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13-Agosto-2004

 

La DGI camino al caos administrativo

 

Inspecciones sorpresas, despliegue televisivo, números mágicos en aumento de recaudaciones, renovación, etc, parecen asociados a la imagen del Director de la Dirección General Impositiva (DGI), Eduardo Zaindensztat. Sin embargo, más que una jerarquización del organismo, todo apunta a una gestión de marketing para promover la figura de "mister Z".

El Cr. Eduardo Zaindensztat, conocido como el señor "Z", parece dispuesto a dejar la marca del Zorro también en la DGI, después de su polémico pasaje por la subsecretaría del Ministerio de Salud Pública, sólo que esta vez no estigmatizará -como en el mítico personaje de los comics- a los ricos explotadores y abusadores de pobres, sino que por el contrario, será un signo de prepotencia y abuso de poder.

Jerarcas intermedios de la DGI observan con asombro como la operación de marketing de Zaindensztat funciona sin que nadie cuestione o revise el verdadero estado de su gestión al frente del organismo recaudador, clave para cualquier gobierno, y recuerdan que quien asuma después del primero de marzo del 2005, heredará decenas de contratos de arrendamiento de obra y designaciones a dedos en puestos claves.

El dedo de "Mr. Z"

Zaindensztat ha insistido en que en su gestión en la DGI ha actuado en defensa del funcionario, cuando en realidad sólo está cumpliendo con las disposiciones constitucionales. Sin embargo, y como contrapartida, ha recortado la autonomía técnica en varias áreas, ha abusado del mecanismo de contratos de obra, de designaciones a dedos después de declarar desiertos los llamados a concursos y ha conspirado con el buen clima de trabajo al adoptar actitudes que sus funcionarios consideran "destempladas e irracionales" en su relación con los mandos medios.

Las mismas fuentes aseguran que el excesivo acento puesto en la espectacularidad de la fiscalización ha desmembrado al organismo, y ganado el recelo de otras direcciones, que han visto disminuido su papel, tradicionalmente importante en la DGI, como por ejemplo la Dirección de Recaudación, dirigida por el Cr. Nelson Carro.

En cuanto al ingreso de los jóvenes profesionales, parece que el resultado difiere mucho del que esperaba el mediático director, la precariedad laboral y discriminatoria, a la que están sometidos, ha traído, como es lógico, una relación compleja de manejar para el propio director y sus jerarcas.

Según denuncian funcionarios del organismo, los nuevos jóvenes contadores están contratados bajo la modalidad de "arrendamiento de obra" -es decir, son empresas unipersonales- estableciendo una curiosa y rara relación: siendo objeto de control de la DGI realizan inspecciones a su nombre, lo que ha llevado a que muchos se pregunten si una empresa privada -estas unipersonales- pueden inspeccionar a otras empresas privadas.

También existe malestar en la DGI debido a decisión de Zaindensztat de impartir órdenes directas a estos jóvenes contadores, salteando las estructuras del organismo.

También se denuncia que, sin el concurso propagandeado y por la "ventana" han ingresado algunos profesionales de estricta confianza de Mr. Z, prontos para "regularizar" su situación en la primera oportunidad que se presente, y pasar inadvertidos en la confusión que genera cada cambio de mando.

También se ha aumentado la plantilla de funcionarios provenientes de otros organismos en su gran mayoría administrativos, lo que va en contra del modelo moderno de gestión del Estado.

Según estos requerimientos modernos, mundialmente aceptados, la relación profesionales/administrativos es de 2 a 1, y tal como fue expresado por los Economistas A. Barreix y J. Roca en el trabajo: "Un Nuevo Modelo de Administración Tributaria": "&la relación, en el Uruguay está exactamente invertida". Parece que Mr. Z improvisa y hace favores en dirección contraria a las "modernas tendencias mundiales".

Más ruido que nueces

Zaindensztat destaca entre los logros de su gestión algunas inspecciones "espectaculares", entre los que podemos señalar: varios locales de comida, que tuvieron medidas de cierre muy duras en el pasado fin de año; un control masivo de contribuyentes para blanquear las deudas anteriores al año 2002 y su aparición, junto al Director de Aduanas, sancionando a una firma de despachantes de aduana.

Varios de sus operativos con "bombos y platillos" han sido más ruido que nueces: Los varios millones de defraudación que la DGI ha detectado en este último operativo, no dejó un peso en caja para el organismo, el cobro y cierre de las famosas pizzería fue manejado "directamente" por Mr. Z, en un hecho sin precedentes, y lo más grave de todo, las famosas refinanciaciones que se realizaran y que tuvieran un plazo de presentación de la empresa, se siguen realizando hoy con alguna "recomendación" violando en forma flagrante la normativa legal vigente.

Habiendo admitido que la DGI hacía años que no visitaba el interior del País, incursionó en ciudades como Salto, Canelones, Florida, Durazno, entre otras, con una amplia cobertura propagandística.

Salvo honrosas excepciones no se le cobró a nadie, los operativos no han vuelto a repetirse, y las espectaculares visitas tuvieron sólo un impacto visual y nada de planificación efectiva para el futuro.

La transparencia

En los últimos tiempos y siendo fiel a su intento de ser "transparente", Mr.Z ha impartido la orden de que los nombramientos se provean por concurso, lo que en la DGI es imposible de lograr pues no es posible concursar por un cargo que no tiene descripción. Este tema es realmente una verdadera operación de marketing. Todos los cargos que se han llenado en su gestión han sido "a dedo", y el único que se nombró por un pseudo-concurso contiene irregularidades administrativas de todo tipo. Se ha mantenido inalterable el actual régimen de encargaturas, nefasto y único en la Administración pública, y la instalación de la carrera administrativa sigue durmiendo el sueño de los justos.

Se destaca como grosería mayor el haber llamado a un concurso internacional para proveer el cargo de "Director del Proyecto de Modernización de la Dirección General Impositiva" , aparentemente con una remuneración de varios miles de dólares y después de meses de haberse realizado el concurso con la participación de postulantes nacionales y extranjeros, Zaindensztat lo declara desierto.

Pero, no alcanzó con esto, sino que nombró, según fuentes del organismo, a un "viejo" funcionario, de absoluta confianza del director y que para colmo de males, no se presentara al concurso. Se agrega a esto el hecho que en los últimos días se procedió a "nombrar" también a dedo cargos "gerenciales" dependientes del mencionado Director del Proyecto.



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