escribe Eduardo Andrade Bone

Precisamente en los momentos en que se ha conocido que el magistrado Sergio Muñoz realizó los interrogatorios pertinentes a 38 familiares directos de Pinochet y también al propio dictador, una nueva serie de imputaciones se han presentado en los tribunales en contra del mayor responsables de las violaciones de los derechos humanos en Chile. A ello habría que agregar una nueva serie de procesos que se han abierto además en contra de militares involucrados en los crímenes de la dictadura, ocurridos en diversos lugares del país.

El juez Sergio Muñoz que investiga el origen de las millonarias cuentas de la familia Pinochet Hiriart, ha seguido realizando una serie de indagaciones que permitan aclarar la procedencia de la fortuna obtenida por el ex dictador y su entorno familiar. Pero eso no es todo, el funcionario judicial también se ha visto enfrentado a una seria campaña en su contra, procedente de algunas figuras del gobierno de Lagos, de la derecha pinochetista y del entorno militar más cercano al ex militar, que tiene por objetivo desacreditarlo y hacer que éste se declare incompetente ante el proceso de investigación que se ha llevado a cabo sobre los dineros de los Pinochet y compañía. En los interrogatorios efectuados a Pinochet, lo más importante que ha trascendido a la prensa, es que éste declaró «no tener recuerdo de esos dineros, ni de esas cuentas», o sea, Pinochet sigue jugando al «loco».

Ahora, informaciones de última hora, dan cuenta que el ex dictador podría tener otras cinco cuentas secretas en bancos de los EE.UU, además de la ya descubiertas en el banco Riggs de Washington. Estas nuevas cuentas habrían sido abiertas por Pinochet a su nombre y Lucia y Marco Antonio Pinochet, las que estarían en el Citybank de la ciudad de Miami. El descubrimiento de estas cuentas fue realizado por el Departamento de Estado de EE.UU y están ligadas a las investigaciones que se vienen realizando en el Senado norteamericano antes las ilegalidades llevadas a cabo por la entidad fianciera.

Las fuentes de prensa indican que estas nuevas revelaciones complican aún más la situación judicial del ex dictador, que además durante estos día debe afrontar un nuevo pronunciamiento de la Corte Suprema sobre la solicitud de un nuevo desafuero por los casos de las violaciones de los derechos humanos cometidas bajo su régimen de facto. Ahora, el máximo tribunal del país, que siempre ha tenido una conducta proclive a Pinochet, deberá anular o ratificar un dictamen de la Corte de Apelaciones, que desaforó al ex dictador en el proceso por los crímenes de la Operación Cóndor.

Ahora en el plano de los crímenes cometidos bajo la dictadura militar, abogados de derechos humanos han presentado un querella contra Pinochet, por ordenar exhumaciones de cádaveres y la posterior cremación de los cuerpos de 17 detenidos desaparecidos en 1979, en una operación llamada por los aparatos represivos del régimen como «retiro de televisores». La acción legal fue presentada sobre la base de declaraciones de un ex suboficial de Inteligencia que señala que tuvo que descifrar un criptograma con órdenes directas de Pinochet para ordenar los desentierros.

El abogado Eduardo Contreras, junto a la presidenta del Partido Comunista, Gladys Marín, también presentaron una querella contra Pinochet por la responsabilidad que le cabe en las exhumaciones ilegales de cadáveres, ocurridas en el sur del país. El abogado manifestó que numerosas personas «han declarado que hay órdenes expresas del (ex) comandante en jefe del Ejército (Augusto Pinochet), circulares, oficios confidenciales para que se produjeran exhumaciones ilegales».

Con respecto a la Operación Cóndor, el abogado Contreras afirmó que respecto del fallo de Corte de Apelaciones sobre el desafuero del dictador y que debiera ser ratificado por la Corte Suprema, se señala «que contiene testimonios suficientes para determinar que el ex dictador si no es autor directo de esos crímenes «sería a lo menos cómplice o encubridor». «Al menos 10 declaraciones de altos oficiales del Ejército y de la Armada que han dado su testimonio ante el juez Juan Guzmán de que Pinochet sabía perfectamente cada uno de los casos relativo a lo que estamos viendo en este tema «Operación Cóndor», expresó.

Pero las imputaciones al ex dictador no están relacionada tan sólo con sus crímenes, con la corrupción y el enriquecimiento ilícito de la familia Pinochet Hiriart y la cúpula civico militar que gobernó Chile durante 17 años.

Al calor de los acontecimiento de carácter judicial que se han venido produciendo en Chile y que afectan a los responsables de las violaciones de los derechos humanos bajo el régimen militar. Ahora se suma la decisión del Parlamento chileno de crear una Comisión Investigadora sobre el trasfondo de la privatización de empresas públicas durante la dictadura militar como éstas fueron enajenadas y quienes fueron su beneficiarios directos.

Todo esto acompañado además de la desclasificación de las leyes y decretos de carácter secretos que se promulgaron durante la dictadura militar. El proyecto establece que casi todas las leyes decretos leyes y decretos con fuerza de ley que se adoptaron entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990, período que duró la dictadura, deben ser publicadas.

Lo trascendental de todo esto, es que la verdad se va abriendo paso de una manera cada vez más precisa, lo más probable es que en mucho casos nunca vaya a ver justicia, pero la verdad histórica se impone paso a paso, a pesar de todos aquellos que quisieran enterrar el pasado reciente de Chile. Al respecto el escritor, ex senador y ex Secretario General del Partido Comunista, Volodia Teitelboim, hace algunos días atrás señaló a la prensa su deseo de que Pinochet «viva mucho aún, para beneficio de la memoria histórica del país».

La vejez de Pinochet, según el autor de libros como «Hijo del Salitre», «Pisagua», servirá para que se investigue su régimen, entre 1973 y 1990. «Se decía que Pinochet metía los pies, pero no las manos, pero el tiempo ha demostrado lo contrario. Pinochet es cero, pero el pinochetismo es fuerte y aspira a ganar lo único que perdió tras el término del régimen militar: la administración del modelo neoliberal. Los gobiernos de la Concertación, en cambio, sólo exhibirán algunos logros en un contexto de democracia a medias», señaló Teitelboim.