inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces
14-Enero-2005

 

Reeditan «España en el corazón

 

El año 2004 que ya ha tocado a su fin, nos ha deparado innumerables actividades a través del mundo en conmemoración del natalicio de Pablo Neruda y precisamente como para ponerle un broche de oro a estas festividades, nos llega la noticia de la reedición en facsímil, de la primera edición española de la obra de Neruda España en el corazón, por iniciativa del Centro Cultural de la Generación del 27 y la Diputación de la sureña ciudad de Córdova.

Cabe destacar que el poeta y impresor español Manuel Altolaguirre, quien fuera amigo de Neruda fue quien se dio la tarea de publicar la primera edición española que se ha logrado recuperar en facsímil, la de noviembre de 1938, en los meses, en que de acuerdo a palabras del propio Neruda «la guerra comenzaba a perderse» .

James Valender es uno de los especialistas en la Generación del 27, es además el autor de la introducción que, como separata acompaña la presente reedición en facsímil. En ella da a conocer que «las especiales circunstancias en que se imprimió la primera edición española hicieron no solo que Pablo Neruda, en sus memorias, se refiriera a ella con especial afecto, sino incluso que, por el número muy reducido de ejemplares que se salvaron de la guerra, se formara como una leyenda tan imprecisa como sugerente».

España en el corazón es un «canto de explosiones» a favor de la Republica, una épica de los trabajadores que la defendieron a sangre y fuego, de manera que el compromiso político del poeta tan explícito siempre, raras veces volvería a adquirir ni la misma transparencia ni la misma convicción emocional» afirma Valender.

Juan Agustín Figueroa, de la Fundación Neruda, con respecto a España en el corazón, expresa que «Neruda asume su deber de poeta que el mismo llama de utilidad pública. Es decir, -y de ahí la paradoja- de poeta puro, «porque la poesía tuvo siempre la pureza del agua o del fuego que lavan o queman». El poeta tiene ahora una visión diferente del mundo al entregar su memorable himno a las glorias de un pueblo en guerra. Así, el mundo ha cambiado y su poesía también ha cambiado.

Entonces también nos dirá en su conmovedor «Viaje al corazón de Quevedo»(1947) «Cuando la tierra florece, el pueblo respira libertad, los poetas cantan y muestran el camino».

Mientras que Julio Cortazar señala en «Neruda entre nosotros» que «cuando la guerra civil española lo lleva a escribir España en el corazón, el poeta ha dado el paso final que lo desplaza del escenario a los actores, de la tierra a los hombres; su definición política, que tanto malentendido innoble haría surgir (y pudrir) en América Latina, tiene la necesidad y la llaneza del cumplimiento amoroso de la posesión en la entrega última; y es fácil advertir que el signo ha cambiado, que a la lenta, apasionada enumeración de los frutos terrestres por boca de un hombre solitario y melancólico, sucede ahora la insistente llamada a recobrar esos frutos jamás gozados o injustamente perdidos, la proposición de una poesía de combate lentamente forjada desde las palabras y desde la acción»

De aquella extraordinaria edición, con papel fabricado con trapos, vendas y la camisa de un prisionero moro, aún se conserva un ejemplar en la Biblioteca del Congreso de Washington, y su portada es la única reproducida en el catálogo de donaciones correspondiente a 1938 de esa Biblioteca. El título original del libro es España en el corazón. Himno a las Glorias del Pueblo en la Guerra. Un texto que el poeta comenzó en la ciudad de Madrid en 1936, luego continuó en París y posteriormente en alta mar en su viaje de regreso a Chile. La obra poética fue publicada en 1937 en el país alcanzó una trascendencia notable, pues en tan solo dos meses se vendieron dos mil ejemplares de la edición.

«Aquel contacto con España, con su alma laceranda, lo había fortificado y madurado. Se entregará a su trabajo literario con más devoción y fuerza. El subjetivismo melancólico, de sus poemas de amor o el patetismo doloroso de su «Residencias», tocaba a su fin. Neruda se preguntará, entonces: ¿ «Puede la poesía servir a nuestros semejantes ? ¿ Puede acompañar las luchas de los hombres ?». Y se responderá a si mismo: «Me pareció encontrar una veta enterrada, no bajo las rocas subterráneas, sino bajo las hojas de los libros». Ya había caminado bastante por el terreno de lo irracional y de lo negativo. Debía detenerme y buscar el camino del humanismo, desterrado de la literatura contemporánea, pero enraizado profundamente a las aspiraciones del ser humano. Comencé a trabajar en mi Canto General»., agrega finalmente en su comentario Figueroa./Eduardo Andrade Bone



Copyright ©
Semanario Liberación
Box 18040
20032, Malmö, Suecia
Teléfono: +46 40 672 65 02
Telefax: +46 40 672 65 03
Correo electrónico: