En una carrera contra reloj, técnicos de la OEA tratan de corregir los errores del sistema de cómputo de votos en El Salvador, al contactarse graves fallas en un simulacro realizado dos semanas antes de las elecciones. Un técnico en computación, para demostrar la fragilidad del sistema, logró borrrar todos los resultados, y puso en jaque al Tribunal Supremo Electoral que no pudo anunciar un ganador en las elecciones ficticias. El presidente salvadoreño, Francisco Flores, admitió su preocupación por la fragilidad del sistema de conteo de votos, aunque confió en que todo quedará solucionado a tiempo.

El mandatario dijo que las fallas en el sistema tiene preocupado a todo el mundo, pues es un riesgo inminente de que todo el esfuerzo de expresión de la voluntad popular esté sujeto a un sistema frágil.
Considero, sin embargo, una buena señal que se haya detectado el fallo a tiempo para poder corregirlo e instó al Tribunal Supremo Electoral (TSE) salvadoreño a asumir la responsabilidad.

Advirtió que, al igual que el resto de los partidos políticos que contienden por la primera magistratura del país, su gobierno estará insistiendo ante el TSE "para que el sistema sea a toda prueba y se pueda garantizar la justicia electoral".

Flores, quien con frecuencia trata de desacreditar al opositor y ex insurgente Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), reiteró su optimismo en que gane los comicios el empresario Antonio Saca, candidato de su agrupación derechista, la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
Su principal rival es el candidato del FMLN, Shafick Hándal, muy cerca de lograr un triunfo histórico, según las encuestas.

Por su parte, el dirigente del opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Hugo Martínez, culpó a los magistrados de la gobernante Alianza Republicana Nacionalista de bloquear las reformas en el sistema de procedimientos de datos.
Martínez confió en que el tribunal electoral supere las debilidades y que el colectivo oficialista no siga obstaculizando la implementación de los cambios necesarios para asegurar la transparencia de los comicios.

Unos 3.4 millones de salvadoreños han sido convocados el próximo 21 de marzo a elegir al próximo presidente y vicemandatario para un período de cinco años.