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Cuando la realidad |
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escribe Norton Contreras Robledo Hace algunos días, el General Pinochet, respondiendo a una pregunta sobre su responsabilidad en las torturas, asesinatos y la desaparición en Chile de más de 1500 personas respondió sin inmutarse que él, como Presidente, no se había preocupado por lo que definió como cosas pequeñas. Las dictaduras, los dictadores, los regímenes autoritarios y déspotas que Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier y Gabriel García Márquez nos muestran en sus novelas: El Señor Presidente, El Recurso Del Método y El Otoño Del Patriarca son superados con creces por las dictaduras sangrientas impuestas a los países. La famosa frase de Pinochet en este país no se mueven ni las hojas de los árboles sin mi consentimiento, supera a todos los discursos y palabras de los dictadores de las novelas del realismo mágico. Que hoy, en un gobierno democrático existan luchadores contra la dictadura encarcelados como presos políticos, mientras que los asesinos y torturadores andan paseándose libres por las calles, supera el mejor realismo mágico de todos los tiempos. En el realismo mágico, la fantasía y la ficción se mezclan, se entrelazan con la realidad exagerándola al máximo, de modo que lo real se nos presenta en tonos mágicos o deformados pero que puede ser aceptado e incluso creíble para algunos. Cuando leemos y vemos como EE.UU se proclama defensor de la paz, de los derechos humanos, de la democracia y la libertad y se auto proclama policía universal en la lucha contra el terrorismo, entonces el realismo mágico supera la realidad porque, ¿como olvidar todas las guerras e invasiones cometidas por los EE.UU? ¿como olvidar la Escuela de las Américas en Panamá donde EE.UU ayudó en la formación de oficiales que a través del terrorismo de estado torturaron y asesinaron a miles de opositores a las dictaduras financiadas y apoyadas por ellos?. Seguramente algunos de los terroristas que hoy persigue EE.UU contó con su ayuda para la formación, tuvo su apoyo financiero y logístico y hoy le declara la guerra... porque el refrán Cría Cuervos que te sacaran los ojos pasó del mero plano literal al real. Bush en el marco de la campaña presidencial se auto proclamaba y perfilaba como defensor de la paz y de los valores cristianos. El realismo mágico fue sobrepasado de nuevo por lo real. De Irak llegan noticias y fotos que nos muestran los cientos de muertes acontecidas cada día, en su gran mayoría son mujeres y niños inocentes. Esas imágenes demuestran y dejan en evidencia el carácter belicista y anticristiano del gobierno que preside Bush. No olvidemos que las armas de exterminio masivo nunca han sido encontradas y que este fue el argumento que usó para declarar la guerra a Irak e invadirlo pasando a llevar la legalidad internacional de las organizaciones internacionales como las Naciones Unidas. El hecho de que Bush haya sido reelegido por los votantes nos deja con los ojos abiertos ante la inevitable certeza de que lo real a veces nos parece tan irreal que no sabemos a ciencia cierta si creerlo o no& Es la realidad misma la que con una sonrisa irónica nos dice que una vez más ella, ha superado al realismo mágico. Pero hay veces en que el realismo mágico supera a la realidad. En los países del denominado tercer mundo, en los países en vía de desarrollo ya sean de Asia, África o América Latina, millones de hombres, mujeres y niños que no tienen acceso a la educación, a la cultura, a la salud y al bienestar ven (si es que tienen la suerte y la posibilidad) en fotos, en películas, en revistas o por televisión el consumismo y la abundancia de los países desarrollados. Ven o adivinan el desperdicio de recursos naturales como la luz, el agua y los alimentos. Para esos millones de seres humanos lo que ven sus ojos es increíble que exista porque ellos no tienen agua para beber, porque millones de personas mueren de hambre. Eso tan real y cotidiano para las personas de los países desarrollados aparece como algo divino, irreal y mágico ante los ojos de niños, mujeres y hombres, condenados a la indiferencia por los países desarrollados. Esos mismos países que están siendo superados cada día por la realidad y han perdido la capacidad de asombro. |
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