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24-Diciembre-2004

 

Elecciones en un país invadido

 

Custodiados por 150.000 soldados de la "coalición", y más de 30.000 mercenarios empleados en empresas de seguridad, los iraquíes deberán elegir al futuro gobierno, entre los partidos que se atrevan a presentarse -y sean admitidos por las fuerzas de ocupación- a las elecciones que tendrán lugar el próximo 30 de enero. Al mismo tiempo, el presidente Bush amenaza a los países vecinos de Siria e Irán.

Después de insistir y mentir durante meses de que la agresión y ocupación de Irak tenía como objeto salvar al mundo de las armas de destrucción masiva que el dictador Sadam Hussein tenía ocultas y a las que podría disparar en menos de 45 minutos, los líderes de la agresión, el presidente norteamericano George Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair, modificaron su discurso y aseguraron que el objetivo de la guerra era promover la democracia en Irak y contagiar a la región.

Según cifras de organizaciones médicas británicas, este "noble objetivo" ha tenido como "costo" más de 100.000 civiles iraquíes muertos en los 20 meses transcurridos desde el inicio de la guerra el pasado 21 de marzo de 2003 y noviembre de 2004. Según cifras del Congreso norteamericano, lo que Estados Unidos ha gastado en la guerra y ocupación, acciende al primero de diciembre de 2004, a 250.000 millones de dólares. Para comparar, cabe recordar que la deuda externa de América Latina, asciende a 350.000 millones de dólares.

A más de un año de la captura de Sadam Hussein y a 18 meses de que el presidente norteamericano anunciara el fin de la guerra en Irak, las tropas de ocupación no han logrado estabilizar al país, recuperar su infraestructura, y ni siquiera poner a producir a mediana capacidad al aparato petrolero iraquí, pese a que los bombardeos eludieron dañar la infraestructura petrolera y el edificio del Ministerio de Petróleo.

Además, las acciones de la resistencia han vuelto a cobrar vigor después de la publicitada ofensiva contra la rebelde ciudad de Faluya. Después de un cerco de semanas y un ataque aéreo y terrestre, que destruyó la ciudad, y provocó centenares de muertes, los combates han vuelto a reanudarse.

Curiosamente, esta semana, las tropas de ocupación han anunciado la entrega de 500 dólares de compensación a las familias que retornen a Faluya y que encuentren a sus viviendas dañadas.

Las elecciones

El pasado miércoles 15 de diciembre, se dió inicio oficial a la campaña electoral. El 30 de enero los electores escogerán a los 275 miembros de la asamblea que, a su vez, nombrará un nuevo gobierno y redactará una Constitución. Cerca de 70 partidos y unos 5.000 candidatos se inscribieron para tomar parte en los comicios, aunque importantes sectores de la sociedad se mantienen al margen o reclaman una suspensión de los comicios por la falta de seguridad.

Tanto las tropas de ocupación, como las Naciones Unidas, tratan de crear la imagen de que los comicios se efectuarán en un marco de garantías y de libertad para los electores, a efectos de "legalizar" la ocupación e imponer el modelo de estado y sociedad que impulsan.

El aparato del Estado, sus recursos económicos y sus fuerzas armadas, seguirán durante largo tiempo bajo control de las tropas de ocupación, por lo que la soberanía e independencia seguirá recortada por largo tiempo.

El modelo de elección será similar al utilizado en Afganistán donde el candidato oficialista ganó facilmente las elecciones y se ignoraron las acusaciones de fraude y las objecciones de que los comicios no se realizaron en todo el país.

Por lo pronto, Ashraf Jehangir Qazi, el enviado especial en Irak del secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan dijo que las elecciones serán creíbles. "Creo que, a pesar de los retos, las elecciones tendrán lugar y que tendrán un eco positivo en el seno del pueblo iraquí y prepararán la fase siguiente", sostuvo después de entrevistarse con la secretaria de Estado británica de Asuntos Exteriores, Lady Symons.

"La intimidación existe, los actos de violencia existen e incluyen actos de terrorismo (...) Y el Gobierno interino aumenta su capacidad de mantener la seguridad nacional y la ley y el orden y de luchar contra los criminales terroristas", subrayó.

No obstante, insistió: "Confiamos en que (...) las elecciones tengan lugar según lo previsto y sean aceptables para el pueblo iraquí, no sólo en su conjunto, sino también en las principales zonas de Irak y por los principales componentes" iraquíes.

Este respaldo de la ONU al fraudulento proceso electoral, fue destacado por el embajador norteamericano en Irak, John Negroponte, después de entrevistarse con Kofi Anan en Nueva York. Negroponte elogió el trabajo de la ONU en su tarea de colaborar con las autoridades iraquíes en preparar las elecciones.

Pese a los esfuerzos de Estados Unidos y sus aliados por demostrar que en las elecciones participaran la mayoría de los sectores políticos iraquíes, llama la atención la ausencia del carismático líder chiita Moqtada al-Sadr, y de la mayoría de los sunitas. A pesar de que al-Sadr decidió no formar ningún partido político, algunos analistas consideran que todavía puede influir en las fuerzas políticas existentes.

Entre las agrupaciones inscriptas a participar en los comicios se encuentra una coalición integrada por 22 partidos políticos presentó una plataforma de 228 candidatos. La denominada Alianza Unida Iraquí, agrupa a dos partidos políticos chiítas, al Consejo Supremo de la Revolución Islámica, al Partido Islámico Dawa y al Congreso Nacional Iraquí, encabezado por el dirigente Ahmad Chalabi, ex candidato de Estados Unidos para encabezar el nuevo gobierno y caído en desgracia después de haber sido acusado de pasar información privilegiada a Irán.

El arabista de la Universidad Complutense de Madrid Pedro Martínez Montávez destacó que pese a que ya hay una lista electoral, todavía no está claro cuál es la postura que tomarán los chiitas.

Los sunitas, por su parte, siguen ofreciendo resistencia a la realización de las elecciones planificadas para el 30 de enero.

Hace un mes, los líderes espirituales de esa parte de la población hicieron un llamado a boicotear los comicios, pues consideran imposible que se lleven a cabo mientras continúe la violencia y las tropas de la coalición permanezcan en el país.

Pero aunque son la mayoría, los chiitas y sunitas no representan el total de la población iraquí.
Habrá que considerar la postura que tomarán los grupos kurdos, quienes también discuten si los resultados de la elecciones podrían conducir a una división del país.

Mientras tanto, los comunistas iraquíes, aprovechan la ocupación del país para legalizarse y participar en los comicios.

"La lista de la Unión del Pueblo incluye a personalidades de todas confesiones y todas las etnias", indicó el secretario del Partido Comunista iraquí, Hamid Majid Musa.

Esta lista está compuesta por 275 candidatos en incluye al ministro de Cultura, Mufid al-Yazairi, representante del partido en el gobierno provisorio de Iyad Alaui.

Por su parte, el Partido Islámico Iraquí (PII), del mayoría suní, ha presentado una lista con 275 candidatos a la comisión electoral, pero mantiene su reclamo de suspender las elecciones. "Queremos participar en las elecciones, pero al mismo tiempo insistimos en boicotearlas si continúa la inseguridad", dijo Ziyad al Ani, portavoz del citado partido.

El Comité de Ulemas Musulmanes, institución prestigiosa para los musulmanes suníes, también ha pedido el aplazamiento durante seis meses de los comicios para permitir que los electores en ciudades conflictivas como Faluya, Ramadi y Mosul, puedan votar libremente.



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