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17-Setiembre-2004

 

En el proceso con los paramilitares
Suecia apoya el personal
de la delegación de la OEA

 

escribe Dick Emanuelsson

BOGOTA Las declaraciones en la emisora FM-RCN del delegado de la Misión de la OEA en Colombia, Sergio Caramagna, crearon malestar en la diplomacia sueca. La entrevista, también publicada en la web de la vicepresidencia puede ser interpretada como un apoyo político al proceso de reinserción de los paramilitares colombianos, lo cual no es así, afirmó el embajador sueco Ingemar Cederberg
 

Suecia va a dar apoyo al personal de la delegación de la OEA durante seis meses, dice Ingemar Cederberg. Pero el diplomático no está del todo contento por las declaraciones Caramagna que en una de las partes decía:
 RCN.- ¿Suecia firmó un convenio con su misión para acompañar el proceso?
 Caramagna.- Sí
 
Esta declaración da la imagen de que Suecia, hasta ahora es el único país de la UE que apoya políticamente el proceso del gobierno de Uribe con los paramilitares. Y no debe interpretarse así. El embajador Cederberg declaró que ya un sueco con experiencia en conflictos internacionales ha llegado a Colombia, no para integrar la delegación de la OEA, sino para apoyar al personal de la delegación de la OEA en su trabajo.

 RCN.- Claro, porque si ya tiene experiencia en otros conflictos internacionales y viene al terreno a vivir este proceso de paz, eso significa que con el apoyo de su país, las puertas de los otros países se están abriendo para aceptar, por lo menos, mirar qué está pasando.
 Caramagna.- Así es.
 
Nadie financia o apoya a la OEA

La verdad es que la misión de la OEA tiene problemas económicos. La semana pasada se emitió un SOS de que los recursos económicos para apoyar el proceso de negociación con los paramilitares estaban ya agotados.

Detrás de esta situación se esconde una pobrísima contribución económica al proceso que se basa en una reserva internacional para apoyar el proceso de tratativas entre gobierno y paramilitares. Los norteamericanos, que aportan millones de dólares para la guerra en Colombia, han declarado que no van a pagar un dólar antes de que se lleven a cabo las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos.

Los canadienses por su parte, tienen grandes reservas hacia el proceso con los paramilitar y ven con preocupación los números de indígenas asesinados por este grupo ilegal, sobre todo en Sierra Nevada.
 El resto de los países latinoamericanos tienen la costumbre de ser meros espectadores en estos procesos, agrega otro conocedor diplomático. Es decir; no hay plata.

El aporte económico sueco se limita al sueldo de Stefan Åström, el experto en conflictos, que no pertenece al gobierno ni de la cancillería sueca, y que ya llegó hace diez días a Colombia. Su contrato es de seis meses pero puede ser prolongado se la gestión de la delegación de la OEA tiene éxito. Pero Caramagna involucrara políticamente a Suecia en el proceso con los paras, las autoridades gubernamentales suecas podrían tomar otra decisión para no quedarse en el dilema de ser el único país de la Unión Europea, que puede ser sindicado de apoyar al proceso con los paramilitares.
 
Hasta Pastrana critica el proceso

Sergio Caramagna visitó la semana pasada en el Parlamento Europeo, una visita que coincidió causalmente con la gira europea de la canciller colombiana Carolina Barco. Según fuentes en Bruselas, los europeos escucharon como caballeros las palabras y las solicitudes de Caramagna de apoyar al proceso, pero los resultados concretos de esas reuniones no se vieron.

Suecia, señaló el embajador Ingemar Cederberg, sigue apoyando a las organizaciones civiles que en los diferentes departamentos donde los paramilitares se comprometen de dejar las armas, monitorean el cumplimiento de esta promesa.

Al respecto en este tema, el saldo que se saca es todavía pesimista. Los organismos de derechos humanos y hasta Andrés Pastrana, entrevistado esta mañana en Caracol Radio. El ex presidente no entendía la lógica de la posición del presidente Álvaro Uribe que ha exigido, que para entrar en un proceso de paz, el actor armado tiene que cesar todas las hostilidades. Por eso esta negociación con las guerrillas de las Farc y ELN está muerto, mientras con los paramilitares tienen una zona de despeje para facilitar el proceso.

Según Pastrana los paramilitares nunca han silenciado los fusiles, porque siguen cometiendo asesinatos y masacres. En tanto que el proceso de reinserción no ha sido roto por el gobierno del presidente Uribe.



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