,7%.

Por su parte, los también independientes Abdel Halil Al-Askar, Sayed Barake y Abdel Karim Shbair recibiría, el 2,4, el 1,1 y el 0,7% de los votos, respectivamente.

Antes de conocerse los resultados oficiales el candidato de Al Fatah proclamó su victoria y se la dedicó al "alma de Yasser Arafat" y a "los prisioneros palestinos". Su principal rival, Mustafa Barguthi, ha asegurado que apelará los resultados por considerar que se han producido irregularidades en el proceso electoral.

"Presento esta victoria al alma de Yasser Arafat, a nuestro pueblo, a nuestros mártires y a los 11.000 prisioneros" palestinos en cárceles israelíes", afirmó ante la multitud el líder palestino.

Abbas ha prometido reformar la Autoridad Palestina, reorganizar los servicios de seguridad palestinos y reanudar rápidamente las negociaciones con Israel, estancadas durante cuatro años.

"Tenemos por delante una misión difícil para formar nuestro Estado, para lograr seguridad para nuestro pueblo... para darle libertad a los prisioneros, una vida digna para nuestros fugitivos, para alcanzar nuestra meta de tener un Estado independiente", declaró ante la multitud.

Barguthi, que obtuvo algo más del 20 por ciento de lo votos, ha destacado irregularidades como el aplazamiento del horario del cierre de las urnas, el doble voto de decenas de electores, o el problema surgido especialmente en Jerusalén Este de que muchos votantes no aparecían inscritos en los censos de los centros de votación.

El candidato independiente, que ha ofrecido una rueda de prensa en la ciudad cisjordana de Ramala -momentos antes de que cierren los colegios electorales- ha culpado también a Israel de obstaculizar el proceso electoral con los controles militares ubicados en distintos puntos de los territorios palestinos.

Barguthi sostuvo que la tinta supuestamente indeleble que marcaba el pulgar de cada votante que ejercía su derecho al voto podría borrarse y así lo demostró ante las cámaras. Y subrayó que numerosos miembros de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina han votado en dos ocasiones.

Barguthi también denunció la presencia de hombres armados en el interior de algunos colegios e incluso mencionó que algunos palestinos han sido amenazados con una pistola para que votaran.
El horario de votación fue extendido dos horas por problemas surgidos en Jerusalem, donde las oficinas de correos atendidas por funcionarios israelíes, provocaban demoras innecesarios -atendiendo un llamado de la derecha judía a boicotear las elecciones-, y por los controles carreteros de las tropas de ocupación que impedían el tránsito fluído de los votantes.

El gobierno israelí complicó todo el proceso para no sentar antecedentes de soberanía. Los palestinos podían votar en Jerusalén del Este, pero al hacerlo por correo, el voto no quedaba registrado allí sino en Ramallah.

La votación en Jerusalén tiene un significado especial porque Israel y los palestinos reclaman la soberanía de la parte oriental de la ciudad. Israel capturó en 1967 el sector este que alberga sitios judíos, musulmanes y cristianos. El gobierno de Sharon permitió que unos 5.000 palestinos de Jerusalén votaran en la ciudad, pero los otros 120.000 debían ir a los suburbios en Cisjordania, y debido al muro, en vez de cruzar una calle, debían dar un rodeo de 3 kilómetros y pasar dos o tres controles militares. Algunos de estos cruces estaban cerrados por manifestantes extremistas judíos que protestaban porque Ariel Sharon había permitido votar a los palestinos.

Sin embargo, el ex presidente norteamericano Jimmy Carter, uno de los 800 observadores extranjeros, afirmó que "No he visto ninguna intimidación" israelí.

El ex presidente obvió los hechos de violencia previo a las elecciones, asi como la detención del candidato independiente, Barguthi, en Jerusalem el última día de la campaña electoral al ingresar a una zona que Israel consideraba prohibida para los candidatos palestinos. Abbas, por su parte, no se presentó en Jerusalem a hacer campaña, admitiendo la veda de las tropas de ocupación. Hasta el día previo a las elecciones las tropas israelíes continuaron con sus acciones de represalías en campamentos palestinos.

Más de 4 millones no votaron

Pese al importante respaldo a Abbas, se debe considerar que los grupos radicales, Hamas y la Jihad Islámica decidieron boicotear las elecciones, y que existen más de 4 millones de palestinos residiendo en campamentos de refugiados en los países vecinos.

Según la Comisión Electoral Central (CEC), cerca del 70 por ciento del millón 800 mil palestinos con derecho a voto en Gaza y Cisjordania se inscribió en las listas de electores.

En Jerusalén se estima que apenas unos 10 mil de los 250 mil palestinos que viven en la parte oriental o árabe acudieron a emitir su voto por correo en cinco oficinas postales de los límites municipales. El resto, según analistas locales, se abstuvo por temor a represalias de empleadores y autoridades israelíes.

Tampoco participan en los sufragios los más de cuatro millones de refugiados repartidos en Jordania, Líbano, Siria y otros países árabes, además de los que todavía residen en precarios campamentos en Gaza y Cisjordania.

El proceso electoral para designar la Autoridad Nacional Palestina (ANP) fue establecido en los acuerdos de paz de Oslo en 1993, cuando también se estableció que el 59 por ciento del territorio de Cisjordania, de unos cinco mil 700 kilómetros, quedara bajo responsabilidad civil y control de seguridad israelí.

Aproximadamente el 23,8 por ciento, tiene jurisdicción de la ANP a nivel civil, pero la seguridad depende de Israel. Sólo el 17,2 por ciento está absolutamente en manos palestinas.

Reanudar las negociaciones

La renovación de la presidencia palestina era considerada por Israel y Estados Unidos, como indispensable para continuar con las negociaciones de paz suspendidas desde hace cuatro años. Esta visión que traslada la responsabilidad de encauzar el proceso de paz a las autoridades palestinas, y al pueblo que las eligió, elude la cuestión fundamental: la negativa de Israel apoyado por Estados Unidos, a abandonar los territorios ocupados, y permitir la creación de un Estado palestino.

Los palestinos no eligieron el gobierno de su país, ya que carecen de un Estado y un territorio soberano, sino al presidente de una Autoridad que debe reflotar las negociaciones de paz y acordar un cronograma para la creación de un Estado que está previsto en las resoluciones de la ONU de 1948, cuando se creó el Estado judío.

El embajador palestino en la Argentina, Suhail Hani Daher sostuvo que "aquellos que soñaban con las elecciones palestinas como solución del conflicto, deberán interpretar que poco se puede hacer si el mundo no pone fin a la ocupación israelí".

Abu Mazen ha repetido durante su campaña de proselitismo su adhesión al legado de Arafat, en particular el reclamo de un estado palestino independiente en Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental, así como una solución justa para el problema de los refugiados.

Más aún, en sus más recientes discursos rechazó la idea de "aplastar a los integrantes de organizaciones de la resistencia armada", a los que calificó de luchadores por la libertad.

Sin embargo, el vocero del gobierno israelí, Avi Pazner, afirmó que el verdadero examen de Abu Mazen será la decisión estratégica de luchar contra las que califica de organizaciones terroristas y proceder a las reformas democráticas de la Autoridad Palestina.

Al respecto el profesor de Comunicación Social Ali Al-Hail, un calificado estudioso del conflicto medioriental, subraya que "los israelíes están equivocados con el carácter de Abu Mazen y totalmente desquiciados si piensan que irá más allá de donde llegó Arafat".

Cualquier desviación o abandono de aquellos derechos que el pueblo palestino considera sagrados y por los que ha regado tanta sangre durante más de medio siglo sería considerado una traición.

Condiciones de Israel y EE.UU.

Si bien las primeras reacciones de Estados Unidos e Israel fueron positivas a la elección de Abu Mazen, encubiertas con las felicitaciones, los dos gobiernos han vuelto ha poner condiciones para el desarrollo de las negociaciones. Tanto Washington como Tel Aviv señalan que el nuevo gobierno debe primero controlar a los grupos radicales palestinos para iniciar las conversaciones de paz.

"Esperamos que al elegir a Abu Mazen, los palestinos abran una era de paz y se involucren en el camino del compromiso y el diálogo", dijo un portavoz del gobierno israelí. "Pudieron elegir libre y democráticamente a la persona que va a dirigirlos y esperamos que renuncien al terrorismo y al culto al odio y a la muerte extendido por Arafat".

El vice primer ministro, Ehud Olmert, dijo que Abbas enfrenta el gran reto de tomar acción contra los grupos extremistas palestinos.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, afirmó que espera con entusiasmo poder trabajar con el nuevo líder palestino en el proceso hacia la paz.

Bush prometió el apoyo de su país a la meta de un Estado Palestino, sin embargo, recordó que Abbas debe resolver los problemas del extremismo, la corrupción y revitalizar la economía palestina.

La Casa Blanca emitió un comunicado que expresaba que el presidente George Bush estaba "esperanzado" por la elección y la fuerte participación palestina. El secretario de Estado Colin Powell, dijo que "Estados Unidos está dispuesto a hacer mucho más ... con buena voluntad y una buena dirección de la Autoridad Nacional Palestina, llegó el momento de realizar pasos hacia la Hoja de Ruta". Powell hacía referencia al plan de paz del cuarteto formado junto a Naciones Unidas, Rusia y la Unión Europea.

Por su parte, el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior y la Seguridad Común, Javier Solana, afirmó que "creemos que ha comenzado una nueva oportunidad de paz y la Unión Europea hará lo máximo posible para apoyar al nuevo liderazgo palestino.

Hamas promete colaborar

Los grupos armados Hamás y la Jihad Islámica han afirmado que están dispuestos a negociar con Mahmud Abbas, alias Abú Mazen, elegido nuevo presidente de la ANP en las elecciones celebradas ayer en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este.

Así lo afirmaron el portavoz de Hamás, Sami Abú Zuhri de Hamás y Mohamed al-Hindi, de la Yihad Islámica, Sami Abú Zuhri aseguró que "el movimiento respeta la elecciones del pueblo palestino y negociará con el nuevo presidente elegido Mahmud Abbas (Abu Mazen)".

"A pesar de que boicoteamos las elecciones -afirmó- y a pesar de que las elecciones no representan a todos los palestinos, respetamos los comicios y negociaremos con cualquier presidente elegido".
En cuanto a la Yihad Islámica, su portavoz Mohamed Al Hindi, se expresó en los mismos términos que su colega de Hamás.

"La Yihad Islámica negociará con Abu Mazen como presidente elegido y está dispuesta a reunirse con él para reanudar el diálogo y discutir todos los asuntos internos y el futuro del pueblo palestino", refirió.
Los grupos armados palestinos se abstuvieron de participar en las elecciones y también se sabotearlas con ataques o manifestaciones en contra.



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