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El artista búlgaro Nedko Solakov en Rooseum y Malmö Konsthall |
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Nedko Solakov (1957) nunca ha dejado de vivir en Sofía (donde estudió pintura mural muchos años atrás en la Academia de Arte), y hoy su obra que abarca diferentes géneros, comienza a ser conocida internacionalmente, quizá entre otras razones por su decidido propósito comunicativo. Dotado de un repertorio expresivo múltiple y con una sólida base académica a la antigua manera socialista Solakov ha desarrollado sobre la base del mero propósito de narrar historias, comentar fenómenos culturales contemporáneos y plantarfalsas teorías científicas con humor inocultable, un universo propio al mismo tiempo que profundamente enraizado en las tradiciones folclóricas de los Balcanes. Desde la pintura convencional al óleo, en paisajes o en retratos de los nuevos mandamases búlgaros, la ilustración o el grafitti, pasando por el video, las instalaciones e incluso el performance, el artista quiere hablarle a diferentes tipos de gentes. Charlar con el público sobre cualquier cosa intrascendente. Y sería fantástico que me pudieran contestar, como ha confesado. La exposición de Rooseum de Malmö que tiene un caracter retrospectivo que permite recorrer un laberinto donde están expuestas diferentes temáticas que han interesado al artista búlgaro y que él, desarrolla, cuestiona, ironiza o se interroga, mediante el uso de los más variados géneros y técnicas expresivas visuales. Indirectamente político y social, el arte de Solakov es en cierta medida un creativo pastiche que abreva incluso en códigos muy al uso del antiguo y oficial realismo socialista, por supuesto mucho más inteligente y divertido que aquel, en tanto se rie de la sacrosanta función del propio artista y de la institucionalidad cultural -en este caso ahora dentro del capitalismo- o como actualmente se le denomina de la sociedad de mercado. Nedko Solakov entiende que el tema o los temasen el arte son secundarios y que por último pueden ser cualesquiera: porque lo que más importa es el qué se dice y sobre todo el cómo se dice, o si se quiere en el caso de este artista búlgaro el cómo está contado. Dos ejemplos tomados al azar en la múltiple obra de Solakov puede dar una idea de esta constante expresiva: 1) Usando la pintura de manera académica renacentista, realiza una serie de retratos de los modernos magnates de la sociedad búlgara de hoy, que complementa con pequeños estudios en papel donde anota con acidez, detalles significativos de los atuendos de los nuevos ricos. 2) El miedo de volar en avión, tiene dos documentados comentarios. En un caso, mediante la exhibición de una serie de pequeñas y diferentes esculturas en arcilla que sus manos estrujaron cada vez que tuvo que volar desde o hacia Sofía u otros lugares; y en otro, mediante fotos que muestran cómo una compañía accedió a colocar sobre las alas de sus poderosos boeings, tranquilizantes textos humorísticos quizá tambien para pasajeros aquejados de ese extendido temor entre los hombres modernos. Textos para el prójimo En una de las partes del extenso laberinto en Rooseum, Wallpaper (de 2003), un corredor de paredes empapeladas con motivos botánicos, sirven en este caso a Solakov para que con simples rotuladores dibuje pequeñas figuras que comentan cosas mediante pequeños textos o simplemente nos hablan de sus complicadas o más comunes y variadas situaciones existenciales, ocultas en esa selva vegetal. Pero en esta misma línea es también otra intervención del búlgaro en Malmö, este caso en Konsthall, (cuyas salas están actualmente cerradas por reparaciones), y donde el artista a cuatro metros del suelo sobre los bordes exteriores y canaletas del techo, visita el lugar y va dejando escritos comentarios referidos a hallazgos e impresiones que el expectador no alcanza a poder leer pero sí ha percibir y que están recogidos en un catálogo que cumple una función similar a las guías de museos o diarios de viaje. Al proyecto Solakov lo tituló A Hight Level Public Art Project with a Catalogue con inocultable ironía y humor. Si en la actualidad muchas veces, es frecuente encontrarnos con proyectos artísticos sustentados en pretensiosas formulaciones teóricas como si lo importante de una obra fuera únicamente el servir de soporte a aburridas banalidades y veleidades intectuales, en cambio la variedad y totalidad de la obra de Nedko Solakov nos salva de tanto tedio. /Pepe Viñoles Nedko Solakov- En Rooseum, Malmö Konsthall, 16 de abril al 20-22 de junio. Malmö |
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