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05-Noviembre-2004

 

Histórico triunfo de la unidad de la izquierda

 

El pasado domingo en la noche, poco más de una hora después de cerrados los circuitos, las encuestadoras anunciaron sin excepciones, que Tabaré Vázquez había superado el 50 por ciento de los votos emitidos y que se había transformado en el presidente electo de los uruguayos sin necesidad de balotaje.

Una multitud de cientos de miles de personas salieron a las calles a festejar, formando columnas que avanzaban desde los distintos barrios capitalinos hasta el centro de Montevideo al conocerse que el Encuentro Progresista -Frente Amplio -Nueva Mayoría había sobrepasado la mitad de los votos emitidos, y había alcanzado el gobierno nacional sin necesidad de recurrir a una segunda vuelta. Años de lucha y de consolidación de la unidad de la izquierda, arrojaba sus frutos. En contrapartida, el histórico partido que gobernó el país con contadas excepciones desde 1830, el Partido Colorado, sufría su derrota más estrepitosa, su caudal electoral apenas no alcanza un cuarto de los votos de la izquierda.

Pese a que todos los actores políticos y sociales han aceptado que Tabaré Vázquez es el presidente electo, la Corte Electoral no ha querido aún hacer el anuncio al señalar que aún faltan contar los votos observados.

Sin embargo, el domingo en la noche, a pocas horas de cerradas las mesas de votaciones, el candidato del Partido Nacional, Jorge Larrañaga, reconoció la victoria de Vázquez, y se presentó en la sede del comando electoral del EP-FA-NM para saludar al presidente electo. El candidato del Partido Colorado, Guillermo Stirling, llamó por teléfono a Vázquez y también reconoció el triunfo. Desde la presidencia de la República se anunció que en las primeras horas de la tarde del lunes primero de noviembre se iniciaban los contactos para transición, por lo que todos los actores políticos confirmaban la victoria de la izquierda.

Después de acallados los festejos, la Corte Electoral aclaró que hasta este fin de semana no se podía proclamar un presidente electo, y recordó que aún faltaban contabilizar unos 32 mil votos observados.

El pasado lunes, la Corte Electoral dio a conocer los datos del escrutinio primario. Las cifras indican que el Encuentro Progresista alcanza el 49, 97% del total de los votos emitidos. Faltan todavía los 32.154 votos observados, que serán escrutados en los próximos días.

El Encuentro Progresista necesita obtener al menos 708 votos de los poco más de 32.000.
Históricamente, los votos observados mantienen la tendencia de la elección general, por lo que se espera que la izquierda confirme su triunfo sin contratiempos.

Aunque las autoridades del organismo habían acordado no dar porcentajes y sólo aportar información con cifras concretas de la votación, fuera de micrófonos algunos de los ministros aseguraron que el Encuentro Progresista, cerraba el escrutinio primario con un 49,7 % del total de votos.

En conferencia de prensa, el Presidente de la Corte Electoral, Carlos Urruty, dijo que hasta que no se realice el escrutinio final, el organismo no puede afirmar oficialmente que Tabaré Vázquez sea el presidente electo. "No hay un presidente electo hoy, es muy claro. La Corte Electoral no puede proclamar un resultado, cuando tiene que estudiar 32.000 votos observados", afirmó.

Urruty transmitió su malestar con el hecho de que se consagre un presidente, basándose exclusivamente en las proyecciones realizadas por las empresas encuestadoras. Aclaró que las cifras del escrutinio final, se conocerán el sábado.

Por su parte, el ministro de la Corte Electoral en representación del Frente Amplio, Wilfredo Penco, compartió que el organismo, no puede adelantar resultados sin esperar al escrutinio final.

"No puede hacer proclamaciones sobre la base de resultados preliminares, nunca lo hizo en 80 años y no corresponde que lo haga ahora. Lo va a hacer en los próximos días y esos datos van a confirmar los festejos del pueblo uruguayo", aseguró.

El senador y vicepresidente electo, Rodolfo Nin Novoa, habló sobre la definición de la elección y dijo que el triunfo del Encuentro Progresista es irreversible.

"Yo diría que esto es irreversible, que no hay ninguna manera de que las tendencias cambien, a través del escrutinio de los votos observados, este dato que es absolutamente contundente. Según algunos números que he hecho, habría que contradecir toda la historia electoral de comportamiento de los votos observados. El 80% de estos tendría que ir para otro lado y que no mantuviera la tendencia normal, que es estar en sintonía con el escrutinio primario", sostuvo.

Sin embargo, el gobierno continuó con el proceso de traspaso del gobierno, y el mismo lunes en la tarde, después de las explicaciones de la Corte Electoral el ya designado secretario de la presidencia, Gustavo Fernández (abogado, ex integrante de la comisión de la Verdad, senador suplente del Partido Socialista) fue recibido por el actual secretario de la presidencia, Alejandro Lago.

La reforma tramposa

Los inventores del balotaje, entre ellos el actual presidente de la República Jorge Batlle, cayeron en la trampa que habían ideado para impedir el acceso al gobierno de la izquierda, y ahora deberán hacer oposición a un gobierno progresista que tendrá mayoría absoluta en las dos Cámaras. Diez años atrás, cuando comenzaron los contactos para reformar la Constitución, el mapa político estaba dividido en tercios, y los dirigentes de los Partidos Nacional y Colorado pensaban que ese esquema se iba a mantener con escasas variaciones, y permitiendo siempre que los dos partidos tradicionales pudieran seguir rotándose en el gobierno, respaldándose mutuamente en cada balotaje contra la izquierda.

La brutal crisis económica del 2002, donde el Estado perdió más de 3.000 millones de dólares en sostener la plaza financiera, provocó una desocupación abierta que llegó a más del 20 por ciento, aumentó el número de pobres en 200 mil personas en solo un año hasta alcanzar a 850 mil personas debajo del nivel de pobreza, la mitad de los menores de 14 años también viven en condiciones de marginalidad, aceleró drásticamente la crisis social y amplió el descontento contra el modelo neoliberal impuesto por los últimos gobiernos, a capas de la sociedad que desconfiaban de la izquierda.

De hecho la izquierda había ganado las elecciones nacionales de 1999, pero la reforma constitucional que obligaba a tener el 50% más un voto para acceder a la presidencia, la desplazó del gobierno. Jorge Batlle ganó el balotaje con el respaldo del Partido Nacional, pero perdió su apoyo durante la crisis financiera del 2002.

El país que dejará a sus espaldas el presidente colorado, fue catalogado como en estado de "emergencia social" y reclamará un esfuerzo en recursos e imaginación para mejorar las condiciones de vida de la mayoría de sus habitantes.



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