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Desde Manizales, Colombia |
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escribe Juan Cameron Con la presencia de destacados poetas colombianos se llevó a cabo, entre el 12 y el 15 de octubre, el Sexto Festival Nacional de Poesía de Manizales. Diversas lecturas, recitales, tertulias y charlas se ofreció al público durante los cuatro días del encuentro. Una charla sobre poesía latinoamericana, programada para el martes 12 de octubre en la Secretaría de Cultura del Departamento de Caldas, daría inicio al encuentro literario de Manizales. Sin embargo, por razones de vuelo uno de los conferencistas -Rafael del Castillo Matamoros, reconocido poeta y director de la Revista Ulrika, de Bogotá- no llegó a tiempo, comenzando éste con una lectura en la Escuela Normal Superior de Señoritas de la ciudad capital. Dificultades en la obtención de recursos -y el consecuente traslado de fechas para llevar a cabo la programación- impidieron la presencia de otros poetas latinoamericanos, en calidad de invitados, siendo Chile el único país presente en la oportunidad. «El perfil de este festival es reunir a poetas contemporáneos con diferentes propuestas estéticas» declaró al diario La Patria el escritor Edgar González, coordinador artístico del encuentro. Por su parte, Fabio Arias Gómez -el conocido caricaturista Ari- director ejecutivo del mismo, indicó que la organización recibió, en apoyos económicos, diez millones de pesos de la Gobernación de Caldas y quince por parte de la Alcaldía de Manizales. Además se contó con los auspicios de la Corporación Rafael Pombo, el Instituto de Cultura y Turismo de Manizales, la Alianza Francesa, la Universidad de Caldas, el Banco de la República, el Hotel El Dorado de Bogotá y las firmas Caprecom, Confamiliares y Edigráficas, entre otras, agregó Arias. El equipo organizador contó además con la inestimable colaboración de Carolina Villa Londoño, egresada de Filosofía y Letras, y la arquitecto Lucero Torres Sánchez. El registro del encuentro estuvo a cargo de Mario Cuéllar, pintor originario de Medellín y quien reside en Australia, y la publicidad corrió por cuenta de Beatriz Walker, estudiante de Periodismo. Como codirector del encuentro figura el poeta Flobert Zapata Arias. Durante la tarde del martes fue inaugurado oficialmente este evento. La ceremonia tuvo lugar en el Salón Múltiple, del Banco de la República, con la presencia de autoridades locales y departamentales y un recital a cargo del destacado poeta Rogelio Echavarría. En la nómina de invitados figuraban también los nadaístas Jotamario Arbeláez y Eduardo Escobar, Luz Ángela Caldas, Augusto León Restrepo, Elías Mejía, Rafael Urrea, Beatriz Zuluaga, Tallulah Flores, José Gabriel Alimaku, Julio César Correa y quien firma esta nota. Alojados en el Hotel Yaripá, frente al Restaurante Los Arrayanes y a media cuadra de la Plaza de Toros, los poetas disfrutaron de la amabilidad y buena atención de sus colaboradores; y del peculiar Ron de Caldas. La presencia de Jotamario Arbeláez, cofundador del movimiento nadaísta y quien recientemente publicó las memorias Nada es para siempre, prueba la importancia de este encuentro. Jotamario nació en Cali, en 1940, y su ironía e inteligencia en el tratamiento de los temas lo ubica entre los mayores representantes de su país. Entre otros libros ha publicado El profeta en su casa (1966), El libro rojo de rojas (1970), Golpe de Dados (1980), Mi reino por este mundo (1981), Doce poetas nadaístas de los últimos días (1986) y El espíritu erótico (1990), antología poética y pictórica realizada junto con Fernando Guinard. En 1980 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Oveja Negra y, en 1985, el Premio Nacional de Poesía Colcultura con La casa de la memoria La trayectoria de cada uno de los participantes es por lo demás significativa. Rogelio Echavarría nació en Santa Rosa de Osos, en 1926. Poeta y periodista, ha publicado Edad sin tiempo (1948), El transeúnte (1964, varias ediciones aumentadas con posterioridad), Crónica de otras vidas y otras muertes (1993) y, recientemente, dos amplias selecciones de poesía colombiana. Su significativa obra, en los márgenes de la soledad y lo cotidiano, lo ubican entre los cultores más representativos de su país. Rafael del Castillo, por su parte, nació en Tunja, en 1962. Ha publicado los libros de poemas: El ojo del silencio (1985), Canción desnuda (1985) Entre la oscuridad y la palabra (1992), Animal de baldío (1998) y Rostros de la Palabra, una antología de la poesía colombiana actual. Beatriz Zuluaga, natural de Manizales (1934) fue reina de belleza de su país. Periodista y publicista ha publicado La ciega esperanza (1961), Este cielo boca abajo (1970), Definiciones (1980), Las vigilias del sueño (1989), Eros eros (1997), Por los caminos de Caldas (1991) y A corazón abierto (2004). La joven poeta Luz Angela Caldas, recientemente editada en la revista Jabalí, de Buenos Aires, es considerada por los editores una de las mayores revelaciones de la reciente poesía colombiana. Otra representante de esta promoción, Tallulah Flores Prieto, nació en Barranquilla, en 1957, y ha publicado Poesía para armar (1988), Voces del tiempo (1993) y Cinematográfica (1996). Y el más joven de los participantes, Rafael Urrea Soto, nacido en Manizales, en 1969), poeta y director de talleres universitarios, autor de Palabras grises y otras cenizas (1990), Emperador invisible/poemas al Señor Tlaxcoco (2000) y País de cintas rojas (2004) dirige la revista de cine Fantasmacopia y el Cine club de la Cámara de Comercio local. Esto es sólo una breve muestra de la calidad de quienes concurrieron al Sexto Festival Nacional de Poesía de Manizales. Y es prueba suficiente del nivel alcanzado por la organización -de Edgar González, Fabio Arias y colaboradores, como de la necesidad de mayores auspicios para un encuentro que, tanto como los triunfos deportivos del Once Caldas, destaca en el exterior el nombre de Manizales y de la gran república colombiana. |
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