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29-Octubre-2004

 

Europa construye
una fortaleza contra los pobres

 

Europa, el viejo continente como muchos subrayan para destacar que allí se desarrolló el sistema capitalista y la llamada democracia moderna, va camino a convertirse en una fortaleza destinada a impedir el ingreso de refugiados. No sólo destina cientos de millones de euros a proteger sus fronteras, sino que ahora pretende construir campamentos para refugiados en las costas de Africa para detener el flujo de inmigrantes. La opción más barata, la de invertir en el desarrollo y creación de empleos en los países de origen de los inmigrantes, no se plantea siquiera por las autoridades de la Unión Europa, que por otra parte, inician un proceso de expansión y centralización de poder.

Al mismo tiempo que la Unión Europea pasó de 15 a 25 miembros y se espera la incorporación sucesiva de otras naciones, se acuerda un proyecto de Constitución que en la mayoría de los países no será sometida a la aprobación ciudadana, y que apunta a concentrar el poder de decisión y a coordinar políticas represivas -bajo la consigna de combatir el terrorismo- y políticas para detener el flujo de refugiados e inmigrantes.

La crisis por la designación del profesor ultradechista vinculado al Opus Dei, Rocco Buttiglione en el Consejo de la Unión y Comisario de Inmigración, Justicia y Derechos Humanos, además de haber sido provocada por las declaraciones de éste contra los homosexuales y las mujeres, refleja también la lucha entre los que pretenden centralizar el poder aún más, y quienes quieren que el Parlamento Europeo mantenga cierta influencia en las decisiones.

Inmigración indeseada

En los últimos 10 años han muerto un promedio de unas 500 personas por año intentando cruzar el Mediteráneo desde Africa, sin contar los que han perdido la vida tratando de llegar por otras vías. Más de 65.000 personas intentan cada año ingresar a Europa buscando trabajo, y de ellos apenas el 12 por ciento consigue quedarse. No son "balseros" cubanos y por lo tanto no reciben ningún beneficio de los gobiernos. Un ex ministro italiano llegó a sugerir que la armada debería bombardear antes de llegar a puerto a las embarcaciones que transportaban inmigrantes ilegales. En 2003, el primer ministro británico, Tony Blair, sugirió la posibilidad de crear "centros de refugiados" en Africa para detener allí a la ola de inmigrantes. La idea fue retomada este año.

El ministro del Interior de Alemania, Otto Schily, propuso hace un par de semanas, crear campamentos para refugiados en el norte de Africa, donde se procesarían sus solicitudes de asilo. Mientras algunos gobiernos rechazaban la medida, y otros analizaban la propuesta, Italia llevó a cabo un acuerdo con Libia para deportar e internar en campamentos en el desierto libio a los inmigrantes ilegales llegados a sus costas.

Europa, que saqueó hasta la depredación ambiental al continente negro, dejando en la miseria a sus habitantes, impide ahora que éstos puedan emigrar para buscar su sustento. Los mismos gobiernos europeos denuncian la grave crisis humanitaria en los campamentos de refugiados en Dafour (Sudán), en Somalia, Uganda, Burindi, pero cuando éstos llegan huyendo a sus costas, los deportan. La "globalización" europea, y de los países ricos, está flechada.

Pero, la propuesta todavía no está descartada, y volverá a ser debatida por la nueva Comisión Europea a principios de noviembre.

Alemania, Gran Bretaña e Italia argumentan que estos "centros de asilo" en Africa, salvarían miles de vidas al interceptar a los inmigrantes antes de llegar a la costa europea, y que en esos centros se podría diferenciar a los refugiados de los emigrantes económicos.

"Es cínico abusar de la muerte de miles de refugiados utilizándola como argumento para la creación de campamentos en Africa septentrional", comentó el presidente de la Asociación Europea para la Protección de los Derechos Humanos (FIDHAE), Dan Van Raemdonck.

"Es ilusorio pensar que esos campamentos impedirán que muchos arriesguen sus vidas cruzando el mar.

La idea sirve a otro propósito: socavar el derecho al asilo político y adoptar medidas más represivas contra los refugiados", agregó.

Organizaciones humanitarias se muestran preocupadas de que la nueva Comisión Europea haga suyo el proyecto cuando quede instalada el 1 de noviembre. El próximo presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, fue, como primer ministro, arquitecto de una restrictiva política de asilo en Portugal. Otro posible futuro integrante de la Comisión, Rocco Buttiglione, hoy en el centro de una intensa polémica por su pensamiento ultraconservador, ha sido un entusiasta defensor del fortalecimiento de los controles fronterizos y de la instalación de campamentos en Africa septentrional.

Buttiglione ha redefinido esos campamentos como "centros de asistencia humanitaria", luego de una intensa presión al respecto desde el Parlamento Europeo.

Buttiglione indeseado

El presidente designado de la Comisión Europea, el maoísta reciclado, José Manuel Durão Barroso, decidió mantener al polémico Rocco Buttiglione como futuro comisario de Justicia y Libertad.

Pese a que Barroso le retiró las competencias en Derechos Humanos, que él mismo asumirá, no consiguió cerrar la polémica y ahora se arriesga a un veto de la Eurocámara ya que sólo cuenta con el apoyo de los 'populares' y de la derecha nacionalista. Aunque existen versiones de que los primeros ministros de España, Gran Bretaña y Alemania, Zapatero, Blair y Schröder, han ordenado a sus diputados a respaldar la Comisión propuesta por Barroso. El parlamento sólo puede rechazar en conjunto la Comisión y no a uno de sus miembros.

Barroso no parece dispuesto a ceder, y con su gesto pretende reforzar la tendencia de centralizar el poder e ignorar en lo posible al parlamento.

El Ejecutivo comunitario propuesto por Barroso requiere el visto bueno de la mayoría simple de los 731 eurodiputados. Por ello, deberá proseguir los contactos con la mayoría de grupos políticos de la Eurocámara ya que el Partido Popular Europeo (PPE) cuenta con 268 escaños y la Unión por la Europa de las Naciones (UEN) con 27.

El ex primer ministro portugués anunció por la tarde que asumirá personalmente las competencias de Derechos fundamentales y la política de no discriminación, y que creará un grupo dentro de la Comisión, presidido por él, que trabajará en los próximos años en esta área.

Barroso reconoció que uno de los mensajes que ha recibido en las últimas semanas por parte del Parlamento Europeo es, "precisamente", la importancia que confiere a los Derechos Humanos, la no discriminación y los aspectos de respeto y tolerancia.

Barroso se refirió a la carta que le escribió Buttiglione y en la que renunció a varias de sus tareas que le fueron encomendadas inicialmente. "Apoya sin reservas todo lo que figura en la Carta de Derechos Humanos y se ha comprometido solemnemente a que va a respetar todo lo que figure en dicha Carta de forma clara", subrayó refiriéndose al político italiano.

Además, hizo hincapié en que "puede haber hasta 25 opiniones diferentes" sobre un caso en la próxima Comisión, "pero lo que cuenta es el Colegio de Comisarios porque la nueva Comisión se va a oponer a cualquier discriminación" por orientación sexual, género o credo religioso.

Las declaraciones polémicas

Buttiglione mostró su rechazo a la homosexualidad "porque es pecado", aunque afirmó que sus ideas no tienen por que tener un reflejo en su actuación política. Afirmó que el matrimonio sólo puede darse entre un hombre y una mujer, y que su opinión personal es que este concepto, que viene del latín, quiere decir "protección de la madre", por lo que deduce que la existencia del matrimonio tiene sentido "para permitir que las mujeres tengan hijos y contar con la protección de un hombre que las cuide". Lógicamente continuó declarando que "me preocupa que nacen pocos niños en Europa. Creo que hay que reflexionar sobre las condiciones de vida de las mujeres, a las que queremos mucho pero para las que hacemos poco".

Dentro de su línea de pensamiento y actuación, Rocco Buttiglione, es partidario de crear campos de detención de inmigrantes en los países del Magreb para albergar a subsaharianos. "¿Queremos cerrar los ojos ante el problema o llegar a una solución al problema?", se preguntó, afirmando a continuación que no quería crear "campos de concentración", aunque se trate de centros en países con poco o nulo respeto a los derechos humanos.



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