Desde principios de noviembre en el Museo de Arte de Gotemburgo, varios artistas mexicanos muestran sus obras en correspondencia con las exposiciones suecas que en mayo anterior se presentaron en los museos de la Ciudad y de Arte de Santiago de Querétaro.

Fernando Garrido, Erika Harrsch, Esmeralda Torres y Eric Woutto, son los creadores participantes en la muestra Corpus, abierta en la escandinava región de Västra Götaland, como parte de un intercambio cultural suscrito entre la capital queretana y el Departamento de Cultura de Gotemburgo.

La exposición no sólo da cuenta del quehacer de los artistas visuales; ofrece también un panorama e información sobre la ciudad de Querétaro, desde su fundación en 1537, pasando por el establecimiento de las órdenes religiosas, su participación en la guerra de Independencia y en la defensa contra las invasiones extranjeras del siglo XIX.

Se recuerda, por ejemplo, que Querétaro fue la ciudad en la cual se fusiló a Maximiliano de Habsburgo. Fue sede también -consigna la exposición- de la promulgación de la Constitución de 1917, vigente hasta la fecha con sus muchas modificaciones.

Viene luego la obra de cada uno de los artistas, cuya expresión abarca diversas tendencias. Fernando Garrido (D.F., 1955) presenta un conjunto de cuadros figurativos, porque su interés han sido las técnicas y métodos clásicos. Por ello considera como sus mejores maestros a los libros y museos, pero sobre todo a los cuadros de los grandes maestros.

Sus principales influencias han sido Vermeer, Caravaggio, Leonardo, Rembrandt, y poco a poco se ha ido adentrando en el terreno de la fantasía -sin dejar lo figurativo- con Dalí, Bacon, Magritte y Remedios Varo, dice el crítico R. Carter en el catálogo que acompaña la muestra.

Erika Harrsch (D.F., 1970) presenta una serie de fotografías titulada Trampas, en la cual evoca los procesos de transición casi indescriptibles involucrados en el paso a través del nacimiento, la vida, la agonía y la inevitable muerte.

Explica en el catálogo que para realizarlas recurrió a diferentes lenguajes y técnicas como el video, el performance, la instalación y la pintura, utilizando su cuerpo para plasmar la naturaleza íntima de las sensaciones que son parte de la experiencia de transición de un estado a otro.

Esmeralda Torres (Querétaro, 1978) es una artista abstracta, que sin embargo parte de escenas cotidianas para la creación de su obra en óleo agrupada en la serie Voces de metal:

La ciudad que habito, el tiempo y la memoria, son los temas recurrentes de mis últimas series. Busco en viejas estaciones de tren, en sus vagones manchados, en los desgastados muros, en la huella personal de los recuerdos, así como en lugares y rincones por los que he trazado mi camino. Quiero dejar un testimonio de mis emociones, por eso pinto y repinto, ensucio y ordeno, cubro y descubro. Esa es mi manera de pintar, mi manera de vivir.

Finalmente, Eric Woutto (D.F., 1972) utiliza también el lenguaje fotográfico aunque ha incursionado también en la arquitectura y el diseño de mobiliario. En Gotemburgo ocupa la Sala Escultórica, con la intervención Crop realizada a partir de las directrices marcadas por el propio espacio, su arquitectura y su interrelación con el espectador.

Según el crítico Miguel de la Fuente, la obra tiene una clara intención integracionista que incluye el diseño, armado y montaje de dos cajas-set de proyección resueltas a manera de mobiliario alterno, con equipo internamente conectado no visible, que incorpora proyectores, amplificador... y otros componentes que son parte de la obra y -a la vez- herramienta para operarla.

La curaduría de la exposición, inaugurada el 6 de noviembre, estuvo a cargo de Hakan Wettre y, el catálogo, de Luis Crisanto Frías Cervantes.