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Huelga de hambre contra la discriminación |
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Desde el pasado 7 de setiembre, Rafael Altez y Elvira Santos, iniciaron una huelga de hambre contra la discriminación y por derecho al trabajo y la vivienda en Sergelstorg, Estocolmo. Elvira Santos, debió abandonar la medida pocos días después, pero Rafael Altez, peruano, 14 años residiendo en el país y ciudadano sueco, mantiene la medida que este viernes estará cumpliendo 17 días. Agrónomo recibido en Perú, y con dos títulos en Suecia en Ciencias de la Comunicación, explica que en el último año se ha presentado a más de 100 ofertas de trabajo, y ni siquiera he sido convocado a una entrevista. Nos discriminan con los trabajos calificados, y sólo nos dejan trabajar en limpiezas. Eso ya lo he hecho, pero exigo la posibilidad de obtener un trabajo para el cual estoy calificado, subraya. Sobre su experiencia personal, Altez sostiene que ha sido discriminado por Migrationsverket cuando solicitó la reunificación con su hijo (que aún sigue en Perú). Todas las veces que solicité el permiso de residencia para mi hijo, recibí la negativa de las autoridades y con argumentos absurdos. Esta disputa con las autoridades resintió su vida familiar hasta que finalmente se divorció. Ahora está sin vivienda, y sólo ve a sus tres hijos una vez por semana. No consigo vivienda porque dicen que tengo bajos ingresos tengo que ayudar a mi familia aquí y en Perú- y eso también es parte de la discriminación. Altez asegura que mantendrá la huelga de hambre hasta que obtenga una propuesta, o sea desalojado de la plaza donde realiza la movilización. La policía ya le advirtió que no podrá permanecer allí después del 26 de setiembre, sin embargo se están realizando gestiones para extender el plazo. En solidaridad con sus reclamos, unas 2000 personas han firmado el cuaderno que Rafael Altez tiene en el lugar en que realiza la huelga. Hasta ahora, además de cientos de latinoamericanos, varios políticos locales y del parlamento sueco se han aproximado a Sergelstorg para interiorizarse de la protesta. Nadie de mi sindicato (SAKO) ha acudido destacó Altez, y tampoco de Migrationsverket, aunque sí han aparecido a sacar fotos miembros de la policía de seguridad. Actualmente, grupos de latinoamericanos están conformando un movimiento en respaldo a sus reclamos, y para asegurar un mínimo de seguridad al lugar, ya que algunos racistas alcoholizados aparecen los fines de semana a provocar. |
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