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Se reedita libro de Rubén Jacob |
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escribe Juan Cameron Publicado por Ediciones Carpe Diem, y bajo el cuidado de Marcelo Novoa, el primer libro del poeta Rubén Jacob fue celebrado por sus pares. Hoy se reedita en Viña del Mar a cargo de la Editorial y Librería Altazor. Hace ya más de diez años apareció la primera edición de The Boston Evening Transcript. Fue una grata sorpresa para todos quienes conocían al abogado Rubén Jacob desde los años de la universidad. Se sabía por entonces de su afición al ajedrez, a las artes y, en especial, a la Literatura. En las aulas de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile en Valparaíso, donde estudió y fue luego ayudante de cátedra, el poeta inició sus primeros pasos en la Literatura, junto a un grupo de jóvenes intelectuales, entre ellos Claudio Zalazar Parra, hoy asesor parlamentario, Mario Rosell, director de similar carrera en la Universidad de Viña del Mar, y Juan Ángel Tapia, quien vivo en la actualidad en Lund y es funcionario comunal en la vecina Malmö. La figura de esa prima Harriet, nacida desde las páginas de Eliot y tan visitada en las conversaciones de ese grupo de jóvenes, reapareció en las líneas de varios poetas a raíz de la lectura de ese inesperado primer libro de Jacob: Y de nuevo otra vez iría yo/ Hasta la morada de mi prima/ Para llevarle el diario de la tarde/ El Boston de la tarde/ Que nunca he leído, nos dice el poeta. Esos textos no hubieran resultado convincentes sin aquella referencia; quienes escribimos para dar registro de la experiencia, a menudo se retroalimentan en un diálogo secreto y feliz. Y por la misma época aparecía también la referencia crítica a aquella primera edición, Rubén Jacob un poeta de Valparaíso (cfr. Suplemento Cultural de 29 de marzo de 1993) en la que se intentó establecer algunas claves de su escritura. Al releerla ahora puede rescatarse algunas de aquellas ideas ,aunque la necesaria lejanía que una nota periodística impone no se condice con el placer de la lectura. Tanto Gonzalo Rojas como Hugo Zambelli -recuerda Marcelo Pellegrini en el prólogo para esta segunda edición manifestaron ese vínculo extraordinario producido en el lector frente a un texto de inusual nivel literario. Estos tópicos se refieren a la nostalgia por el perdido paraíso, a lo antipoético, y al desaliento del registro de existencia -en lo principal. Una suerte de reescritura del poema que Eliot publicara en 1917 (en Prufrock and Other Observations), esta vez como un nuevo texto que es que es metáfora de aquella ciudad deshabitada por los días: La mayoría de mis fantasmas y añoranzas/ Están en esta ciudad susurrándome/ Desde las ruinas de marchitos sueños/ Hablándome desde la nada/ Entre sombras y voces sin significado. Las líneas leídas ese año repiten en la memoria los populares versos de T.S. Eliot: Time present and time past& y en el trazo de Rubén Jacob quedan también tañendo cuando se refieren al inevitable transcurso: Tened cuidado/ El pasado en las ciudades/ Se confunde con el futuro/ Ayer anteayer pasado mañana/ Hace treinta años/ Dentro de un mes la semana próxima (&) Nos veremos otra vez algún día/ En una tarde de Diciembre/ ¿O al oscurecer de algún dorado otoño? Sin duda el poeta es certero; en diciembre y en otoño aún, la reaparición se presenta en la Sala Viña del Mar con los mismos protagonistas; tal vez un poco menos dorados y un tanto oscurecidos. La cuestión del tiempo se transforma en el motivo principal de este trabajo. A ratos semejan las notas tomadas en cubierta por un turista desapegado, a otros, la bitácora que un encuadernado capitán llena página a página para registrar un paisaje siempre diverso al anterior. De tal modo, el viejo recurso de Voltaire, que llevó a la prisión a Francisco María Arouet, de mencionar el entorno a través de matices o personajes distinto en una acumulación más que caótica, simplifica tal sensación a su lector. Los que escribieron sufriendo/ Sobre el amor las mujeres y la muerte/ Los que trasnochando enviaron cartas de amor/ Sin esperanza a casillas canceladas/ En un correo sin destino/ Los que por años han llevado un diario de vida/ (Como el de Amiel o el de Drieu La Rochelle)/ Aquellos que se obstinaron el filmar/ La decadencia de Occidente. Sin duda se trata de las noticias de la tarde. Como reportero de una singular existencia -un observador a la manera de Joyce- el poeta nos da cuenta de los hechos y sus días, al tiempo de matizar con una extraña pátina la situación del desamparo vital que siempre acompaña a esta existencia. Rubén Jacob nació en Santiago, en 1939. Abogado, ha publicado The Boston Evening Transcript (1993, Premio Círculo de Críticos de Arte de Valparaíso) y Llave de Sol (1996). Reside en Quilpué. |
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