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02-Julio-2004

 

Los tiburones de la ganancia

 

escribe Lorena Martínez

El libre mercado y el libre comercio son expresiones que de diferentes maneras todo el mundo entiende. Para algunos suenan falsas; para otros en cambio son su mantra personal, especialmente para los grandes empresarios y los media burgueses.

En lo personal pertenezco yo a la primera categoría de los nombrados, porque creo que todos los vaticinios de que mediante el libre mercado se debería crear una sociedad más democrática aun, es una mentira.

La tesis neoliberal dice: el libre comercio crea una dependencia recíproca entre los países, lo que conduce a la paz. Esa dependencia recíproca entre diferentes países que pertenecen a grandes organizaciones internacionales no existe. Y para ello basta sólo mirar quienes son los países que en esos diferentes organismos tienen un voto con un peso mayor, (por ejemplo en la Organización Mundial del Comercio-OMC). Porque lo que nunca se plublica en la prensa es el hecho de que existen países que son más dependientes económicamente que otros. O dicho francamente, que los han hecho más dependientes. Cabe preguntarse, ¿Dónde está entonces la mentada reciprocidad en dicha colaboración?

¿El libre mercado para quién o de quién?

La libertad es una linda palabra, que se mal utiliza y distorsiona en los círculos neoliberales. Palabra que se usa actualmente como nuestra libertad de consumir mercancías y que en principio no se diferenciarían entre ellas de manera particular. En tanto que el libre mercado como expresión, se ha tornado como un especie de garrote ideológico.

Se afirma que no existe ninguna otra alternativa posible al libre mercado. ¡Es imposible, no se le puede contener!, dicen. Y esto es un mito creado por los propios tiburones de la ganancia. Porque por el contrario, muchos creemos que en realidad se trata de los intentos que hacen por proteger la libertad de explotar.

Quisiera citar aquí un ejemplo claro de ésto. En la India la grandes compañías han patentado el arroz Basmati, las plantas de Neem y trigo. -Usted ha leído bien, porque es legal patentar la diversidad biológica- Unilever/Monsanto por ejemplo, ha patentado para sí los tradicionales panes que se elaboran en la India. No se exige para nada que los descubrimientos sean nuevos hallazgos, podría ser incluso aquellos que un país lo considerara como su herencia y lo quisiera hacer propio. La empresa Conagra patentó para sí el trigo indio Atta, lo que siginifica que le robaron a la población algo que necesita para su pan de cada día. Este robo legal esá incluído en el llamado acuerdo Trip, un acuerdo que se tomó en el seno de la OMC.

Es tiempo de que veamos al libre comercio como una real amenaza contra importantes partes de la humanidad y la naturaleza.

El libre mercado significa en la práctica la libertad de explotar los recursos naturales, intelectuales y la herencia cultural, y por último y no menos importante, la libertad de explotar los recursos internos y los mercados transnacionales.

La libertad trata de responsabilidad. Y la responsablidad se refiere a no violar las libertades de las personas y los derechos humanos en la búsqueda de su propia libertad individual. O como una vez dijo Bakunin: Cada libertad humana es intangible hasta que no se confronte con una libertad tan igual de grande de otra persona.

Es hora de que nosotros nos responsabilicemos en común y comencemos a protestar contra las grandes empresas, que no respetan ni a la humanidad ni la naturaleza. No podremos vivir un mundo donde prioricemos únicamente la libertad de las grandes empresas a obtener la mayor ganancia posible, contra un sostenible y justo desarrollo para todos.



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