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Con Miriam Melean, dirigente de la |
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entrevista realizada en Uruguay por Ignacio Cirio Miriam Melean es venezolana, de unos cuarenta años y debe viajar doce horas por carretera para llegar desde su establecimiento agropecuario a la capital, Caracas. Junto a su familia se dedican a la cría de ganado vacuno, casi una rareza hasta hace pocos años en una economía rebosante de dólares procedentes del petróleo que la inducía a importar, por ejemplo, casi la totalidad de los alimentos y relegó a un status marginal la rica tradición campesina de ese país. Representando a la Confederación Agropecuaria y Ganadera de Venezuela, una institución que nuclea a pequeños y medianos productores, esta productora visitó Montevideo esta semana y quedó "flechada" con los ejemplares que conoció en la Expo Prado 2004, según ella misma confesó. También mantuvo reuniones con empresarios uruguayos, en el marco de una ronda de negociaciones a pequeña escala por el cual ese país estima que los niveles de intercambio comercial pueden quintuplicarse en tres años. Con esos datos, su aspecto externo y teniendo en cuenta que asistió a una ronda de negocios en Montevideo ya alcanzaría para ubicar a Miriam fuera del 80% de venezolanos pobres. No obstante, su descripción de los cambios operados por la Revolución Bolivariana, también en la Venezuela rural, dan la pauta de la profundidad de un proceso, que en su intención de democratizar la tenencia de las tierras se enfrentó a resistencias incluso bajo la forma del sicariato. - Descríbanos básicamente a partir de su ejemplo personal cómo se estructura una unidad productiva agropecuaria en Venezuela. - ¿Soja transgénica? Yo vivo en un estado de Venezuela, que está a doce horas por tierra de la capital Caracas, soy productora de ganadería ovina, ganadería doble propósito (leche y carne) y de engorde. - ¿Cómo observan los actores económicos venezolanos, en especial los productores agropecuarios, este proceso de integración bajo otras coordenadas que esta impulsando su gobierno? Además de ello estamos con el firme propósito de apoyar los otros países, más débiles porque nosotros hemos venido arrastrando una situación política que gracias a Dios ya creo que quemamos todas las etapas. Ahora estamos en la etapa de fortalecimiento, del optimismo, del trabajo y de la lucha. Para nosotros el objetivo es tener estabilidad como país, estabilidad económica, estabilidad social, estabilidad política. Que nos permita el avance que nosotros los venezolanos queremos para nuestro pueblo y para los demás pueblos hermanos. - Al comienzo de su mandato el gobierno de Chávez impulsó la Ley de Tierras por la que se estipulaban criterios de productividad para los poseedores de campos fiscales. Recientemente, coincidiendo con el referéndum revocatorio, su Presidente "declaró la guerra" según sus propias palabras, al latifundio. ¿Qué opinión le merece eso? ¿Qué participación del trabajo existe en el campo venezolano? ¿Cuál es la situación de la propiedad de la tierra? ¿Si hay guerra entre el gobierno y los latifundistas? Es la misma disyuntiva política que teníamos y los medios comunicación privada influenciaron mucho en Venezuela y le dieron un vuelco a eso, distorsionaron mucho la información y en realidad se está recuperando. El gobierno lo que quiere es recuperar las tierras que están ociosas, improductivas para ponerlas a producir, con financiamiento público. Nosotros contamos con una gama muy grande de campesinos: con tierra y sin tierra. Esas tierras ociosas que son del Estado, estaban ocupadas por los terratenientes, por los latifundistas. El gobierno a través de las instituciones ha ido haciendo una serie de inspecciones para fijar posición. Las que están trabajadas se le da su certificado de finca productiva porque están en producción, pero las tierras que están ociosas e improductivas le son entregadas (a los campesinos) después de un análisis y un estudio que hace el mismo organismo que representa al Estado en materia de tierra. Se las entrega a los campesinos para que con el financiamiento del Estado ellos las pongan a producir. - ¿Además de la tierra, qué contrapartida les brinda el gobierno a esos campesinos? - ¿Hay resistencia de los latifundistas a esa medida? - ¿A manos de cuerpos parapoliciales? A medida que ha ido transcurriendo la fase política de la nación, han ido tomando matices otras cosas y el gobierno ha implementado muchas políticas de seguridad para que no siga esa violencia. Y vamos avanzando. El pueblo venezolano es un pueblo maravilloso, la gente está dispuesta a trabajar, la gente no quiere más conflicto, no quiere más oposición, no quiere nada que perturbe la gestión del Presidente Chávez, lo que quiere es trabajar y salir adelante con nuestro país. - Mucho se ha dicho acerca de los planes sociales del gobierno, las llamadas "misiones" de salud, alfabetizadoras, de regularización documental, etc. Eso es claro a nivel de los "barrios" suburbanos, en las periferias de las ciudades, pero ¿qué hay del campo? ¿Han llegado esas misiones al campo? - ¿En el medio rural? - ¿Tu piensas así específicamente ahora que tienes la perspectiva de algunos años respecto al proceso? ¿O bien ese es tu pensamiento desde el comienzo del gobierno de Chávez? Fíjate que ha incursionado el movimiento cooperativista a nivel de todos los factores: el cooperativismo en producción, el cooperativismo a nivel del campo, el cooperativismo a nivel de pesca, el cooperativismo a nivel de la agroindustria y eso va a funcionar. Nos faltan muchas cosas porque no teníamos cultura de cooperativismo, pero por lo menos se ha avanzado mucho y la gente está comprometida con el proceso y con el país. Uno de los grandes beneficios que hemos tenido con este gobierno es que se nos ha dado la oportunidad de incursionar a nosotras las mujeres, porque estábamos desplazadas totalmente. - Aquí una mujer gremialista rural es una excepción, ¿allá en Venezuela sos una excepción? - ¿Cómo se pelea contra el desinterés de la población en el trabajo de la tierra frente a la gran atracción del petróleo? Esto con la finalidad que los pequeños productores no emigren hacia el urbanismo sino que vivan en esos predios y puedan producir ellos mismos allí, sin necesidad de emigrar para otro lado, que no haya el éxodo de campesinos para las ciudades o para otros países. - ¿Qué efecto ha tenido eso, ese éxodo en Venezuela? En alimentos, el 80% de los que consumíamos en Venezuela era importado, porque éramos un país petrolero y habíamos revertido la mirada. Solamente teníamos para mirar que teníamos un país petrolero y que todo nos daba el petróleo, el trabajo, la mano de obra y el bienestar económico de la familia estaba dentro de lo que eran las empresas petroleras. Aquella persona que no tenía acceso al campo petrolero ese era el que nosotros veíamos que iba decayendo y era cada vez más pobre. Teníamos una gran masa de gente pobre y todavía la hay, con todos los esfuerzos que hemos hecho conjuntamente con el gobierno nacional porque estamos unidos todos: gremios de productores, Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), Ministerio de Agricultura y Tierra, Ministerio de la Alimentación, Ministerio de Producción y Comercio, todos unidos de la mano para erradicar la pobreza en Venezuela. Comercio a pequeña escala, antídoto al ALCA La clave para ello pasa por multiplicar los intercambios a mediana y pequeña escala, según la opinión del Presidente del Banco de Comercio Exterior, Víctor Alvarez, que esta semana volvió a visitar Montevideo. A diferencia de su anterior incursión, en abril pasado, Álvarez se acompañó esta vez de una quincena de empresarios venezolanos, que efectuaron entre martes y miércoles unas 150 reuniones con sus pares uruguayos, en lo que fue una primera aproximación a la "macro rueda" de negocios que se proyecta para marzo de 2005 en Isla Margarita. Álvarez insiste en que el fomento de este tipo de intercambio podrá tejer contrarrestar el fuerte impulso que los Estados Unidos dan al Area de Libre Comercio para las Américas, que el alto funcionario venezolano traduce lisa y llanamente como de nefastas consecuencias para los aparatos productivos latinoamericanos. Bancoex, la entidad dirigida por Álvarez, es una de las herramientas más fuertes de la agresiva política integradora de Chávez hacia el subcontinente: con una capitalización extraordinaria, reforzada en los últimos años, el Banco ofrece la conformación de fondos de garantías recíprocas para pequeños exportadores, un facilitador impresionante para la concreción de negocios a una escala que no accede al capital de los bancos privados. Uruguay va a la zaga en ese sentido, puesto que según dijo el propio jerarca a este diario, ya se cerraron los acuerdos en este plano con Argentina y Brasil. Aunque la oferta fue hecha hace varios meses y en el marco de una ponencia en la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), se hundió en la indiferencia de las autoridades uruguayas. Miriam Meleam cuenta que su participación en este viaje, como en otros en que también ha participado a nombre de su gremial no obedeció a un "filtro político" que guarde esa posibilidad a los chavistas: "no hay ningún filtro político, no le exigen a uno que pertenezca al gobierno nacional o estar afín con las políticas del gobierno, en lo absoluto". Los resultados de estos encuentros directos entre los interesados, además de eliminar barreras de burocracia en el servicio exterior e intermediarios, han sido tangibles. Por ejemplo, entre gremiales agropecuarias de Venezuela y Brasil "se ha logrado comercio a nivel de maquinaria agrícola con toda su implementación, porque el parque de maquinaria agrícola que nosotros tenemos en Venezuela está demasiado deteriorado", dice Miriam Melean. |
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