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16-Juliol-2004

 

Liberado joven sueco prisionero de la base norteamericana de Guantánamo
Fuí torturado e interrogado durante años

 

Para Medhi Ghezali, la pesadilla parece haber terminado el jueves 8 de julio cuando arribó a Suecia, liberado después de 900 días de haber sido prisionero del ejército norteamericano en la base militar de Guantánamo, que ocupan en territorio de Cuba.

Liberado luego de negociaciones diplomáticas entre Suecia y Estados Unidos, y cuando desde siempre se supo de que nunca pudo ser acusado formalmente de ningún delito. Tampoco poseyeron pruebas contra él en el sentido de que hubiera participado en acciones militares en Pakistán o Afganistán. Sin embargo, fue recluido durante largos años según las autoridades norteamericanas porque aun era: una importante fuente de información y luego, porque no quería colaborar. Esta semana Ghezali sólo se encontró con sus familiares, un juez sueco que le interrogó, y miembros del grupo Guantánamo que a nivel internacional lucha por la liberación de los 594 prisioneros que aun permanecen recluidos en la base norteamericana. El actual lugar de residencia del joven es secreto en consideración a que según la policía se recibieron amenazas contra su vida.

Funcionarios diplomáticos y de seguridad suecos habían arribado a Guantánamo en un avión del gobierno para recibir a Ghezali, quien junto a un grupo de más de trescientos prisioneros fueron liberados la pasada semana. Según narró el joven a periodistas de medios suecos que han podido entrevistarle, antes de ser liberado los carceleros le pusieron como condición que firmara un documento en el que se comprometía a no vincularse con Al Qaeda y a no atacar a EE.UU, cosa a la que en principio Ghezali se negó, por temor a que ello significara una aceptación tácita de haber pertenecido a la organización terrorista o haber participado en combate o acciones militares, cosa que él siempre negó en los interrogatorios a los que fue sometido en forma casi ininterrumpida durante tres años. Por mediación de los funcionarios suecos que le tradujeron el contenido del documento y le argumentaron de que el mismo no le comprometía, Ghezali accedió finalmente a firmarlo.

Vendido en Pakistán y torturado en Guantánamo

Medhi Ghezali sostiene y así lo repitió hasta el infinito a sus interrogadores norteamericanos, que se encontraba en Pakistán al estallar la guerra y pobladores del lugar lo entregaron a cambio de dinero al ejército, quien a su vez lo entregó a EE.UU. Ghezali dice que se volvió una cosa corriente vender a los extranjeros durante ese período en Pakistán.

De su período en Guantánamo, Ghezali ha dicho que fue torturado de diferentes maneras; mediante el acortamiento de las cadenas que le aprisionaban pies, manos y espalda, sometido a largos interrogatorios en habitaciones a las que se les bajaba al máximo la temperatura de los acondicionadores de aire para provocar el enfriamiento total del cuerpo, y también utilizando sonidos estridentes y luces intermitentes. También relató el joven, que se le impedía dormir y se le maltrataba sexualmente. Por otra parte confirmó que desde su apresamiento en las cercanías de Peshawar en Pakistán, perdió noción del paso del tiempo, y que en Guantánamo las duras condiciones de reclusión contribuyeron a perder la idea del mismo. Según denuncias de organismos internacionales un número importante de prisioneros de Guantánamo han intentado en estos años quitarse la vida.Ghezali, aún tiene en su pie izquierdo rastros de los grilletes que le provocaron heridas.

Pese a que la ministro de Exteriores Laila Freivalds sostuvo de que el gobierno no recibió ningún condicionamiento de parte de EE.UU. para que Ghezali fuera liberado, el joven fue investigado por la Justicia sueca, a partir de un memorándum de acusaciones suministradas por los norteamericanos. El fiscal Tomas Lindstrand dejó esta semana libre de cargos Ghezali por considerar que las acusaciones y pruebas que se aportaban eran inconsistentes. Para el abogado defensor del joven, Peter Althin, este hecho estuvo motivado seguramente por un trato hecho a alto nivel diplomático entre Suecia y las autoridades norteamericanas. Por su parte el Departamento de Estado de EE.UU. desmintió las afirmaciones de la ministro Freivalds de que no existían garantías por parte de Suecia.



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