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Exponen obras de Kjartan Slettemark, Juan Castillo, |
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escribe Pepe Viñoles Casi perdido en los bosques de Halland y sólo a unos pocos quilómetros de la ciudad de Halmstad está ubicado el pueblo de artistas de Rydöbruck, donde en la galería del mismo se están exponiendo obras de los artistas Kjartan Slettemark, Juan Castillo, Emma Gillmor y Henrik Olsson, hasta el próximo 4 de julio. Una exposición que han denominado Fyra kanter y que patrocina el Museo de arte de Halmstad. Tres de ellos, (Castillo, Gillmor y Olsson) residen y tienen sus respectivos talleres allí mismo, en tanto que Kjartan Slettemark, quien es un artista de vasta trayectoria en Escandinavia y reside en Estocolmo, ha sido invitado especialmente a participar en esta muestra. Mientras que al veterano Slettemark los artistas locatarios le han cedido una sala entera para que exponga sus trabajos con holgura; ellos por su parte, bien se acomodan en una sala única donde las pinturas de Emma Gillmor y Henrik Olsson conviven en armonía con instalaciones de Castillo. Kjartan Slettemark (1932), es un noruego que revolucionó la vida artística sueca entre los 60-70 y que muy tempranamente investigó las fronteras posibles de las artes visuales, interesándose en el uso y discusión de la crítica política y social, y las posibilidades de empleo al máximo de las formas que el arte se provee. En ese sentido Slettemark fue un pionero del performance en Suecia, que también alcanzó notoriedad internacional al hacer uso de un pasaporte con la foto del presidente Richard Nixon, manipulada con cabellos y barba del propio artista. Munido del mismo él viajó por Estados Unidos y Europa, hasta que finalmente la falsificación fue detectada. En otras ocasiones ha empleado Slettemark el trasvestismo, a la manera de una ácida crítica al conformismo de muchos artistas tienen frente al etablissemang, como cuando en ocasiones se ha valido del disfraz y ha actuado como si fuera un perro faldero en espacios públicos. En esta exposición en Rydöbruk, Slettemark presenta trabajos de su serie Bodies, cuerpos sin cabezas y en diferentes posiciones realizados en brillantes y fosforecentes colores a partir de restos plastificados de vendas de hospital y cepillos de fregar. Así mismo una serie de serigrafías titulada Auto-rretrato como Marilyn, una paráfrasis de la conocida obra de Warhol, donde el motivo es el propio Kjartan con peluca rubia al estilo de la Monroe. Por el contrario Henrik Olsson (1969), es exponente de un regreso a la pintura paisajística o interiorista de tono naivista, muy en boga actualmente entre los artistas más jóvenes egresados de escuelas de arte nórdicas. En esta exposición muestra Olsson una serie de paisajes al óleo con la inclusión de títulos pintados en los mismos cuadros, que aluden a lugares o marcas comerciales. De algo en común con Olsson participa la obra de Emma Gillmor (1972), en tanto que también esta joven artista se dedica a la pintura y muchas veces usando del paisaje como tema. Pero en ella el paisaje es mera reminiscencia del espacio, instrumento para fabular, que Emma Gillmor reelabora en una figuración quizá más próxima a lo surrealista y a lo abstracto. El chileno Juan Castillo (1952), es también como Slettemark un artista de larga trayectoria tanto en Suecia (donde reside desde mediados del años 80), como a nivel internacional donde frecuentemente participa tanto a nivel individual como en proyectos artísticos colectivos. Desde su participación en el legendario Colectivo de Acciones de Arte (CADA) que integró entre 1978 y 1983 en Chile junto a un grupo de artistas y escritores, Castillo ha venido investigando y reflexionando en torno a las estrategias y objetivos de las artes visuales y sobre el papel del artista mismo. Primero, mediante el video y el performance; y años después y hasta el presente, mediante las instalaciones donde Juan Castillo emplea múltiples medios (pinturas, objetos, filmaciones, textos) en función de un discurso muchas veces testimonial y de comentario sobre la existencia, la cultura y el presente, y los variados registros de la memoria sobre lo vertiginoso del devenir. Aquí en Rydöbruk, (donde Castillo ha establecido últimamente su taller y toma pausas creativas entre viaje y viaje a distintos países), muestra dos instalaciones que como es habitual en él, recrea esta temática expresiva bajo el título común de Otro día. Vale la pena para quienes este verano transiten por estos parajes del sur de Suecia, allegarse hasta Rydöbruk y ver la exposición de estos cuatro artistas diferentes entre sí, pero con una obra cada uno de ellos interesante de conocer y apreciar. |
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