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16-Julio-2004

 

Con Jaime Sarusky, escritor y periodista cubano
«Una realidad que es más compleja que antes»

 

Hijo de padre polaco y madre bielorrusa emigrados a Cuba en los años 20, Jaime Sarusky (1931), es un escritor y periodista de larga trayectoria en diarios y revistas, autor de memorables entrevistas a personalidades tales como al cineasta brasileño Glauber Rocha o al trovador Silvio Rodríguez.
Algunos de sus trabajos periodísticos han sido reunidos en el libro Unicornio y otras invenciones aparecido pocos años atrás.

Jaime es un testigo privilegiado de un antes, un después y un hoy de su país. Pero también de los cambios en el mundo. Entre las muchas excepcionales vivencias que posee, Sarusky como traductor fue testigo del legendario encuentro que tuvieron Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir con Che Guevara, a principio de los años 60 cuando la famosa pareja en dos oportunidades visitó la isla, y conocieron a jóvenes dirigentes.

Por su novela Un hombre providencial, Jaime Sarusky recibió el Premio Alejo Carpentier en 2001. Una sabia mezcla de historia y ficción en torno a las incursiones en Centroamérica del filibustero norteamericano William Walker, quien se autoeligió presidente en México primero, y después también de Nicaragua y de Honduras.

Antes Sarusky había publicado las novelas, La Búsqueda (1961) y Rebelión en la octava casa (1967). Y como resultado de largas y acuciosas investigaciones periodísticas sobre la presencia casi perdida de los inmigrantes que contribuyeron a crear la nacionalidad cubana nacieron los libros, Los fantasmas de Omaja y La aventura de los suecos en Cuba(1999). Este último, sólo aparecido en español y lamentablemente aun inédito en sueco, por culpa del desinterés mostrado por las instituciones y editoriales de ese país nórdico, que a fines del siglo XIX perdió un millón de habitantes, que se vieron obligados emigrar huyendo de la pobreza y del hambre, diseminándose por América toda, teniendo también presencia en Cuba sus laboriosos representantes.

En 1989 en su casa de La Habana, había estado conversando con él en los días de la caída del muro de Berlín. Ahora en junio pasado, vuelvo a visitarle como hace quince años atrás. Y en la misma habitación donde trabaja rodeado de cientos de libros, revistas periódicos, volvemos a rememorar muchas cosas y hablar de la vida, de política y cultura; de Cuba. Esta vez nos acompaña en la charla y en los rones Norberto Codina, un amigo común, poeta y director de la revista La Gaceta de Cuba que fundara Nicolás Guillén.

PV. La última vez que nos encontramos aquí mismo, se avizoraban para Cuba momentos difíciles como consecuencia de la desaparición del mal llamado socialismo real. Naturalmente tú te veías preocupado. ¿Cuéntame, cómo fueron esos años?
Jaime Sarusky
La coyuntura fue muy difícil, pero tratándose de Cuba juegan un papel especial una serie de factores que nos son propios y que ayudaron a que soportáramos todo ésto.

Yo no sé si algún país, con un carácter de otro tipo diferente al del cubano, cómo hubiera asumido la misma situación. El cubano tiene una característica que no sé si es virtud o defecto, y es el hecho de que si te ponés serio o trascendente te chotean. Viene la burla, la broma que en buen cubano es eso: el choteo. Y en aquellos momentos que se nos vinieron encima la primera reacción fue seria, pero luego el humor y ese choteo ayudaron a desdramatizar las dificultades cotidianas y enfrentar problemas con la ayuda de una sonrisa.

Es decir, el poder enfrentar con mucho dinamismo y ligereza las peores situaciones.

Pero junto con todo eso, con todo ese esfuerzo, nos llegaban también los terribles pronósticos, apocalípticos, de que se hundía la Revolución. Y tú sabes bien que el día en que se escriba sobre estos vaticinios apocalípticos resultaría de que existe una copiosa bibliografía de todo eso; desde Miami a Estocolmo, pasando por otros países. Y esa apocalipsis lo menos que tenía que ver era con Cuba.

A fines de los años 60 fracasó una zafra que se planteaba alcanzar 10 millones de toneladas de azúcar, y también allí se produjo una coyuntura compleja para la Revolución cubana. ¿Tuvieron semejanzas las dificultades de entonces, con las vividas en los 90?
- Sí, aquella situación si bien fue nacional, también tuvo su relación con lo internacional. En el sentido de que se produjo un mayor acercamiento con la Unión Soviética, que no sé si fue táctico o estratégico. Pero si bien no se llegó a los 10 millones, desde el punto de vista de la meta que se había propuesto y de todos esos años que se trabajaron, sí tuvo valor el esfuerzo de la zafra de todas maneras, desde el punto de vista movilizativo. No se logró con ella ese especie de despegue económico que se deseaba, pero toda la movilización fue importante desde el punto de vista ideológico.

Pero no creo que se puedan comparar esos dos períodos (los 70 y 90), las dificultades que enfrentamos en ambos son muy diferentes.

¿Crées que ya han sido superadas las dificultades surgidas en los años 90?
- En gran medida se puede decir que superamos lo peor de esa etapa. Pero ahora cuando parecía que podíamos tener un cierto respiro, aparece esta feroz política de Bush, que a costa de Cuba pretende ganar votos en la Florida para su reelección. Y mediante un pensamiento de derecha típico de estos tiempos, porque 30 o 40 años atrás la derecha enfocaba las situaciones, y por supuesto sin dejar de ser lo que era, pero de una manera diferente.

Es decir, sin la violencia que se maneja ahora, con esa óptica que en este caso apunta a ahogar a Cuba, perjudicando a las familias cubanas de aquí y de allá en los Estados Unidos, y que al fin causará daño, pero mostrará que no obtendrá el éxito que se pretende.

Existen algunos que hablan de que la Revolución cubana ya se jubiló. ¿Tú que has vivido diferentes momentos de Cuba a lo largo de 45 años, crées que existe un cierto cansancio en la gente como consecuencia de tantos años de luchas y dificultades? ¿Se jubiló la Revolución?
- Mira, todas las revoluciones son un proceso de dinamización social tan intenso, que se vive en un año lo que en circunstancias normales o de evolución lo vives en 10 o 15 años. Y ocurre que las etapas de la revolución son diferentes; donde el Fidel Castro de 1959, siendo la misma persona, no es igual al de 2004. Son etapas distintas, son diferentes los protagonistas que están junto a los dirigentes. Es diferente la juventud de ahora a la de nuestra época cuando comenzó la Revolución.

Todo eso es diferente, y el contexto internacional es mucho más diferente todavía al de antes, cuando triunfa la Revolución cubana. Yo diría que todo se ha hecho más intenso, para bien y para mal. Y también desde la madurez, los modos de asimilar estos cambios. Porque además las formas en que hoy cotidianamente la Revolución se expresa es muy variada, en diferentes áreas etc.

Pero, quien quizá mejor podría contestar tu pregunta sería una mujer cubana. Que es quien tiene la doble tarea de trabajar y llevar el hogar adelante. Porque está trabajando y se va corriendo a la casa para ver que va a cocinar. Es ella la que te podría dar respuesta porque conoce todo el panorama de la vida cotidiana.

No creo que este país se haya cansado ni tampoco jubilado. Porque no puede estar cansado o jubilado una sociedad donde se logró que Elián volviera a Cuba.

Es cierto, que la forma en que se manifiesta hoy el gobierno de Bush crispa mucho más la situación de los cubanos que estamos aquí en la isla. Y a veces nos apasionamos y perdemos frialdad, (no los dirigentes), y desde el punto de vista social enfocar la situación de otra manera. Pero si te fijas, ese crispamiento lo sientes también en todas las movilizaciones que son necesarias hacer, para mantener ese fervor de lucha. Y otra cosa más, no es lo mismo alguien que fue joven al principio de la Revolución que un joven de ahora, que ve las cosas desde otra perspectiva. Porque la sociedad cubana de hoy se ha hecho más compleja y difícil, en comparación con la de ayer.

¿Sientes que las carencias y dificultades materiales han dificultado en algo tu producción intelectual como escritor y periodista? ¿Has llegado a sentirte deprimido?
- Aquí en ésto se plantea también la complejidad y no se puede verle a este asunto sólo una cara.
Desde un punto de vista estrictamente personal y profesional no me puedo quejar, porque he publicado en los 7 u 8 últimos años casi tantos libros como los que publiqué en 30 años.

Pero debo considerar mi situación también a partir del hecho de que vivo en Cuba, un país asediado, que no vive una situación normal como otros países. Vivimos en un estado de sitio, porque qué otra cosa es eso de que el gobierno de Bush tome nota de en qué bancos del mundo está el dinero de Cuba, para ver de que manera lo pueden secuestrar. En ese sentido Cuba no puede considerarse de que viva una situación normal.

Y desde un punto de vista personal, (no sé si la gente en épocas de crisis intensa crea más o menos), yo en los últimos años he escrito y publicado más de lo que hice entre los 60 y 70, y entre los 80 y 90& No sé si será el hecho de sentirme de alguna manera gratificado al haber sido publicado en esta mi vejez, que no me sienta para nada deprimido. Y en todo caso si tengo alguna depresión, puede ser estrictamente personal y no intelectual o profesional. Lo que sí uno tiene, son momentos a veces de sentirse molesto e irritado por estupideces, cosas idiotas de algún funcionario o burócrata, o por medidas que se toman que tú no compartes. Pero de otro punto de vista, sería un canalla si te dijera que hoy no tengo toda una serie de cosas que antes no tuve. Quizá, porque entonces no existían. Por ejemplo hoy tengo acceso mucho más información que antes; tengo más posibilidades materiales para mi creación que antes. Existe una mucho mayor apertura en la vida intelectual y cultural. Y ésto te lo puede decir cualquiera que haya vivido todos estos cuarenta años aquí. Sobre todo desde los diez últimos años para decir una fecha, antes de cuando se cometieron serios errores, donde se habla del quinquenio gris de los 70, o negro o como le quieran llamar; o antes en los 60 cuando también hubo serios problemas como se sabe, como el caso de mengano o de zutano. Y eso te lo puede decir un editor, porque paradójicamente se ha publicado mucho más después de los 90 que en otras épocas.

A principios de los 90 un intelectual amigo de Cuba escribió un artículo donde pronosticaba que frente a las dificultades, seguramente la isla internamente se militarizaría más. Por lo que tú dices parecería no haber sido así y que por el contrario la Revolución parece haberse fusionado internamente más, sin apelar a la represión de las diferencias y matices dentro del mismo proyecto social. ¿Qué piensas de ese tipo de apreciaciones?
- Mira, hubiera sido muy difícil que un Estado, un gobierno, se mantuviera durante 45 años si no existiera ese contacto estrecho con la gente. Bastaría una brecha para que eso sucediera y no pudiera mantenerse. Se tendría en cambio que hacer un estudio, para ver cuántos gobiernos de todo tipo han caído en el mundo en estos 45 años, y si pudiera explicarse las razones por la cual cayeron o dejaron de existir.

Aquí se da de que existen críticas, y te diría que mucho más críticas que hace treinta años. Y que hay una situación que es difícil, sí; pero al mismo tiempo hay una conciencia política mucho mayor que antes, y no quiero decir cultura política. Porque aquél que era una persona humilde que tiene dos hijos, que uno es médico y otro ingeniero, y que cotidianamente puede tener sus desavenencias con la situación del país, sin embargo siente y tiene un vínculo muy estrecho, por lo que la Revolución ha significado socialmente para él. Y yo creo que eso pesa muchísimo en una sociedad y en su defensa.

Eso ha sido antes así, y sigue siendo igual hoy aquí./Pepe Viñoles



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