Un artículo publicado el pasado 30 de abril en esta misma página, en relación a la presencia de soldados salvadoreños junto a las tropas imperialistas que atacaron y ocupan Irak, suscitó en algunos lectores una reacción crítica. Con ese motivo publicamos una de las cartas recibidas en la redacción y nuestro punto de vista en relación al citado artículo. En la edición de la próxima semana publicaremos una nota elaborada por la Asociación Cultural y de Solidaridad para El Salvador de Ludvika bajo el título No más sangre de salvadoreños en Irak, que por motivo de falta de espacio no incluimos en esta edición.

Carta del suscriptor Carlos González

Soy suscriptor del semanario desde hace 14 años y déjenme decirles que estoy orgulloso de ello.

Sin embargo, en el último número de LIBERACION, se publica en la sección de Suecia, un artículo titulado Algunas sugerencias de salvadoreños residentes en Suecia respecto al envío del tercer contingente de tropas de El Salvador a Irak, en el que se hacen ciertas afirmaciones que no representan ni representarán al 99,9% de los salvadoreños residentes en Suecia que tenemos, aunque seamos gente humilde y sin muchos años en la escuela, unas ideas de izquierda muy firmes y que en nada coinciden con lo citado en artículo mencionado.

Como miembro del colectivo de salvadoreños en Suecia, exijo una rectificación por parte del semanario, pues me siento ofendido y creo que la mayoría de mis compatriotas no estamos dispuestos a que se nos utilice para rellenar páginas de periódico alguno o para servir de payasos a periodistas que en este caso o son ignorantes o mal intencionados.

Vuelvo a reiterar que soy un asiduo de Liberación y creo que es un periódico consecuente de izquierda, pero que en este caso deja mucho que desear.

Con mucho cariño de este servidor.

Pablo González Martínez (Suscriptor Nr. 35304)

Un tema serio tratado en forma satírica
i bien todos los artículos que se publican en el semanario no siempre tienen porqué reflejar nuestras opiniones, que las expresamos siempre claramente en la página editorial, lamentamos profundamente que -en el caso éste referido a la presencia de tropas salvadoreñas en Irak- haya dado lugar a malentendidos y herido sensibilidades.

Para quien bien lea, el contenido de dicho artículo parte del sobreentendido de que el pueblo de El Salvador como la mayoría de los pueblos de la Tierra no están de acuerdo con la guerra y menos con que se mande al sacrificio a sus hijos, y que la criminal decisión es de responsabilidad única de Bush y Blair, del ex-presidente español José María Aznar y de los gobiernos que en América Latina y en otras partes se sumaron a esta invasión imperialista.

En segundo lugar el citado artículo a nuestro entender, crítica mediante la sátira la actitud servil e irresponsable y de profundo desprecio por el pueblo, que históricamente ha tenido siempre la oligarquía salvadoreña y el nefasto papel que han cumplido sus militares en la vida del país. Podemos reconocer que quizás tendríamos que haber advertido al lector mediante una introducción el sentido crítico y satírico de la nota, pero nos confiamos en que él mismo advertiría el contenido y no sólo la forma.

Por último, pese a que este artículo dio lugar a malos entendidos y enojos en algunos de nuestros lectores, -cosa que naturalmente en Liberación deploramos- nunca ha sido nuestra política periodística contribuir a la confusión o la desinformación. Mucho menos en relación a la historia heroica del pueblo de El Salvador -que durante los años de lucha guerrillera hasta el presente- ha tenido y seguirá teniendo siempre en Liberación, un medio de prensa solidario. Y al mismo tiempo este entredicho ha dejando en evidencia que pese a la despolitización y descompromiso de algunos que llegaron a este país como refugiados políticos y que hoy no quieren saber de nada, existen muchos más que continúan preocupados, atentos, a la suerte de nuestros pueblos, y que protestan y se movilizan cuando sus hermanos son enviados como carne de cañón en cruzadas militares imperialistas contra otros países también tercermundistas. /Pepe Viñoles