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26-Noviembre-2004

 

El método LTG en la enseñanza
de la lectura y la escritura inicial

 

escribe Víctor Montoya

El método LTG (Läsning på Talets Grud -Lectura basada en el lenguaje hablado), que Ulrika Leimar introduce en la didáctica de la lectura y la escritura inicial, arranca del criterio de que el programa escolar debe ser aplicado a cada niño de manera individual, partiendo de su nivel lingüístico e intelectual.

Es imprescindible que la escuela y los programas se adapten al niño y no a la inversa. Ulrika Leimar considera que la escuela debe favorecer las facultades de expresión oral y escrita del niño, estimulándolas a partir de su entorno concreto y la adquisición progresiva de nuevos conocimientos, pues estimular la libertad de expresión significa no sólo establecer el juicio propio del niño sobre los mecanismos intrínsecos y extrínsecos de su mundo cognoscitivo, sino también enseñarle a respetar las opiniones de los demás.

El método LTG irrumpe en la escuela sueca a fines de los años 60, como alternativa a las técnicas de los métodos tradicionales. El objetivo esencial de Ulrika Leimar es enseñar a leer sin la necesidad de contar con una lección previamente planificada ni seguir una serie de técnicas preestablecidas y esquemáticas.

Este método está basado en el propio idioma del niño y en su libertad de creación individual, puesto que se lo considera el autor de su libro de texto, cuya forma y contenido son los fieles reflejos de su experiencia, sus conocimientos y su nivel lingüístico. En este método activo y creativo, el niño es el principal recurso del proceso de enseñanza/aprendizaje, y las condiciones de trabajo establecidas democráticamente entre educando y educador son partes integrantes de la metodología a seguir.

Para Ulrika Leimar, quien pondera más la semántica que la fonología, el respeto al desarrollo idiomático e intelectual del niño, aparte de reforzar y defender la libertad de expresión, es un modo de respetar la integridad del individuo, cuya conducta y motivación están determinadas por el medio social del cual proviene. Además, aprender a leer es un proceso complicado, ya que la palabra simboliza un concepto y el signo escrito simboliza la palabra. De ahí que las palabras, a las cuales los niños se enfrentan en el instante de leer, deben representar conceptos por él conocidos, y no ser una simple combinación de letras sin sentido. Para el niño es importante encontrar una relación coherente entre el pensamiento, la fonética, la imagen y la escritura.

Por otro lado, las dificultades que tiene el niño en el proceso de la lectura, escritura y pronunciación, no obedecen necesariamente a factores de índole neurológico o de deficiencia mental, sino al hecho de que los libros de texto, escritos por los especialistas y tecnócratas de la educación, les presentan palabras ajenas a su código lingüístico y a su realidad cotidiana.

Ulrika Leimar considera que el aprendizaje de la lectura debe estar vinculado al lenguaje coloquial de los niños y, sobre todo, a las palabras que tienen un real significado para ellos. La aplicación de este método requiere que los niños experimenten vivencias y descubrimientos de manera colectiva, los cuales sirven de base en la creación de un texto colectivo, que cada niño, luego de ilustrarlo, reúne en su libro de sucesos (händelseboken), pues los dibujos son un complemento necesario en este método no sólo porque desarrolla la destreza motriz, sino también porque es el mejor medio a través del cual los niños canalizan sus pensamientos y sentimientos.

El método LTG, además de haber tenido óptimos resultados en la enseñanza de la lectura y la escritura inicial, es un método que estimula la fantasía de los niños. Su aplicación no parte de definiciones abstractas, al margen del interés y capacidad intelectual del niño, sino a partir de hechos concretos y cercanos a él, teniendo presente que la lectura no consiste en descodificar las letras o palabras en un texto determinado, sino en interpretarlas y entenderlas con precisión, pues una de las tantas dificultades que los niños tienen en el proceso del aprendizaje de la lectura inicial es la incomprensión de lo que leen, quizá porque desde un principio se los acostumbra a sacrificar la comprensión en provecho de la rapidez.

Las etapas del método LTG

El proceso de desarrollo de este método está compuesto por cinco etapas, tres de trabajo colectivo y dos de trabajo individual:

1. La conversación
Esta etapa es fundamental, puesto que todo el trabajo está basado en la conversación, la descripción, aclaración, narración y determinación de los niños. El vocabulario que se obtenga del grupo es el resultado de las contribuciones individuales. La conversación puede darse a partir de un tema de interés general, un suceso, una situación determinada o un experimento. Por ejemplo: la familia, la vivienda, los animales, o después de realizar una visita a un establecimiento público, parque o zoológico.

2. El dictado
De la conversación surge el dictado. Cada palabra que se escriba en la pizarra debe ser aprobado por el grupo. Quienes tengan mayor riqueza lingüística comparten su vocabulario con sus compañeros. El profesor funciona como secretario y apunta lo que los niños le dictan, una vez que se ponen de acuerdo sobre cuál será el contenido del texto, cuyo tema tiene que reflejar, en el mejor de los casos, una experiencia colectiva.

El profesor, a medida que escribe las palabras en la pizarra, debe pronunciar cada sílaba pausadamente, y los niños deben repetir para que comprendan que el lenguaje oral se expresa por medio de una serie de grafemas que forman parte de un conjunto, es decir, de una oración. Los niños, en esta etapa, tienen la posibilidad de descubrir la relación existente entre el lenguaje oral y escrito.

3. La elaboración
Primero, los niños leen en coro el texto escrito en la pizarra. Después entran a reconocer las diferentes partes de la oración; las palabras, los sonidos y las letras. Se les explica la diferencia existente entre las mayúsculas y las minúsculas, y que cada oración empieza con una mayúscula y termina con un punto. Se cuentan las oraciones escritas en la pizarra y, apenas cada niño identifica la oración que dictó, se copia el texto de la pizarra en un papel, se fotocopia y se distribuye un ejemplar a cada uno.

4. El repaso
El niño lee individualmente el texto y luego subraya, con la ayuda del profesor, las palabras desconocidas o de difícil pronunciación, con el propósito de que puedan ser asimiladas más adelante.

5. La aplicación
Después de la relectura, cada niño trabaja con las oraciones, palabras o letras, que se subrayaron durante el repaso. Hecho esto, se las escribe en una tarjeta y se las selecciona en orden alfabético en una caja de palabras, las mismas que le servirán al niño para componer oraciones nuevas. En síntesis, todo el proceso de desarrollo de este método toma entre 3 a 4 días, siempre y cuando el grado de desarrollo intelectual, emocional y motriz del niño lo permitan.



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