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Después de las elecciones internas de junio |
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escribe Ricardo Daher Sólo una victoria de la izquierda en las elecciones nacionales de octubre puede evitar que Uruguay se encamine a un desmembramiento social de impredecible consecuencias. La única explicación de porqué en el país no se han generado escenas de saqueos, caos social y episodios de violencia en las movilizaciones sociales, es que existe la expectativa del triunfo del Frente Amplio-Encuentro Progresista, y con ello la posibilidad de un cambio en las políticas económicas y sociales. Hace apenas un año y medio que debí salir a un segundo exilio. El primero en la década del 70 escapando de la dictadura militar. La segunda vez fue a principios del 2003, expulsado por la política económica. Primero exiliado político y después económico, aunque en las dos veces, el fondo era el mismo: la implementación del modelo económico. La anunciada recuperación económica había despertado mi interés en confirmar la misma y hasta qué sectores de la sociedad había alcanzado con sus beneficios. La constatación con la realidad fue decepcionante. La llamada recuperación económica es apenas el "rebote" contra el piso después de una larga caída. A mediados del 2002 el país soportó una crisis financiera con el cierre de algunas instituciones bancarias que desangró al país en más de 3.000 millones de dólares en pocos meses, y que hizo trepar la desocupación -siempre arriba del 10%- al 20%. La emigración, que se mantenía a un ritmo preocupante desde el 2000, creció en esos años, hasta llegar a una "fuga" de habitantes de casi 50 mil por año. La frase más escuchada entonces entre los trabajadores -amenazados día a día con la posibilidad de perder el empleo- era "si tenés posibilidades de irte al exterior, no sé que estás haciendo acá". Aunque sólo hacía poco más de año que había dejado el país, una corta estadía en Buenos Aires en este retorno, me provocó cierta expectativa ante la posibilidad de que la situación empezara a mejorar también en Uruguay. Los signos de una recuperación económica eran evidentes en la capital argentina. Lamentablemente, esa impresión no se repitió al llegar a Montevideo. Quizás la sensación que existía en el 2002 cuando el país caía al despeñadero, y cuando todos sentían una gran desesperación que se transmitía en todas las relaciones personales y sociales -especialmente a través una agresividad semi reprimida, mal humor, descreimiento e incapacidad para generar respuestas- no existía en la misma proporción. De todas maneras estaba la sensación de que en cualquier momento pueden suceder estallidos como los que derribaron a Fernando de la Rúa en Argentina. Descreímiento, bronca, hastío, que sólo son contenidos con la ilusión de un triunfo de la izquierda o de cualquiera que asegure mínimamente un cambio. Uno queda con la sensación de que en caso de producirse una derrota electoral de la izquierda toda la bronca y descreimiento de la gente se va a desbordar y que no habrá organización o estructura que la canalice. Nadie parece dispuesto a soportar la extensión de la crisis por más tiempo. Rota la ilusión de un cambio mínimo -porque nadie espera transformaciones profundas el caos social está a la vuelta de la esquina. Hasta por su supervivencia como partidos, blancos y colorados deberían apostar también a un triunfo electoral de la izquierda, ya que aunque disminuidos, sería la mejor manera, y casi única, de mantener la institucionalidad a la que son afectos de palabra. Extensión de la crisis Por otra parte, el promocionado aumento del PBI no llegaba a los bolsillos de los trabajadores. No voy a abrumar con datos económicos que se pueden obtener en cualquier sitio de internet. Sólo voy a proporcionar algunas impresiones de los observado en las calles, lugar al que van muy poco o nunca los gobernantes que publicitan esas cifras. Ese aumento del Producto Bruto Interno registrado en este año, parece alto porque parte de una base mínima, y recoge los efectos de una buena temporada turística y de un aumento de las exportaciones de lana y carne. Esfuerzo exportador que tiene su contrapartida negativa en el incesante aumento de los precios de la carne para el consumo. Lo mismo sucede con la carne ovina, de la que prácticamente no hay oferta. Por ejemplo, un kilo de carne picada es de aproximadamente 80 pesos (casi el doble que a mediados del año pasado), mientras el salario mínimo -que no es sólo en el papel, sino que es bastante común en muchas áreas de la actividad- es de 1.240 pesos. Por ejemplo, eso y a veces menos, es lo que obtienen mensulamente los trabajadores de la curtiembre "Midober´s", ocupada por los trabajadores hace más de 6 años. Es también casi el mismo salario que obtienen los empleados de las empresas de limpiezas que trabajan en sectores tercerizados del Estado, o lo que ganan los empleados de las empresas de seguridad. La crisis económica afectó también los esfuerzos que venía desarrollando la Intendencia de Montevideo a través de sus planes sociales para combatir la pobreza y la marginalidad, y los trabajos de mantenimiento de las calles, plazas y parques de la ciudad. El deterioro de las calles es notorio. Todavía se mantienen varios planes sociales de ayuda a comedores y guarderías, y la tarea de conceder lugares de trabajo rotativos a los sectores más empobrecidos a través de acuerdos con ONGs. En los últimos años, miles de jóvenes de los barrios más pobres han tenido sus primeras experiencias laborales, y sus primeros salarios, a través de estos planes de la IMM. El efecto de la crisis también se refleja en la cantidad de personas que transitan en bicicleta por las calles -3 o 4 años antes era muy dificil encontrar ciclistas en el centro de la ciudad- y en la enorme cantidad de vendedores y artistas ambulantes que ocupan cada espacio público posible. Trasladarse en un ómnibus local por Montevideo, es ingresar a una verdadera feria ambulante. Desde tempranas horas de la mañana hasta tarde en la noche, suben los coches del transporte, vendedores de caramelos, revistas, accesorios de todo tipo, mendigos, diversos tipos de personas a solicitar colaboración para comedores, para sus familias, cantorescon sus guitarras o a capela, dúos, payasos, cómicos, recitadores, se presentan pequeñas obras de teatro, etc. Las edades de los vendedores y/o artistas varía desde los 10 a los 60 años, aunque el promedio de edad debe estar en los 30 años, un dato que demuestra la gravedad de la crisis: en lo mejor sus capacidades, hombres y mujeres deben optar por una actividad poco productiva y de escasa preparación y remuneración. Si uno transita en un ómnibus interdepartamental o internacional de los que atraviesa el país, también constará la extensión de la mendicidad de los niños. Conocedores que en estos transportes se distribuye una bandejita con alimentos a los pasajeros en los trayectos largos, en cada parada, a la hora que sea, siempre hay niños pidiendo algo para comer -y aceptan con gusto los restos de estas bandejas- o de alguna moneda. Como consecuencia de todo esto, la marginalidad ha aumentado, y por lo mismo el alcoholismo, la drogadicción y la delincuencia. En los barrios más pobres de Montevideo, se ha extendido en forma alarmante el alcoholismo y las drogas entre los jóvenes. En los últimos meses existe preocupación por el consumo de la llamada "pasta base", una especie de cocaína en bruto y mucho más barata, que ha provocado la muerte de varios menores y la internación de otros con graves consecuencias. El aumento de la drogadicción en jóvenes sin recursos económicos conduce también irremediablemente a un aumento de la delincuencia. Una delincuencia que además ha roto con ciertas normas de conductas muy difundidas antes: no robar al vecino ni en el barrio. El deterioro de la seguridad provocó también un aumento del gasto del Estado en policías y aparatos represivos. Un aumento del gasto que sobrepasa con creces lo invertido en crear fuentes de trabajo, que podría haber combatido la delincuencia con más efectividad y a más largo plazo que la represión. La crisis bancaria consumió también los recursos que el Estado tenía disponible para erradicar asentamientos miserables o para planes destinados a las clases medias altas, como el promocionado "Plan Fénix" de recuperación de la Aguada en los alrededores de la Torre de las Comunicaciones de Antel y de la vieja estación de trenes. Préstamos por cientos de millones de dólares procedentes del BID para estos dos objetivos terminaron en los bolsillos de los banqueros que estafaron sus propios bancos. De estos proyectos sólo subsisten algunos funcionarios con "contratos de mano de obra" en dólares, y parte de las estructuras de varios edificios, hoy abandonados, en la zona. Internas de junio En medio de este panorama, uno esperaba que la campaña electoral a las elecciones internas de los partidos del 27 de junio, fueran austeras. Especialmente teniendo en cuenta que sólo dentro del Partido Nacional existía una puja real entre candidatos, y que no eran elecciones obligatorias. Sin embargo, los gastos en publicidad, especialmente del Partido Colorado y del Partido Nacional (en menor medida) estuvieron muy cerca de los gastos de una elección nacional. Las semanas previas a los comicios, las calles, radios y televisión estuvieron saturadas de avisos políticos de las dos colectividades tradicionales. Dentro de la izquierda fueron muy pocos los avisos en los medios de comunicación social. ¿A qué podía deberse tanta competencia interna?. Una de las explicaciones es que el debacle de los partidos tradicionales es evidente y que la posibilidad de que la izquierda llegue al gobierno es casi un hecho. De allí que todos busquen quedar colocados en el mejor lugar posible dentro de su partido, para acceder a los pocos lugares de gobierno, parlamento u organismo del Estado que les puedan quedar, y lo más codiciado, acceder a los jugosos contratos de obra. Para tener una idea, cabe recordar que en la pasada administración de Sanguinetti, existían dentro del Ministerio de Salud Pública, dos organismos, el FAS y el FIS que con un presupuesto de más de 30 millones de dólares cada uno, se dedicaban a lo mismo, estudiar reformas al sistema de salud. Sus integrantes cobraban sueldos de miles de dólares, y por supuesto, las reformas estudiadas o propuestas nunca pasaron de ese estado. Así hay miles de casos en la adminstración pública. Cada convenio con el BID u otro organismo internacional prevé la creación de un organismo de gestión que siempre se "come" parte del préstamo, en algunos casos se ha denunciado, el 30 por ciento. Un candidato colorado, presidente de una cooperativa que brinda servicios a jubilados, decidió revelar el orígen de los fondos de su campaña. Dijo que había ganado a la lotería unos 400.000 pesos (poco más de 13 mil dólares) y que había cobrado de un juicio laboral (mostró los papeles) otros 50 mil dólares. Sin embargo nunca reveló cuando gastó. Un cálculo estimado de su campaña arroja que por lo menos gastó, más de 300 mil dólares. Los demás candidatos blancos y colorados no se molestaron siquiera en dar una explicación sobre el origen de sus recursos. Esta intensa campaña logró movilizar al electorado nacionalista que debía definir entre Jorge Larrañaga, Luis Lacalle y Cristina Maeso (transformada en reformista después de haber sido ministra de Trabajo de la dictadura) para candidato único a la presidencia. No es descabellado pensar que en las elecciones nacionales de octubre, el Partido Nacional obtenga una cantidad de votos similar a la lograda en junio, y que por lo tanto bajará su porcentaje en el total de electores. El Frente Amplio-Encuentro Progresista-Nueva Mayoría (así de largo es ahora el nombre de la coalición de izquierda) no logró movilizar a sus electores, especialmente en los departamentos en que mejor vota en las elecciones nacionales: Montevideo y Canelones. La falta de competencia interna -Tabaré Vázquez era el único candidato- es una de las razones. Otra y quizás más preocupante y hasta ahora poco analizada, es la falta de participación en los organismos de bases de la coalición. El Frente Amplio que llegó a tener unos 400 comités de base en Montevideo, no llega hoy a los 100. Esta escasa participación se mostró también en las pasadas elecciones a los consejos vecinales de la Intendencia de Montevideo. Unos pocos dirigentes de la izquierda están criticando esta carencia, preocupados además ante la expectativa de ganar el gobierno nacional. Durante años se asumió que un gobierno de izquierda iba a necesitar de su militancia y votantes organizados para participar y defender las medidas de gobierno, especialmente cuando los grandes medios de comunicación social están en manos de sectores que le harán férrea oposición. Aunque nadie considera que Vázquez emprenda medidas radicales, de todas maneras se mira el proceso venezolano como ejemplo de la resistencia que harán los sectores conservadores y los medios de comunicación social. Otra preocupación añadida es que en los esfuerzos por ganar votos indecisos, la coalición de izquierda se ha corrido mayoritariamente hacia el centro, confudiendo su discurso con el del candidato nacionalista Jorge Larrañaga. Larrañaga, que en las grandes decisions acompañó "por disciplina" al gobierno, presentó desde el inicio del gobierno de Jorge Batlle, un perfil opositor. Fue crítico al comprimiso de Lacalle con el presidente de asumir cargos en el gobierno, y fue de los primeros en exigir el retiro de los ministros blancos cuando era obvio que el país iba al despeñadero. El ex intendente de Paysandú en dos períodos, durante la discusión de la llamada mini reforma constitucional en 1994, llegó a afirmar que era partidario de separar las elecciones nacionales de las departamentales, y que estaba dispuesto a votar al Partido Nacional -a sí mismo- en la intendencia de Paysandú, y a Tabaré Vázquez a la presidencia. Hoy habla de concederle a la izquierda participación en los órganos de control del Estado, en los entes autónomos y hasta en el gabinete si gana las elecciones. El Partido Colorado, después de dos gobiernos consecutivos -tres de los cuatro después de la dictadura- está en su nivel más bajo en toda la historia y con temor a desaparecer fagotizado por el Partido Nacional. El ex presidente Julio María Sanguinetti teme que los pocos electores que les quedan, opten por votar por su tradicional rival en las elecciones de octubre, una especie de "voto útil de la derecha", reduciendo aún más el caudal electoral. Algunos analistas políticos destacaron que en las elecciones internas fueron castigados los sectores políticos que promueven las privatizaciones. "Fue una derrota del discurso antiestatista" coincidieron varios politólogos. Derrota que tiene los nombres de Julio María Sanguinetti, Jorge Batlle y Luis Alberto Lacalle, los presidentes de los últimos 20 años. Aunque el resultado final de las internas muestra una cierta paridad entre el Partido Nacional y el EP-FA-NM, dato muy aprovechado por los publicistas de la derecha, es más que probable que esta situación no se repita en las elecciones nacionales de octubre. Polarizada su interna, el Partido Nacional votó al límite de su capacidad, en unas internas que a nivel nacional movilizó a sólo el 40% del electorado. El mayor ausentismo se constató en los departamentos de Montevideo (sólo participó el 39%) y Canelones, donde la izquierda tiene su mayor base electoral. Los dirigentes de la coalición confían en ganar el gobierno en la primera vuelta de octubre, y aunque Tabaré Vázquez dijo que instalará un gabinete 20 días después de ganar las elecciones, ya existen equipos de trabajo diseñando planes de trabajo en áreas concretas, y nombres para ocupar cargos. Los gobiernos anteriores han dejado una herencia de pobreza y marginalidad muy dificil de revertir. La mitad de los niños entre cero y cinco años viven por debajo del umbral de pobreza, así como el 40 por ciento de los niños entre 6 y 13 años. El proceso para rescatarlos de la miseria es mucho más lento que el proceso que los llevó a esa situación. Según los datos del oficial Instituto Nacional de Estadísticas, correspondientes al pasado año, el número de pobres en el país era de 880.000 personas. La encuesta cubría sólo las localidades de 5.000 y más habitantes, por lo que el número de pobres en todo el país superaría holgadamente el millón de personas, casi un tercio de los habitantes del país. Un proceso de pauperización que ha castigado a los más jóvenes y por lo tanto compromete el futuro del país. Según un informe de la UNICEF, desde 1986 a la fecha -desde la primera presidencia de Sanguinetti- el número de niños que viven por debajo del umbral de pobreza aumenta constantemente. En esa fecha había dos niños en esa situación por cada adulto mayor de 65 años en la misma condición. En 1995, al concluir el gobierno de Luis Alberto Lacalle -el que promocionaba en las pasadas elecciones internas "Con los blancos se vive mejor"- la relación pasó a 7 niños por cada adulto. El pasado año, después del "esfuerzo" del presidente Batlle, la relación fue de 9 niños por adulto. En 2002, 46,6 por ciento de todos los menores de seis años vivían en un hogar pobre destacó UNICEF. Esto equivalía a 104.000 niñas y niños de esa franja de edad sin acceso suficiente a alimentos, bienes y servicios básicos. "En Uruguay la pobreza tiende a concentrase en los sectores de población más joven, y particularmente en los niños, presentando uno de los índices proporcionalmente más altos de pobreza entre sus niños", señala el trabajo "La situación de vivir en la calle y el trabajo infantil son caras visibles de la pobreza que reclaman una respuesta más decidida e innovadora que no sólo atienda lo inmediato, sino que articule redes de protección más firmes y duraderas", dijo el mismo informe. El dato acerca de que casi la mitad de las niñas, niños y adolescentes uruguayos viven en la pobreza tiene ya más de dos décadas, recordó Unicef. Otra cara de la pesada herencia de los gobiernos blancos y colorados es la abultada deuda externa, que supera ya el 100% del Producto Bruto Interno. Al finalizar abril último, la deuda externa alcanzó los 12.784 millones de dólares. Herencia que tendrá sus efectos de inmediato. Quien asuma el gobierno en marzo del 2005, deberá hacer frente a vencimientos por 2.519 millones de dólares, más el pago de 531 millones de dólares por intereses, y otros 504 millones en el 2006. Elecciones internas / Resultados finales a nivel nacional * Partido creado por los disidentes del Nuevo Espacio, conducido por Pablo Mieres. ** Partido fundado por el ex director de Aduanas, Colorado, Julio Lissidini. *** Agrupación impulsada por el ex presidente del Banco Central y ex director del semanario Búsqueda, Ramón Díaz |
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