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Visitó Suecia Horacio Tamburini, presidente de la Asociación de Apoyo |
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La Central de Trabajadores Argentinos (CTA) considera que se hace necesario "vertebrar un nuevo movimiento político, social y cultural" y "construir una nueva coalición política y social representativa de los intereses de las mayorías populares que sustituya aquellas viejas corporaciones políticas", destacó el doctor Horacio Tamburini, presidente de la Asociación de Apoyo a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) de Barcelona, España, en una reciente visita a Suecia. La visita a Suecia tuvo como objetivo promover la solidaridad de los sindicatos suecos con la CTA y lograr que reclamen del gobierno argentino la derogación de una ley de la década del 50 que establece la obligatoriedad de una central sindical única, asi como establecer contactos con la colectividad argentina para que constituyan una comisión de apoyo a la CTA en este país. Tamburini recuerda que los trabajadores argentinos tienen una tradición de central única (establecida además como obligatoriedad desde la legislación peronista de los 50), pero que de un sindicalismo muy combativo fue degenerando en un sindicalismo burocratizado, que claudició y colaboró con la imposición del modelo económico neoliberal desde la dictadura militar hasta el menemismo. Un sindicalismo que colaboró con la represión militar denunciando a los dirigentes y militantes combativos, destacó. "Este hecho que se refleja en los 9.100 delegados sindicales que permanecen desaparecidos. También fueron cómplices en las privatizaciones de empresas, tanto en el período militar como durante el gobierno de Menem, al colmo que algunos sindicatos compraron acciones de las empresas privatizadas y pasaron a ser patrones de sus propios afiliados". La CTA comenzó a nacer de la convocatoria de la Asociación de Trabajadores del Estados (ATE) y la Central de Trabajadores de la Enseñanza de la República Argentina (CTERA) a fines del 2001. Cuenta hoy con poco más de 930.000 afiliados, y está basada en tres principios: afiliación directa, transparencia democrática e independencia de partidos políticos, empresas o gobiernos. Cualquier personas se puede afiliar directamente a la CTA, todos los cargos son electos y con listas de oposición, en los congresos sólo se discute la política de la central y participan un delegados por cada 100 afiliados, todos electos. Tamburini subraya que las relaciones con las dos CGT (centrales sindicales que responden al peronismo) son escasas y coyunturales, por ejemplo en convocatorias concretas como la realizada por la CTA el pasado 18 de mayo contra el hambre y la pobreza. Por otra parte, la CTA ha acordado políticas conjuntas con las centrales sindicales de la región, en especial con el PIT-CNT de Uruguay y la CUT de Brasil. Las relaciones con el gobierno La CTA ha respaldado algunas de las iniciativas del gobierno de Kirchner, destaca el representante gremial, en especial las referidas a los derechos humanos, como la derogación de la ley de punto final y obediencia debida, y respalda la iniciativa de derogar la amnistía a los militares violadores de los derechos humanos aprobada por Menem. También la central ha respaldado las iniciativas para depurar la policía de elementos corruptos y criminales, asi como algunas de las actitudes del presidente con respecto a la deuda externa. Sin embargo, la CTA entiende que en este último aspecto, el presidente debería definir el no pago de la deuda externa, atendiendo además un dictamen judicial que la consideró ilegal. La Justicia entendió que las deudas adquiridas no fueron aprobadas por el Congreso -como establece la legislación- debido a que durante el gobierno militar no funcionó, y que por lo tanto no fue adquirida en forma legal. Esta batalla judicial se inició en 1988 y recién se falló en el 2005. Como los delitos económicos caducan a los 5 años, los responsables de la brutal deuda externa, quedarán libres de ser juzgados el próximo año, y hasta ahora nadie ha sido acusado. Una deuda externa que a continuado trepando en los sucesivos gobiernos constitucionales. De los 9.700 millones de dólares a inicios de la dictadura, se pasó a 46.200 millones en 1983, hasta llegar en el 2001, a 150.000 millones de dólares. En los últimos años Argentina ha destinado unos 3.200 millones de dólares al pago de intereses. La CTA, afirma Tamburini, entiende que no se puede seguir pagando esa deuda en un país en que 100 niños mueren diariamente a consecuencia del hambre. Especialmente en un país que es el primer productor mundial per cápita de alimentos. Una producción de 3.500 kilos de alimentos por habitantes, lo que permitiría alimentar a 300 millones de personas. Argentina tiene una población que apenas supera los 36 millones. Debido a esto es que la CTA contrasta estas cifras con el resultado del censo de octubre del 2002, realizado en los centros urbanos, y que indica que el 57% de los habitantes urbanos viven por debajo del índice de pobreza, y que el 27% está en situación de indigencia, es decir que no pueden completar por si mismos el aporte de calorías necesarias. La CTA reclama por lo tanto que el gobierno emprenda medidas para combatir la pobreza, para atener las urgencias de la niñez, y asegurar la independencia del poder judicial entre otras urgencias. Tamburini destaca que desde la dictadura hasta el gobierno de Menem los jueces han estado sometidos al poder. Por ello destaca las medidas del presidente Kirchner para renovar y sanear la Suprema Corte de Justicia, donde ha designado jueces de impecables trayectorias. Sin embargo recuerda que todavía quedan jueces que siguen con la política de servir al poder, como lo demostró el fallo de un tribunal de casación de Buenos Aires para impedir el corte de rutas, con el objetivo de criminalizar las luchas sociales. En cuanto a las relaciones de la CTA con el gobierno, Tamburini sostiene que no es como se posiciona la central frente al gobierno, sino como se posiciona el presidente frente a las propuestas de la CTA. La CTA tiene propuestas concretas y planes inmediatos para combatir la pobreza. Una reciente reunión de Confederal de la CTA evaluó la situación en que se encuentra el presidente Kirchner, la realidad del país y presentó un plan de 19 puntos para salir de la crisis. El documento toma en cuenta que el imperativo político es la lucha contra la desocupación, el combate a la pobreza y la desigualdad. Toma en cuenta que el presidente no tiene respaldo politico partidario para avanzar en medidas más de fondo para combatir la pobreza, y se enfrenta a una estructura de gestión del Estado minada por la corrupción. La CTA sostiene que para avanzar en un proceso de transformación se hace necesario "vertebrar un nuevo movimiento político, social y cultural", "no como una salida inmediata que supusiera la afirmación de candidatura alguna, sino como una apertura a la construcción con los diferentes actores socials e institucionales de un Nuevo proyecto de país". "Hablamos de construir una nueva coalición política y social representativa de los intereses de las mayorías populares que sustituya aquellas viejas corporaciones políticas cuyas prácticas han sido repudiadas por nuestra sociedad". |
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